Tulio Álvarez – Sobre la actualidad del absolutismo: “Estoy por encima de los propios dioses”

Estamos presenciando una inversión de la lógica en la práctica de la política internacional y la convivencia democrática similar a la reflexión del Calígula de Albert Camus que se siente libre y “por encima de los propios dioses”.
Contrasta el cinismo y burla de las fuerzas autoritarias, que desde los extremos comparten roles, con la débil respuesta de los países democráticos. Ese montaje absurdo que refleja un quiebre entre Estados Unidos y Europa puede ser un ejemplo del absolutismo universal que se pretende imponer.
Trump, la tragedia recurrente
Las actuaciones de Trump desde que comenzó su segundo mandato en la Casa Blanca –y muy especialmente las imágenes de su reunión con Zelenski– me recuerdan la escena novena del primer acto de la obra, en que Camus pone en boca del emperador la frase:
“El poder brinda una oportunidad a lo imposible”.
Se presenta así, con absoluta naturalidad, la locura de un gobernante que concibe un poder sin límites morales o de cualquier clase.
Calígula muestra a un hombre que considera que los otros no son libres y que él les enseñará lo que es la libertad. Un hombre que desea con todas sus fuerzas un imperio en el que reine lo imposible, que se una el cielo y la tierra, se confunda lo grotesco con la belleza y se combine la risa con el sufrimiento. Pero ¿estoy hablando solo de teatro?
Tan lejos y tan cerca de los chinos
Aparentemente la guerra comercial enfrenta a China y los Estados Unidos. Pero, ¿esta conflictividad cubre todos los escenarios?
Si nos fijamos en el actual pragmatismo político chino podemos reconocer cierta inspiración en el legalismo, una corriente filosófica que, durante siglos, justificó una organización política y un orden jurídico carente de toda moralidad en sus acciones, organizado en función de la consolidación del gobernante y con un aparato administrativo que le garantizaba un control absoluto de la población. Dicha corriente inspiraría el pensamiento político de Mao Zedong.
Xi, vocación universal
Hoy el Estado comunista chino, liderado por Xi Jinping, controla el esquema capitalista de su economía –producto de las reformas de Deng Xiao Ping– en el que se admite y promueve el enriquecimiento personal y el individualismo económico.
De ahí la lucha, cada vez más abierta, por el control de los recursos naturales y los mercados mundiales, que rebasa lo político y se yergue sobre lo cultural, ganando poder blando a nivel mundial a través del proyecto de la Franja y la Ruta (apoyo financiero al desarrollo de infraestructuras en Asia, África, Latinoamérica y Europa), marcas nacionales más fuertes (sobre todo en el mercado de coches eléctricos) y la reapertura a los visitantes tras la pandemia.
Se trata de un nuevo orden mundial, propulsado por un Partido Comunista Chino con vocación universal, que:
“Se adhiere al destino común entre el pueblo chino y los demás pueblos del mundo, domina la dirección del desarrollo de China en la situación general del mundo y en medio de la tendencia de los tiempos”.
Según Xi, la sociedad humana se encuentra nuevamente en una coyuntura histórica en la que se debe determinar la dirección a seguir:
“Hay que asumir la responsabilidad de liderar la dirección, para tomar y plasmar el futuro común de la humanidad. La gran era requiere un gran patrón, y el gran patrón necesita una gran visión”.
Putin, el gran hermano
Podría resultar jocoso, si no fuera otro drama en el que está en juego la vida de millones de personas, la calificación de dictador que hizo Trump de Volodímir Zelenski, en contraste con la ostentosa buena relación que mantiene con el líder ruso.
Esta absurda contradicción tiene dos detalles sustantivos: Rusia invadió Ucrania, no lo contrario, y Vladimir Putin ha estado en el poder desde el 31 de diciembre de 1999, cuando fue nombrado presidente interino tras la renuncia de Boris Yeltsin. Desde un primer momento, la figura omnipresente del gran hermano se impone sobre Rusia y pretende contagiar con su autoritarismo a los que considera estados satélites de su proyecto.
El punto clave es que los más sólidos aliados de los Estados Unidos, los países de la Unión Europea y los Estados que integran la OTAN, han sancionado a Rusia y apoyan a Ucrania. Esto implica que la posición de los altos funcionarios de la administración Trump contradice abiertamente los valores que han definido la política internacional de los Estados Unidos desde los Padres Fundadores.
Absolutismo universal vs. valores occidentales
No he querido referirme a conflictos particulares en Estados y regiones que, en la práctica, son solo peones o alfiles en el tablero global. Se trata de un somero análisis del comportamiento de los líderes más relevantes en este momento histórico, para constatar la matriz autoritaria en su ejercicio del poder.
La humanidad ya ha presenciado otros catastróficos eventos en que los extremos se tocan, como el bochornoso pacto entre el nazismo y el comunismo con miras a dividirse al mundo. Extrema se tangunt (los extremos se tocan), es cierto, pero, al final, siempre se producen reacciones explosivas que terminan destruyendo al menos a uno de los opuestos. Porque los que se creen dios, no toleran a otros dioses que limiten su absurda libertad en el escenario.