UBS compra Credit Suisse con el aval de Suiza: «Es decisivo para el sistema financiero mundial»
Ambas entidades habían estado negociando todo este fin de semana, bajo la intermediación también del supervisor del país
Acabar con el caos bancario es el gran objetivo de todo el sector financiero y de los bancos centrales occidentales, y especialmente de las autoridades suizas. Su segunda mayor entidad, Credit Suisse, estaba asomada al abismo y ha recibido ahora un salvavidas para no quebrar: UBS ha salido al ‘rescate’ de su mayor competidor en el país y lo ha adquirido en la que es la mayor operación financiera desde la gran crisis de 2008.
El movimiento está bendecido por Suiza como Estado, así como por sus autoridades de supervisión y regulación. Alain Berset, presidente del país, ha señalado en rueda de prensa que era necesario esto para «restablecer la confianza», y ha añadido: «No solo es decisiva (esta operación) para Suiza (…) sino para la estabilidad de todo el sistema financiero mundial». En este sentido, ha destacado que el banco había perdido la confianza del sector financiero y que era necesario actuar.
Así las cosas, el precio que pagará UBS será de 3.000 millones de francos (algo más de 3.000 millones de euros), lo que supone triplicar la oferta inicial pero rebajar en un 60% el valor en Bolsa de la firma a cierre del viernes; de esta forma, los dueños de Credit Suisse verán caer todavía más el valor de su participación al quedar diluidos en su competidor ya que la operación será mediante entrega de acciones de UBS. Al mismo tiempo, las autoridades suizas cambiarán las leyes del país para evitar el voto de los accionistas sobre la transacción, es decir, que los accionistas no tengan que dar su visto bueno a la operación, como ocurre en cualquier pacto de este tipo.
Ese veto al voto de los accionistas ha generado un fuerte rechazo entre algunos de los dueños de UBS y Credit Suisse, que han criticado la decisión. Vincent Kaufmann, director ejecutivo de la Fundación Ethos, con presencia en ambos bancos, fue rotundo sobre esta muestra de mal gobierno corporativo: «No puedo creer que nuestros miembros y accionistas de UBS estén contentos con esto», dijo. «Nunca he visto tales medidas; muestran lo mala que es la situación».
En el pacto también se ha incluido, como adelantó el ‘Financial Times’, que el Banco Nacional de Suiza ofrezca una línea de liquidez de 100.000 millones de euros a Credit Suisse como parte del acuerdo.
Un gigante sistémico
La historia de Credit Suisse no llegará a los 170 años ya que será absorbido por UBS, que se convertirá en un gigante todavía más grande. Tanto uno como otro estaban considerados bancos de importancia sistémica a nivel mundial; su unión dará lugar a un monstruo bancario que aún deberá estar mucho más supervisado y con requisitos regulatorios más exigentes (de capital, por ejemplo).
Así las cosas, se crearía una entidad con unos 120.000 empleados y un volumen de activos en balance de más de 1,6 billones de dólares. Una cantidad, esta última, que de haberse producido la compra con el Credit Suisse en buenas condiciones habría sido bastante superior ya que ha perdido buena parte de sus activos estos años. A cierre de 2022 tenía 531.000 millones de dólares en activos y en 2020 acumulaba 820.000 millones. Por poner su tamaño en contexto, será algo menor que el Banco Santander, con lo que se ubicará entre las principales entidades europeas por volumen de activos.
La operación se ha fraguado a lo largo de este fin de semana de manera urgente y siempre bajo la batuta de las autoridades suizas, muy implicadas en este movimiento para intentar que se consumara antes de la apertura de los mercados este lunes. Aunque la situación de Credit Suisse ya era delicada de antes, no ha sido hasta estos últimos días que se ha precipitado aún más su caída con el derrumbe bursátil, la falta de confianza de sus inversores y las dudas sobre su liquidez y solvencia.
Asimismo, según publicó el ‘Financial Times’, en la puja también habría entrado el mayor inversor del mundo y cliente relevante del propio Credit Suisse: BlackRock. Sin embargo, aquello no habría llegado a buen puerto ni se habría planteado ninguna oferta en firme; de hecho, la gestora de fondos salió al paso de estas informaciones negando estar interesado.
Turbulencias bancarias
El principio del caos financiero de estos días estuvo en la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) americano hace ya diez días. Poco después llegó el turno a Credit Suisse, que arrastraba problemas ya de antes que se vieron agravados por el pánico bancario y ante la negativa de su principal accionista de proporcionarle más dinero.
Las acciones de la entidad suiza se desplomaron en Bolsa y arrastraron al resto de entidades financieras del Viejo Continente. Ello obligó al Banco Central Europeo (BCE) a lanzar un balón de oxígeno al sector al señalar que si algún banco necesitara liquidez, este se la proporcionaría.