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Un año después: un mundo peor

Todos los actores de este drama del Medio Oriente han perdido este 5784 que finaliza

Elías Farache:

 

El séptimo mes del calendario judío corresponde al inicio del año en lo correspondiente a asuntos de gobierno y políticos, por expresarlo de alguna manera. Tishrei, como se llama este mes, está lleno de festividades que tienen un espíritu de reflexión y concientización. No son exclusivas para el pueblo de Israel, para los judíos, pues más bien tienen una concepción universalista. Rosh Hashaná, el día de año nuevo como tal, conmemora la creación del mundo como lo conocemos. El Día del Perdón, Yom Kipur, acaece el décimo día del mes. Es un día de máxima elevación, pues se decide el destino final de cada persona y cada nación. Luego, desde el 15 de Tishrei y por 8 días, se celebra Sucot. La Fiesta de las Cabañas obliga a hacer vida en unas endebles chozas, a merced de la intemperie, como muestra de la necesaria ayuda divina en toda circunstancia.

El contenido de las oraciones de todo el mes se concentra en la humanidad como un todo. Se pide a Di-s por el bienestar de todos los hombres, familias y pueblos. Se reza para que desaparezca el pecado, pues sin pecado no hay pecadores. El judaísmo, con su firme creencia en el libre albedrío personal y colectivo, pide a Di-s que ilumine a los gobernantes de los países, sus asesores y consejeros. Un mundo mejor es la consigna, a sabiendas que precisamente el libre albedrío constituye un elemento de difícil manejo.

Cada persona, cada familia y cada comunidad, está obligada a hacer un balance de lo acontecido en el año que termina, y a fijarse los mejores propósitos para el año que comienza. El sonido del Shofar, un cuerno vacío que se sopla emitiendo un ruido estremecedor, las oraciones antes del alba, el ayuno de Kipur, la fragilidad de la cabaña, todo esto y más contribuyen a crear ese ambiente de conexión con el Todopoderoso, de solidaridad con los semejantes, de apego a buenos propósitos y de repudio de lo negativo.

El asunto del balance del año anterior es determinante. Este 5784 que concluye ha sido uno de duros golpes para el pueblo judío, para la humanidad toda. Justo al final de la Fiesta de la Cabañas del año que concluye, 7 de octubre de 2023, un terrible ataque sobre la zona vecina a Gaza cobró las vidas de más de mil quinientas personas, más de doscientos cincuenta secuestrados de los cuales ciento y algo siguen así, otros fueron canjeados y los menos afortunados murieron. El Medio Oriente se sumió en una ola de violencia y destrucción, de miedo, amenazas y retaliaciones. De muerte y desesperanza. Un panorama que, a un año de haberse desatado, no parece disminuir en cuanto a su peligrosidad y explosividad. Justo al escribir esta nota, Israel se encuentra en plena faena en el Líbano, conteniendo a los hutíes en el Yemen y no se sabe cuantos frentes más que son activos, mortales, peligrosos y que tienen alta probabilidad de expansión, no solo en el Medio Oriente.

Al hacer un balance del 5784, de octubre 2023 a octubre 2024, es evidente que no resulta para nada positivo. La región del Medio Oriente, el mundo entero, se encuentra en perores condiciones. La iniciativa de Hamas, aplaudida por sus afectos, ha resultado en un tremendo dolor para los israelíes, en una crisis de la sociedad de ese país. Pero también, en la destrucción de Gaza. Quien a hierro mata a hierro muere, reza un popular refrán, y se refleja con dolor en una realidad que no ha de regocijar a nadie en su sano juicio.

El Líbano, la otrora Suiza del Medio Oriente, al ser la sede de la poderosa Hizbolá, paga el precio de ser el anfitrión voluntario o involuntario de la irreverente milicia.  De nuevo, al hacer una evaluación de este 5784 que termina, la ecuación arroja un resultado negativo.

Todos los actores de este drama del Medio Oriente han perdido este 5784 que finaliza. Unos por ser los que lo instigaron, otros defendiéndose. Pero todos han pagado un alto precio. ¿Valió la pena? La historia dará su veredicto dentro de unos años, pero quienes viven el día a día lo consideran una desgracia y tienen sólidos argumentos.

La intención del mes de Tishrei y sus días señalados es precisamente trabajar en el mejoramiento de toda la humanidad. Una tarea que es responsabilidad de todos. Cuando los judíos nos sentemos a cuadrar las cuentas, a revisar lo positivo y lo negativo, no cabe duda de que 5784 ha sido muy difícil, frustrante, desolador. Con fervor hemos de orar y clamar por un mejor 5785.

Ciertamente, un año después ha dado lugar a un mundo peor.-

 

Elias Farache S.

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