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Un Maratonista de 114 años

Entrenando en Hong Kong con su coach,Foto: Reuters.

Que un mandatario se sintiera obligado a expresar condolencias por la muerte de uno de sus 1.465 millardos de compatriotas habla claramente del lugar privilegiado que el personaje disfrutaba en el cariño de la nación.

“Fue un atleta excepcional, con una determinación increíble. Me duele profundamente su fallecimiento. Mis pensamientos están con su familia y con sus innumerables admiradores en todo el mundo”, manifestó el Primer Ministro de la India, Narendra Modi, tras conocer el final trágico de Fauja Singh, arrollado por un automóvil en su localidad de Punjab.

Con una de sus medallas

Tenía la bicoca de 114 años y ostentaba el récord de ser el primer centenario y la persona más longeva en completar una maratón, aunque la hazaña no fuese incluida en el libro Guinness, por la ausencia de un registro de nacimiento que en 1911 no se había introducido todavía en el entonces Virreinato británico.

Uno de los biógrafos, que acuñó el apodo del  Torpedo Enturbantado, lo describió como  una leyenda que no sólo corría sino que había recreado el significado del movimiento mismo, y otro apuntó que su vida fue un recordatorio de que no corremos para escapar de la vida sino para abrazarnos a ella.

En Chandigarh, 2016 Foto: Express/Jaipal Singh

Su muerte, añadió, era devastadora no sólo al perder un símbolo de resiliencia sino porque pudo haberse evitado de no atravesarse el karma nacional de innumerables caminantes, sobre todo los más ancianos, víctimas de carreteras peligrosas carentes de protección.

Fue corredor aficionado en su juventud pero sólo mucho después al trasladarse a Londres comenzó a competir de manera profesional !a los 89 años! en numerosos maratones, antes de retirarse en 2013, al culminar el Maratón de Toronto, donde diez años antes había registrado su mejor marca, de 5 horas y 40 minutos.

Fauja Singh en Toronto, en 2011. Foto: AP

No había en Singh nada de excepcional ni  entrenamientos agobiantes. Simplemente, cero alcohol y tabaco. Y disciplina en la alimentación, para mantener latiendo el corazón y el ansia de vivir. Sin competir con nadie sino para sorprenderse íntimamente al descubrir capacidades que ignoraba y superar las limitaciones levantadas por la mente, como fuente de felicidad y alegría.

Había superado el drama personal del accidente que en 1994 sepultó a uno de sus hijos mientras construían su vivienda y, poco después, la muerte de su esposa, y fue entonces cuando el mayor asumió su custodia invitándolo a Inglaterra.

Pero mientras tanto comenzó a realizar largas caminatas para vencer el aburrimiento, hasta conocer en un parque a un entrenador deportivo, también indio, que lo embulló para inscribirse en su primera maratón, que culminó con una marca de 6 horas y 54 minutos y lo haría famoso cuando Adidas lo enroló para su publicidad y su imagen sonriente se viralizó en las fachadas de la capital.

Singh se retiró en 2016 de la Maraton de Mumbai, Foto: Sujit Jaiswal/AFP

Así entró en Westminster, invitado por la reina Isabel II, a los Juegos Olímpicos de 2014, portando la llama eterna, a numerosas competencias por el mundo entero, e incluso corriendo y cocinando con estrellas en emisiones televisivas, redirigiendo a una asociación caritativa el cheque de patrocinio de  Nestlé y esquivando con picardía las celadas de políticos ávidos de aprovechar su imagen patriarcal.

“Tenía la alternativa de dormir o caminar, así que escogí caminar”, fue la ingenua respuesta que dio al  biógrafo, y siguió haciéndolo al retirarse y retornar a su hogar en el Punjab, con un régimen alimenticio espartano que incluía hasta un kilo de mangos y un té verde vespertino. Hasta tropezar con el destino mientras intentaba cruzar una carretera.

Varsovia, julio de 2025.

 

 

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