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Un vistazo a la prensa oficial cubana: fracaso y justificaciones del régimen

Lo que dice el periódico Granma ―pero, sobre todo, lo que omite― permite trazar el callejón sin salida del régimen cubano.

LA HABANA, Cuba. – Vale la pena analizar brevemente la prensa oficial cubana y saber cómo se siente el gobierno castrista por estos días de febrero, menos de un mes después de la toma de posesión de Joe Biden, el actual presidente de Estados Unidos.

Y deben estar sonándole los oídos a Biden, puesto que los mandamases del castrismo están desesperados por que se acuerde de Cuba y decida sacarla del hoyo económico donde ha ido cayendo en 60 años de comunismo.

Sobre todo Raúl Castro, el máximo responsable de la hambruna que se cierne sobre el pueblo cubano, está rezando por que Biden ayude para que, al menos, los últimos días del comunismo criollo no sean tan terribles como los de hoy.

Sin embargo, con la llegada de Biden coincidieron fuertes movimientos espontáneos de rebeldía de la población civil cubana, que repercutieron en las oficinas de la Casa Blanca y que, como siempre, son tildados como “mercenarismo” en Granma y su comparsa. Tal vez por eso, la secretaria de Prensa de Biden, señora Jen Psaki, aclaró recientemente: “Nuestra política hacia Cuba está guiada por dos principios. Primero, todo el apoyo a la democracia y, segundo, a los Derechos Humanos. Esto estará en el centro de nuestros esfuerzos”. 

Por otra parte, en la sección “Cartas a Granma” se apunta que es injusta la decisión de ETECSA de valorar las tarjetas de recarga de internet en 25 pesos por cada CUC, si la tasa de cambio es de 24 pesos. En esa misma página, el día 22 de febrero algún lector pide que se vendan en el país cepillos para los dientes, puesto que desde el punto de vista sanitario se deberían reemplazar cada tres meses.

De la misma forma, sale a relucir la preocupación de las madres de la provincia de Matanzas por la pésima calidad de la leche que reciben sus pequeños hijos. Y la misma sección continúa con las múltiples quejas sobre expedientes laborales perdidos.

También dice Granma que para finales de febrero está prevista la aprobación de un decreto-ley sobre bienestar animal, algo que los activistas cubanos y la población en general han esperado durante los últimos 60 años.

Asimismo, el órgano oficial de propaganda del PCC culpa a los trabajadores por cuenta propia de la mayoría de los problemas, crónicos ya, que afectan al pueblo. Y para condenarlos enuncia el Decreto-Ley No. 9 de 2020.

Por otro lado, en un largo artículo del periodista René Tamayo León, titulado “El sistema empresarial tiene que estremecerse”, se dice que, según palabras del presidente cubano, “la historia nos vuelve a ratificar que tenemos que desarrollarnos y resolver nuestros problemas por nosotros mismos”. 

¿Quiere decir que no necesitamos de Joe Biden? ¿Entonces por qué tanto apuro en anunciar que 50 organizaciones estadounidenses enviaron una carta a Biden para que cumpla con sus promesas de campaña con relación a Cuba?

Y por último, el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, al referirse al modelo económico del país, dijo: “La economía es una sola, no hay una privada y una estatal, no hay un ellos y un nosotros, se trabaja, incluso, para que el plan incluya a todos los actores”.

Todo parece indicar que el ministro no recuerda que en agosto de 2010 Fidel Castro declaró a la prensa estadounidense que “el modelo económico no servía ni siquiera para nosotros”. Entonces, ¿por qué no permitir que “ellos”, el pueblo, sean los propietarios, y que “el nosotros”, con su fracaso de largos años, desaparezca del mapa?

 

 

 

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