Una Bitácora cubana (LXIV)
1 – Cada día que pasa se observa, de forma más clara, una mayor presencia de esquizofrenia en el castrismo, cuando sus palabras, promesas y mensajes se encuentran con la realidad, con los hechos. Y su respuesta es la misma de siempre, no conocen –ni conocerán, por lo visto- otra: prohibir, censurar, perseguir la disidencia.
Yoani Sánchez, en 14ymedio (“Nosotros los prohibidos”), nos presenta el rostro de un Estado que, derrotado por los hechos, incapaz de voltear una realidad que cada día que pasa le es más adversa, busca controlar más y más. Como bien dice Macky Arenas en sus excelentes “Periscopio Cuba”, “la Seguridad del Estado en Cuba apuntala a un edificio en ruinas”.
Las palabras “trabajador autónomo” son pecado mortal para los tiranos. Y ello se refleja de nuevo en una “lista” que recorre la Isla. Sigamos con Yohani:
“La relación contiene las 124 ocupaciones que el Gobierno ha vetado para ser ejercidas en el sector privado. En la mayoría de los casos se trata de profesiones vinculadas a sectores que son un monopolio estatal y van desde extraer petróleo crudo de forma particular hasta elaborar azúcar, pasando por ejercer como abogados, arquitectos, médicos y periodistas por cuenta propia. (…)
En fin de cuenta, la relación de ocupaciones proscritas resume los temores de un régimen que se sabe en desventaja para ofrecer a sus trabajadores salarios atractivos, buenas condiciones laborales y libertades para la innovación o para la libre expresión de opiniones dentro de sus instituciones y empresas. Intuye que un abogado independiente no aceptará tácitamente la vulneración de los derechos de su representado; que un editor libre no se dejará aplicar la censura o que un reportero independiente no esconderá bajo la alfombra las noticias incómodas para el poder.
El Gobierno teme también que permitir el ejercicio particular de ciertas profesiones no solo desatará un éxodo de empleados desde el sector estatal, sino que significaría una importante pérdida de control político sobre miles de cubanos. No son solo personas diplomadas que ganarán autonomía, sino sobre las que el poder dejará de influir, de una manera tan decisiva, como lo hace ahora”.
2 – Karel Leyva, en 14ymedio, afirma acertadamente que “Cuba necesita un patriotismo ético”, que implica un compromiso con instituciones públicas de calidad, con la libertad y derechos para toda la ciudadanía.
Soy de los que cree que los cambios futuros hacia una democracia pluralista, plena de libertad, equidad y respeto a los derechos humanos, necesita un verdadero fortalecimiento de la ciudadanía, implica un rechazo a brotes caudillistas que tanto daño han hecho en nuestra historia, y en general la historia latinoamericana, y una profundización en el desarrollo de instituciones abocadas al servicio ciudadano. Para ello, se requiere ese “patriotismo ético”, porque hay que ir más allá de las carencias económicas, para recordar y estar alertas ante las carencias éticas, a la dimensión moral que caracteriza un humanismo integral. A fin de cuentas, como bien señalara Dagoberto Valdés, es tal la destrucción de todo tipo causado por 60 años de castrismo, que el daño generado es de carácter “antropológico”.
Ese patriotismo ético se ha expresado en ese himno a la libertad que es el tema musical “Patria o Vida”, claramente lo opuesto al “Patria o muerte” del régimen, donde lo segundo se ha dado gracias al ataque constante a lo primero. Dada su importancia, reproducimos toda la nota:
A principios de este año, la vicepresidenta del Parlamento Europeo, Dita Charanzová, denunció el incumplimiento por parte del régimen cubano de los acuerdos con la Unión Europea sobre los derechos humanos. Ahora se suma a los que celebran el éxito del reciente tema musical Patria y vida, considerado ya como un himno de libertad para el pueblo de Cuba.
La canción no sólo denuncia la ausencia de libertades básicas en Cuba, la represión política del régimen y las desigualdades sociales; también expone la fatiga, el miedo y la incertidumbre que vive cotidianamente el cubano de a pie, a la vez que propone reemplazar la consigna de la revolución cubana Patria o Muerte por Patria y Vida.
Como respuesta, la prensa nacional ha recurrido a una estrategia bien conocida: la de utilizar argumentos ad hominem, un tipo de falacia mediante la cual se pretende descalificar una idea atacando a quienes la defienden. Han llamado a los autores «ratas», «carentes de talento», «vividores», «delincuentes», de «precariedad ética» y «anticubanos». Según indica el título de un artículo de la prensa oficialista cubana, habría que “cantar a la patria, no contra ella”. Dicha afirmación reposa, sin embargo, sobre una confusión que merece ser examinada: aquella que identifica la patria con las doctrinas políticas de un Estado.
Esta confusión no es trivial. Tal identificación convierte automáticamente a los disidentes en enemigos de la patria. No son pocos los que han sido vilipendiados, humillados públicamente y encarcelados por traición a la patria al expresar opiniones políticas, allí donde sólo hubiera sido necesario escuchar lo que tenían que decir, tal y como corresponde a todo sistema político que respete la opinión y los intereses de todos sus ciudadanos. Identificar las doctrinas de un Estado con el amor a la patria hace posible la intolerancia hacia las opiniones políticas divergentes, divide a los ciudadanos y convierte a aquellos que disienten en ciudadanos de segunda clase, tratándolos como extraños en su propia patria. Tal identificación empodera a quienes se pliegan a la doctrina del Estado, y deslegitima a los que piensan diferente, dejándolos sin protección.
La patria no es propiedad de un grupo de individuos que piensan de manera similar: es patrimonio de todos los ciudadanos. Patria es la república en la cual los ciudadanos pueden vivir en libertad, realizando sus proyectos de vida, sin la intervención arbitraria del Estado. Como ha mostrado Maurizio Viroli, su supervivencia necesita de líderes políticos honestos, de un conjunto de instituciones políticas, sociales y económicas cuya legitimidad sea reconocida por el pueblo, así como de una amplia participación ciudadana en la vida pública.
Los enemigos de la patria no son quienes piensan diferente, sino la tiranía, la corrupción, el despotismo y la imposición de la homogeneidad ideológica. Son aquellos que se benefician de la discriminación política, de la explotación, de la exclusión y de la negación de los derechos civiles.
El patriota siente una identificación y una afección especial por su país, una preocupación por el bienestar de sus compatriotas, así como el deber de hacer sacrificios cuando la libertad de su pueblo se ve comprometida. El patriota se debe a la libertad que las instituciones de su patria hacen posible. Es la legitimidad de estas instituciones la que refuerza las obligaciones ciudadanas y el compromiso para defender esta libertad. Cuando estas instituciones no representan los intereses de todos los ciudadanos, sino los de una ideología particular, la cohesión social se pierde y las leyes, que deben ser el reflejo de la soberanía popular, pierden adhesión.
Como señala Jürgen Habermas, los ciudadanos deben entenderse como los autores de las leyes que los rigen, no como sus víctimas. Para ello, es necesario que sean capaces de deliberar públicamente, sin temor a ser perseguidos por sus opiniones políticas o religiosas. La deliberación es una herramienta imprescindible para mantener el carácter democrático de un país y la calidad de sus instituciones públicas. Pero tal deliberación no debe limitarse a un grupo selecto de individuos fieles a una ideología: debe incluir a todos los sectores de la sociedad y sistemas de pensamiento.
Es gracias a ese tejido de interacciones sociales a través de la deliberación que se fortalecen las instituciones, que se incrementa la confianza ciudadana en los procesos políticos y que se lleva a cabo la inclusión social. Es mediante tal inclusión que todos podemos sentirnos parte de ese algo más grande que nosotros que es la patria.
Denunciar los abusos que se cometen en un país, las violaciones de los derechos más elementales, el miedo que experimentan los ciudadanos en la vida cotidiana a expresar lo que piensan no es entonces «cantar contra la patria». Es cantar por ella. Cultivar una preocupación especial por el bienestar de los compatriotas, exponiendo a la luz del mundo sus desdichas, frustraciones e impotencia no es «anticubano», es una expresión de un tipo de patriotismo que, lejos de ser censurado, debería ser cultivado: el patriotismo ético.
El patriotismo ético se preocupa por la dimensión moral del país. No teme indagar en sus momentos oscuros, ni someter a escrutinio crítico las políticas públicas que perjudican el bienestar de los ciudadanos. El patriotismo ético no tiene compromiso con una doctrina política particular, sino con la calidad de las instituciones públicas, con la libertad y los derechos de todos los ciudadanos, sin importar sus creencias o afiliaciones políticas.
Igor Primoratz ha defendido la idea según la cual el patriotismo ético se experimenta a través de un vínculo afectivo entre la identidad moral del ciudadano y la de su país. Lejos entonces de negar la injusticia que pueda caracterizar las leyes establecidas, lejos de ocultar las prácticas inmorales del sistema político regente, el patriotismo ético suscita la obligación moral de identificarlas y denunciarlas. El patriotismo ético no acepta que los compatriotas sean discriminados por ninguna razón, ni que el Estado respalde la intolerancia, ni que sus representantes se beneficien a expensas de los ciudadanos. El patriotismo ético llama a aceptar y a asumir la parte de responsabilidad moral colectiva que tenemos por los errores presentes y pasados intentando no repetirlos. Sobre todo, llama a remediarlos. Cuba necesita un patriotismo ético.
Y precisamente los autores de “Patria y Vida”, en representación de “la Cuba del futuro” se hicieron oír en el Parlamento Europeo, en una reunión que tuvo como lema el título de la canción ‘Patria y vida’:
“Cuba es como una mujer maltratada que tiene que esperar a que su maltratador se duerma para coger a sus niños y huir. Yotuel Romero, uno de los creadores de la canción Patria y Vida, fue contundente con esta imagen en el evento que encabezó este viernes, ofrecido por el Parlamento Europeo y que congregó, de manera inédita, a artistas y activistas de dentro y fuera de la Isla.
Fue un hermoso evento, lo cual se refleja en la nota de 14ymedio, la cual reproducimos a continuación:
Auspiciada por la vicepresidenta Dita Charanzová y el eurodiputado Leopoldo López Gil, el Grupo Renew Europe y el Grupo Popular Europeo y organizada por Cuban Prisoners Defenders, la reunión tuvo como lema el título de la canción hecha viral y en ella participaron tres de sus creadores: el propio Romero y Randy Martínez (de Gente de Zona) en directo y Maykel Castillo Osorbo mediante videograbación, aparte del realizador del videoclip, Asiel Babastro, que inició leyendo un poema del proscrito Reinaldo Arenas.
Además de ellos, intervinieron el opositor venezolano Juan Guaidó, la activista y académica Anamely Ramos, la escritora Wendy Guerra, el científico Ariel Ruiz Urquiola, los músicos Arturo Sandoval y Willy Chirino y el actor Alexis Valdés, con la presencia de varios eurodiputados como Javier Nart.
«Mi Cuba no aguanta más, señores», clamó Yotuel Romero, quien vive desde 1999 en España y está casado con la actriz Beatriz Luengo. El cantante agradeció a Europa haberle demostrado que «se puede tener patria y ser libre» y pidió «que los cubanos podamos tener un país próspero» para «no salir a soñar», sino «soñar desde adentro», para lo cual «necesitamos democracia».
Anamely Ramos contó que mientras se encontraba «acuartelada» en la sede del Movimiento San Isidro (MSI), en protesta por el encarcelamiento del rapero contestatario Denis Solís, «pensaba siempre en la vida» y opina que la canción, aunque aparece justo cuando el régimen arrecia más la represión, «nos permite habitar por un momento en esa Cuba del futuro que deseamos». Ramos tuvo palabras para los más de 130 presos políticos que se encuentran en la Isla, cada uno de los cuales significa «una familia destrozada», y concluyó con las palabras de Oswaldo Payá: «Libertad y vida para Cuba».
Junto a ella se mostró emocionada de participar Wendy Guerra, quien se centró en la verdadera situación de la mujer en la Isla, acallada por el oficialismo. «Aunque yo no vivo en el mundo árabe, mi país forma parte del 25% que no cree que hay un problema de violencia de género», dijo la autora. Guerra denunció que sus editores del New York Times no la creen cuando ella habla en sus columnas de feminicidios porque «no lo puedo demostrar con datos oficiales» así como que la prensa independiente, que sí informa de ellos, no esté acreditada por el Gobierno. También lamentó que, fuera, los libros sobre Cuba «ya no interesan a nadie», mientras, dentro, hay escritores, como ella misma, que no pueden participar en la Feria del Libro de La Habana.
«Ahora ustedes y nosotros estamos súper conectados», hizo hincapié Maykel Osorbo mediante video, repitiendo uno de los lemas del MSI. Para el rapero, si tantas personas en Cuba y fuera de ella se identifican con la canción» es «porque los libera de una disyuntiva macabra, esa elección fatal entre la patria y la muerte». «Muchos cubanos han salido de la Isla buscando una vida mejor y han muerto en el mar, cruzando fronteras. Otros murieron en las guerras que apoyaba el Estado», recordó. «Ya nosotros estamos cansados de la palabra muerte y de que para ser patriota, para querer a Cuba, hay que morir».
Una historia de exilio fue la que relató, emocionado, el trompetista Arturo Sandoval, declarado por el régimen «traidor a la patria», cuyos padres se echaron al mar con más de 70 años para reencontrarse con él, después de que la Seguridad del Estado, «por orden expresa de Fidel Castro», destruyera sus pasaportes, con la visa estadounidense ya concedida, y casi no viven para contarlo. La madre del artista quedó paralítica durante seis meses y sufrió secuelas hasta sus últimos días. «A pesar de todo esto comparezco ante ustedes sin rencor, con la mano en el corazón, para dar fe de que lo único que salvará a Cuba de no zozobrar en el mar de la incomprensión y el resentimiento es el amor y el reencuentro entre todos los nacidos en nuestra bella Isla», aseguró. «Nuestros esfuerzos deben estar concentrados en la unión de todos los cubanos» y «enfocarse en una solución que acabe con esta pesadilla de una vez».
Otro célebre músico del exilio, Willy Chirino, precedente del «activismo musical» con su canción Nuestro día ya viene llegando, escrita hace 30 años, reivindicó la Operación Pedro Pan, por la que él, junto a otros 14.000 niños cubanos, pudieron abandonar la Isla, para explicar la «tragedia» que comenzó «el primero de enero de 1959» y que calificó de «nuestro holocausto».
El futuro mejor que prometía el triunfo de la Revolución, describió Chirino, «en muy poco tiempo se desmoronó gracias a las mentiras de un líder prepotente, narcisista y por desgracia carismático, que subyugó y traicionó a su pueblo, enterrándolo en la miseria mientras asesinaba, desterraba, encarcelaba y torturaba a todos los que no estuvieran de acuerdo con su doctrina».
Chirino reivindicó el papel de Patria y Vida en un posible cambio político: «Una bala apaga un corazón, una canción lo enciende», y «en nombre de la música», se dirigió a aquellos artistas «que expresaron simpatías por la Revolución cubana», como Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat, Pablo Milanés, Chico Buarque, Robert De Niro, Caetano Veloso, Beyoncé, para pedirles «hoy, más que nunca, reflexión ante el dolor de un pueblo herido».
«El mayor daño que este Gobierno ha hecho a mi pueblo, además de lo material, es un daño moral», aseveró el actor Alexis Valdés, quien tiene prohibida la entrada a la Isla desde hace 15 años. El régimen, continuó, «nos ha privado del uso de la verdad y ha enseñado a la gente a mentir, a vivir en doble moral para poder sobrevivir».
Y denunció: «La mayoría de los que estamos hoy aquí no somos exiliados, somos desterrados porque no podemos volver a nuestra tierra, en pleno siglo XXI, y esto es una flagrante violación de los derechos humanos».
La retransmisión, comentada en YouTube por miles de personas, muchas de ellas partidarias del régimen que llenaron los comentarios con el lema castrista «patria o muerte», concluyó con dos promesas felices. Una, la convocatoria de Yotuel Romero a organizar un «macroconcierto» que tenga por título Patria y Vida en el que participen todos los artistas que se sumen de dentro y fuera de la Isla, a lo que Willy Chirino se mostró, con entusiasmo, «150.000%» dispuesto, y otra, el anuncio de la vicepresidenta europea Dita Charanzová: «No vamos a parar, vamos a continuar hasta que Cuba sea un país democrático». El video de la conferencia:
3 – Cuba es una dictadura: afirmar lo contrario es mezquino y monstruoso. En Cubanet, Ana León nos ha ofrecido una reseña en la que destaca la declaración del Sr. Alberto Navarro, embajador de la Unión Europea en Cuba desde 2017, según la cual “Cuba no es una dictadura” , afirmación que hizo con rostro serio y con un énfasis y una seguridad que casi bordaban en el asombro ante cualquier duda al respecto.
“y lo ha enfatizado con la misma convicción que lo llevó a estampar su nombre en una carta enviada al presidente estadounidense, Joe Biden, solicitando el levantamiento del embargo a la Isla. Sus palabras no pueden tomarse como un desliz cognoscitivo; pero si así fuera, bastaría con remitirlo a una magna institución de (su) casa, que define dictadura como “régimen político que por la fuerza o la violencia concentra todo el poder en una persona, grupo u organización, y reprime los derechos humanos y las libertades individuales” (Real Academia de la Lengua).
Si a la luz de esta categórica definición el Representante de la Unión Europea no ha ponderado el listado de más de un centenar de presos políticos en cárceles cubanas; los actos de repudio retomados en los últimos meses para sembrar odio y división entre los ciudadanos; las campañas de vituperio y descrédito como política de estado; la conculcación del derecho a la libertad de prensa, expresión y creación, entre tantas otras violaciones a las garantías civiles constitucionalmente reconocidas, queda claro que su función en Cuba no consiste en velar por el cumplimiento de los acuerdos bilaterales en materia de derechos humanos; sino fungir como protector de los intereses económicos que empresarios europeos mantienen en la Isla. (…)
“…es imperdonable que un diplomático caiga en semejante vileza. Cada uno desde su propia naturaleza comete el error, compartido por muchos otros, de pensar que en Cuba se hablará de dictadura cuando haya cadáveres baleados en las esquinas, como ocurrió en los tiempos del nazismo y el franquismo”…(…)
La necedad no discrimina, pero no es lo mismo en boca de artistas ajenos a los temas políticos, que en la del Embajador del bloque europeo, figura pública y de peso que debería rendir cuentas por sus infortunadas palabras, pronunciadas el mismo día en que artistas y activistas cubanos denunciaban ante el Parlamento Europeo los desmanes de la dictadura castrista, y defendían el derecho de todos los insulares a tener Patria y Vida.
Fue tal el escándalo ante esa afirmación, que hubo protestas generalizadas, empezando en el Parlamento Europeo, y el Sr. Borrell, Alto Representante de la Unión para para Asuntos Exteriores y Políticas de Seguridad (que por cierto no está teniendo un comienzo de año muy feliz en su cargo) tuvo que llamarlo, y luego de lo que suponemos fue un buen jalón de orejas por su estupidez, le permitió volver a su cargo, en el cual suponemos seguirá en tanto mantenga la boca callada y suprima o reduzca al menos sus efusivas manifestaciones antinorteamericanas y a favor del castrismo.
4 – El Observatorio Cubano de DDHH afea a Bachelet su falta de crítica al Gobierno de Díaz-Canel
El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) ha cuestionado recientemente la labor desempeñada por la Alta Comisionada de la ONU Michelle Bachelet, ya que considera que «no ha estado a la altura en la defensa de los Derechos Humanos» y ha esquivado cualquier crítica al Gobierno de Miguel Díaz-Canel.
Pasa lo mismo con la situación venezolana; hace poco se publicitó una foto de Bachelet, sonriente, en conversación con el tirano Nicolás Maduro (cuya nacionalidad real sigue sin ser plenamente conocida), lo cual generó toda una serie de críticas. Pocos días después se renovaron los informes de la ONU sobre las continuas violaciones a los derechos humanos del pueblo venezolano, lo cual trajo consigo las alabanzas correspondientes. Es que somos cada día más esclavos de las redes sociales, y analizamos la realidad a ritmo de Tuit o de foto en Facebook o Instagram. Nos olvidamos del contexto, en suma.
Pero en el caso cubano, hay que reconocer que no solo la ONU y sus diversas organizaciones, sino en general muchas instituciones internacionales –y países democráticos- miran por desgracia al otro lado cuando se trata de la dictadura castrista; ¿no es acaso Cuba miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU? Y el señor Guterres, el actual Secretario General, ¿no tiene nada que decir, o hacer para revisar semejante escándalo, denunciado por cierto por el nuevo Secretario de Estado norteamericano, Anthony Blinken?
Veamos parte de la nota:
«Durante su mandato, no se ha producido ninguna denuncia ni investigación pública sobre la represión en Cuba, en momentos en que el Gobierno ha radicalizado el acoso y hostigamiento contra los diferentes actores de la sociedad cubana, incluso utilizando la situación de pandemia», ha lamentado la organización opositora.
El Observatorio, que solo en febrero constató 373 acciones represivas, 120 de ellas detenciones arbitrarias, ha recordado que la represión continúa en Cuba y ha puesto como ejemplo el Movimiento San Isidro, lanzada por artistas y con eco tanto dentro como fuera de la isla.
Así, el OCDH reconoce que pudo considerar «razonable» que Bachelet iniciase su mandato como Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos de forma «discreta» para mantener un canal de comunicación «fluido» con La Habana, pero considera que «no ha dado resultados».
«Por tanto nos preocupa que tampoco se haya hecho algo para modificarla», ha indicado el Observatorio, que ha reclamado «una mirada menos ideológica y enfoques más serios sobre la situación de los Derechos Humanos en Cuba» por parte de la expresidenta chilena.
5 – También sobre el tema de los derechos humanos, pero destacando los cambios en la la sociedad civil cubana, «cada vez más crítica y diversa», en 14ymedio varias organizaciones de defensa de los derechos humanos señalan el activismo de nuevos actores. Y ello ante el crecimiento de la represión y persecución a toda disidencia, que ante el aumento de los presos, incrementan las protestas.
Para el Observatorio Cubano de Conflictos (OCC), en febrero hubo 159 manifestaciones públicas. No solo son más que en enero (137) sino que, a diferencia de lo que ocurría hasta mediados del año pasado, el 70% de ellas estuvieron relacionadas con los derechos políticos y civiles.
“El OCC se sorprende de que solo el 30% restante se diera por la reivindicación de derechos económicos y sociales, «a pesar de la crisis socioeconómica que azota al país». Estas se vieron provocadas, fundamentalmente, por el incremento del costo de la vida que ha traído la llamada Tarea Ordenamiento.
Para este Observatorio, la principal causa del crecimiento de las protestas en febrero es «el empecinamiento en reprimirlas de un régimen que perdió toda credibilidad ante una sociedad civil cada vez más crítica y diversa».
Hay un creciente abanico de actores críticos, dice esta organización con sede en Miami. A los artistas, periodistas independientes, animalistas, trabajadores por cuenta propia, cineastas y agricultores privados se comienzan a sumar sectores «hasta ahora mayormente pasivos», como abogados, arquitectos, médicos, profesores, científicos y contadores, después de la inclusión de estas profesiones en la lista de 124 actividades prohibidas para ejercerse por cuenta propia.
En vista del incremento y diversificación de las protestas, el OCC explica que hay una conciencia masiva «dentro y fuera de Cuba» de que «el Estado ya no asume responsabilidad alguna por el bienestar general ni respeta derechos ciudadanos básicos».
Como ejemplo, menciona el comunicado de varios ex oficiales militares donde sentencian que ya «no hay revolución ni socialismo que defender», así como la canción Patria y Vida, estrenada el pasado 16 de febrero por el dúo Gente de Zona, Yotuel Romero, Descemer Bueno, El Funky y Maykel Castillo Osorbo, que rápidamente se hizo viral. Estos seis músicos lograron expresar, dice el Observatorio, «el sentir de la gente de a pie en la Isla»: «Y no tenemos miedo, se acabó el engaño, ya se acabó, son 62 haciendo daño». (…)
Los datos sobre la represión los aporta en su informe de febrero el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH): al menos 373 acciones represivas contra activistas de derechos humanos y periodistas independientes, de las cuales 120 fueron detenciones arbitrarias, 16 de ellas con uso grave de violencia. (…)
La organización contabiliza 135 presos y condenados políticos a fecha del 1 de marzo, cuando se cumple un año desde que empezó a publicar estos informes. En aquel momento, la lista arrancó con 127, a los que se han incorporado 53 nuevos casos (4,4 nuevos al mes) hasta sumar 180 de los que 45 ya han sido liberados, la gran mayoría por cumplimiento íntegro de las condenas y, excepcionalmente, por otros motivos como las modificaciones de la medida provisional, fianzas y otros.
La situación de febrero la resume también en su informe el Centro Cubano de Derechos Humanos, dirigido desde La Habana por Marta Beatriz Roque, quien, entre otras cosas, destaca la presencia de artistas de dentro y fuera de la Isla en un acto online auspiciado por el Parlamento Europeo para denunciar la falta de libertad de expresión y las violaciones contra los derechos humanos cometidas por el régimen.
Además, inciden en la situación económica, sobre la que son tajantes. «La Tarea Ordenamiento no ha creado, ni va a crear, un efecto positivo sobre el trabajo. El mercado laboral está maleado por el modelo económico y la influencia que pueda tener sobre las personas, lo que implica que ni la eliminación de los subsidios y el aumento de los salarios van a traer de vuelta trabajadores al mercado estatal», sentencia Roque.
Siempre en este tema, una organización muy pujante y con mucho dinamismo, es “Cuba Humanista”, “nacida de manera virtual como un proyecto político independiente, «inclusivo y transversal» que busca dar voz dentro del país a los que las autoridades silencian”.
No solo le damos la bienvenida, sino que nos congratulamos por la presencia en su equipo organizador de voces amigas, voces respetables, dentro y fuera de la Isla. Su esfuerzo es el de todos nosotros, sus aspiraciones, las mismas nuestras, lograr la libertad para nuestra amada Cuba.
Me despido, como ya es costumbre, deseándoles sobre todo salud, y rogándoles que se cuiden y cuiden a sus seres queridos, que como ya se ha dicho, “nadie estará a salvo hasta que todos estemos a salvo”.
Marcelino Miyares, Miami, 23 de marzo de 2021