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Una Bitácora Cubana (XXXVI)

Acaba de regresar de su primera gira asiática Miguel Díaz-Canel. Hablar de la pujante economía de tal continente es mencionar a Japón, Corea del Sur o Singapur. Pero por supuesto que el heredero seleccionado a dedo por Raúl Castro no visitó dichos países. La verdad es que las giras de Díaz-Canel tienen un tufo parecido a las de Nicolás Maduro. Solo visitó gobiernos de países con regímenes autoritarios, preferiblemente de pasado y presente comunista, y lo hizo cual limosnero en la puerta de la iglesia marxista. Fue a buscar auxilios, ayudas, alguien a quien embaucar en pleno siglo XXI, a quien pedirle prestado para nunca pagar, como lo han venido haciendo los Castro por más de medio siglo. Agotada la destruida Venezuela, desaparecida la Unión Soviética, se buscan urgentemente nuevas ubres de las cuales mamar lo que sea para mantener al régimen.  

Desde el punto de vista de la historia de las relaciones económicas de Cuba con estos cinco países, se podría afirmar que la visita era a China y a cuatro países más. Como destaca Elías Amor Bravo más abajo, China representa el 94% del total de las exportaciones cubanas a dichas naciones. De hecho, en los últimos cinco años las exportaciones a los cinco han caído un 30%. Y con dos de los cinco, Laos y Corea del Norte, prácticamente no existen relaciones económicas significativas. Pareciera que entonces se incluyeron Lapara abultar una agenda que sin ellos luciría muy escuálida.

“Diario de Cuba” (¿Qué sacó Miguel Díaz-Canel de su viaje a Asia?) hizo un buen resumen del viaje. Entresaquemos algunas de sus observaciones:

Cautivado por la “profunda espiritualidad asiática” hallada en Laos, Miguel Díaz-Canel puso fin a una gira en la que encontró “soporte” de sus principales aliados fuera del continente.

En esta última parada, como ocurrió en Rusia, Corea del Norte, China y Vietnam, el gobernante cubano fue “huésped ilustre” de la más alta dirigencia de estos países y de todos se despidió con algún pacto económico en las manos.

Primera parada: Moscú (…)

En medio del “entusiasmo” por la visita del gobernante cubano a Moscú, el viceprimer ministro ruso Yuri Borísov afirmó que la ayuda que su Gobierno prestará a La Habana no será en perjuicio de los intereses económicos de Rusia. “No oculto que en la situación actual, al desarrollar nuestras relaciones económico-comerciales, no debemos hacerlo en perjuicio propio”, dijo Borísov.

Explicó que actuar de ese modo sería “insensato, inconveniente y podría repetirse la experiencia viciosa de la Unión Soviética”, en alusión a que la desaparecida potencia comunista privilegiaba los criterios políticos sobre los económicos en sus relaciones con otros gobiernos.

Segunda parada: Pyongyang

El dictador norcoreano Kim Jong-un encabezó un multitudinario recibimiento popular que ofreció a Miguel Díaz-Canel a su llegada al aeropuerto de Pyongyang, hacia donde movilizó a miles de personas con banderas cubanas y de Corea del Norte. (…)

Abogaron por una “mayor expansión y desarrollo de la cooperación y los intercambios en varios campos, incluyendo economía, cultura, sanidad pública, ciencia y tecnología para satisfacer intereses comunes”.

Tercera parada: China

Díaz-Canel comenzó su viaje a China con una visita a la Exposición Internacional de Importaciones de Shanghái, donde participan productos cubanos, y allí mostró su apoyo al evento con el que el gigante asiático quiere exhibir su apertura económica al mundo.

El intercambio comercial entre Cuba y China alcanzó en 2017 unos 2.000 millones de dólares.

Miguel Díaz-Canel se reunió con el presidente chino, Xi Jinping, en la que los dos gobiernos acordaron impulsar los lazos “de amistad” que los unen.​

Cuarta parada: Vietnam

Uno de los asuntos más importantes tratados durante la visita fue el impulso de un acuerdo de comercio bilateral que fortalezca las relaciones económicas entre ambos gobiernos, según el periódico local Vietnam News citado por EFE.

En un reciente foro de inversiones en Cuba, el directivo del departamento de Inversión Exterior de Planificación e Inversiones de Vietnam, Vo Van Chung, afirmó que Hanoi y La Habana negocian la aprobación de un tratado comercial que aumente el intercambio desde los 224.300.000 dólares de 2017 hasta los 500.000.000 de dólares en 2022.

Vietnam es el segundo mayor socio comercial de Cuba en Asia, detrás de China, con un valor aproximado de intercambio por valor de 224 millones de dólares.

Parada final: Laos

Díaz-Canel se reunió en Vientián con su homólogo de Laos, Bounnhang Vorachith. Fue firmado un memorándum de entendimiento sobre la cooperación entre el Banco de la República Popular de Laos y el Banco Central de Cuba, según informó la Cancillería de la Isla.

Además, en presencia de los dos presidentes se firmó un acuerdo de cooperación deportiva entre el Ministerio de Educación y Deportes de Laos y el Instituto Nacional de Educación Física y Recreación (INDER).

Los intercambios económicos de Cuba con el régimen comunista de Vientián son prácticamente inexistentes, aunque las relaciones diplomáticas, que datan de 1974, y los lazos de amistad bilaterales se mantienen fuertes mediante intercambios culturales y encuentros de autoridades.

Según un resumen publicado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba de la visita a Laos, Díaz-Canel y Vorachith “coincidieron en que la conmemoración, en 2019, del aniversario 45 del establecimiento de relaciones bilaterales resultará una ocasión propicia para dar un nuevo impulso a los vínculos”.

 

Invitaciones, abrazos, promesas de amor eterno, en el marxistamente litúrgico lenguaje entre comunistas, etéreos “acuerdos de cooperación”, etc. Más de lo mismo de siempre. Díaz-Canel ha comenzado a saborear las amargas mieles de las relaciones comerciales en el mundo globalizado. Debe haberse sentido como quinceañera en baile escolar a quien todos sonríen y saludan, pero nadie saca a bailar. Y es que en la Isla no hay un número infinito de trabajadores-esclavos a quienes explotar en el exterior, como ha sucedido con los médicos cubanos. Y la amplia hoja histórica de fracasos de la economía cubana es muy conocida, en especial por sus amigotes del campo socialista.

En su blog “Cubaeconomía”, Elías Amor Bravo analiza “los efectos del «largo” viaje de Díaz-Canel”. Algunos extractos muy clarificadores:

 

Largo viaje de once días el que acaba de emprender Díaz Canel rumbo a una serie de países, como Rusia, China, Vietnam, Corea del Norte y Laos. El socialismo del siglo XXI en América Latina no da para más, y la búsqueda de fuentes financieras y socios comprometidos con la “revolución” está en la agenda del dirigente castrista. La cuestión es si tendrá éxito o no. Que fuera el mismo Raúl Castro a despedirlo al aeropuerto de Rancho Boyeros da una idea bastante concreta del interés del viaje. El sistema está cerrado, bajo llave. 

Los analistas y observadores de la política castrista se han sorprendido de este viaje. No suele ser frecuente que los dirigentes comunistas de Cuba salgan al exterior. Fidel lo hizo en contadas ocasiones, Raúl prácticamente ninguna. Al margen del temor a una orden de detención internacional cursada por Interpol, los hermanos Castro tenían poco que hacer fuera de la isla de su propiedad. Como buenos dictadores, su ámbito más próximo colmaba sus aspiraciones. Para qué iban a salir del país si todo lo que deseaban estaba al alcance de sus manos. (…)

Si suponemos que el viaje tiene un marcado contenido económico, los datos disponibles ofrecen algunas evidencias. Según la información oficial de ONEI, las exportaciones cubanas a estos cinco países alcanzan en 2017 391 millones de pesos, lo que representa alrededor del 16% de las ventas totales del país en el exterior. China se destaca en primera posición, con 364 millones que supone casi el 94% del total, Corea del Norte o Laos por ejemplo no recibieron exportaciones cubanas en 2017. Además, con respecto a 2012, la dinámica de las ventas de Cuba en estos países no se puede considerar favorable, en aquel año, la cifra alcanzó 562 millones de pesos, por lo que en el último lustro se ha producido un descenso del 30% en las exportaciones cubanas a los cinco países y la culpa obviamente no es del “bloqueo”. Difícil lo tiene Díaz-Canel con este balance para que le concedan financiación.

Porque las importaciones de estos países, lo que compra Cuba, parece otra cosa. En efecto, estos cinco países vendieron a Cuba en 2017 por valor de 2.353 millones de pesos, que representan el 23% del total de las importaciones. Un peso claramente superior en el comercio, donde China ocupa una clara posición de liderazgo. Además, con relación a 2012, las compras que hace Cuba a estos países han aumentado un 40%, a pesar del “bloqueo y del embargo”, un dato que contrasta con la disminución que en el mismo período experimentan las importaciones totales de la Isla, que fue un 27%.

Por lo tanto, las compras hacia estos países han aumentado, en concreto con Rusia un 65%, con Vietnam un 47% más, y con China, a pesar de sus abultadas cifras, también ha aumentado un 34% sus importaciones a Cuba. A resultas de lo anterior, la economía de la isla mantiene un considerable y abultado déficit comercial con estos países, en concreto de los 1.123 millones de pesos de 2012 se ha pasado a 1.962 millones en 2017, prácticamente el doble. No es extraño, a la vista de esos datos, que Raúl Castro haya ido al aeropuerto a despedir a Díaz-Canel y desearle suerte en sus gestiones. Le hará falta. (…)

A pesar de todo, considero que el balance final no va a dar excesivos motivos de alegría. Va a ser difícil que este viaje sirva para compensar las enormes pérdidas que para el régimen comunista de Cuba se derivan de la pérdida de los contratos en Brasil (y la exigencia inmediata del pago de deudas por la nueva administración presidencial) y de la disminución del fuelle de Venezuela, cada vez más sin futuro. (…)

Por lo tanto, creo que este viaje no tendrá grandes beneficios para el régimen comunista de La Habana, a pesar de las expectativas abiertas. (…) En China o Rusia ya están hartos de no cobrar a tiempo, y es posible que le aprieten las clavijas. Hasta los socios más atentos, pierden la paciencia en algún momento. (…)

La cuestión es ganar tiempo como sea para no implementar las únicas medidas que pueden mejorar la productividad de la economía cubana y permitir la superación de su actual marasmo, clavada en ese fatídico 1,1% de crecimiento del PIB que le atribuye la CEPAL. No veo a “Kim” el de Corea del Norte, comprando médicos, maestros o entrenadores cubanos. No es Evo Morales.

 

Sobre el mismo tema, Rafael Rojas, en una nota en “El País” (“La dualidad cubana”), señala que

 

Díaz Canel mezcla resistencia y adaptación: refuerza el control económico pero también abre Cuba al capital extranjero (…)

Díaz Canel y quienes lo rodean, sean viejos o jóvenes, intentan una corrección del rumbo por medio de una mezcla de resistencia y adaptación, de fidelismo y raulismo. A la vez que refuerzan el control económico, por medio de restricciones caprichosas al crecimiento del trabajo por cuenta propia y al sector no estatal, abren la oferta de Cuba al capital extranjero de una manera que jamás se había visto en la historia postrevolucionaria. (…)

Luego de condenar el capitalismo como causa de todos los males de la humanidad, en la Asamblea General de Naciones Unidas, Díaz Canel se dio un baño de élite en Manhattan, junto a su principal aliado, Nicolás Maduro. (…)

Antes de viajar a Nueva York, Díaz Canel dio su primera entrevista formal como presidente, no a GranmaLa Jornada o algún otro periódico clásico de la izquierda latinoamericana, sino a Telesur. Allí condensó el dualismo que rige la política doméstica e internacional del nuevo Gobierno y que se plasma, de manera implícita o explícita, en la nueva Constitución. Esta administración cubana se asume públicamente como “continuidad” en la medida en que refuerza los controles de la autonomía económica y política dentro de la isla y relanza su acople estratégico con Venezuela y lo que queda del bloque bolivariano.

Sin embargo, esa continuidad no es tal en la oferta del mercado cubano al capital extranjero. Aquí el nuevo proyecto rebasa al antiguo porque asume más plenamente el avance hacia un capitalismo de Estado, para el cual se requiere un pragmatismo internacional que supere la diplomacia ideológica de Fidel Castro. La recuperación de los vínculos con Europa, las varias visitas de Federica Mogherini y el próximo viaje del presidente Pedro Sánchez a La Habana se inscriben en ese avance, que podría dar buenos resultados si se acompañara de un impulso a la reforma económica y política en la isla.

En la política económica la principal zona de conflicto está en los frenos al crecimiento del sector no estatal y en la profundización de la disparidad social, como consecuencia del enclaustramiento del segmento globalizado de la economía cubana. Si la llegada de inversiones y créditos no es acompañada de un ensanchamiento del mercado interno y de ingresos económicos sólidos que permitan reorientar el gasto público, la pobreza y la desigualdad, y con ellas, el racismo, la violencia y la marginalidad, seguirán creciendo.

En las relaciones internacionales podrían localizarse dos focos de conflicto en el respaldo acrítico y, a todas luces, irresponsable del Gobierno cubano a la Venezuela de Maduro y la Nicaragua de Ortega, y en la contradicción entre el pragmatismo internacional y la represión de la oposición y la sociedad civil domésticas. Cualquier coyuntura altamente represiva, lo mismo en Venezuela, en Nicaragua o en la propia Cuba, puede descarrilar el entendimiento con la Unión Europea. (…)

 

La conclusión es clara: El régimen cubano, a pesar de que ha intentado mostrar tímidas reformas, algunas aperturas, no quiere adaptarse en serio a la economía internacional, nunca lo ha querido. Lo que siempre ha deseado es explotarla a su favor. Ni siquiera los ejemplos del pragmatismo chino, o el vietnamita, en materia económica les ha hecho cambiar de parecer. El inmovilismo es un dogma fundamental para la religión castrista.

 

Yoani Sánchez, también en El País, hace mención del anunciado viaje futuro de Pedro Sánchez, jefe de gobierno español a Cuba. Destaca los peligros que pueden aparecer en dicho viaje para el gobernante socialdemócrata. Y, sin duda alguna, la mano limosnera castrista estará abierta para recibir lo que tenga a bien darle Sánchez:

 

 

Si el presidente del Gobierno español regresa de la isla sin haberse reunido con disidentes y sin haber escuchado otra versión que la del Palacio de la Revolución, habrá sido un viaje inútil y parcial.

Pedro Sánchez llegará a Cuba y pondrá fin a un largo período de 32 años en el que la isla no ha recibido la visita oficial de un presidente del Gobierno de España. La otrora Madre Patria espera así reafirmar su presencia empresarial y reconquistar el terreno que ganó Estados Unidos con el deshielo diplomático. Sin embargo, la visita proyectada como un paseo de sonrisas y apretones de mano tiene muchas posibilidades de fracasar.

En su estancia en La Habana, Sánchez estará entre tres fuegos cuyas llamas le apuntan desde diferentes posiciones. No hay manera de que no resulte quemado, o al menos chamuscado, en este viaje, pero sería bueno que conozca la envergadura del incendio antes de adentrarse en él. (…)

Uno de los fuegos en el que arderá el jefe del Ejecutivo español será el del todopoderoso Gobierno. Un verdadero maestro en la coreografía diplomática, que conoce cada paso para que el visitante no se aparte de una agenda milimétricamente diseñada. Ese itinerario tiene un claro fin: mostrar las bondades del sistema cubano y, de paso, meter mano en el bolsillo del huésped para que otorgue créditos blandos a la renqueante economía de la isla.

Miguel Díaz-Canel exhibirá la visita como un espaldarazo a su Gobierno y un éxito del recién estrenado mandato. Si Madrid “santifica” a este presidente elegido a dedo es muy probable que le sigan otros dignatarios europeos que no quieran quedarse sin su alfombra roja en La Habana. (…)

Ministros, funcionarios y apparatchiks rodearán a Sánchez y, con un gesto de la mano o de las cejas, dejarán caer la idea de que pronto, muy pronto, el país entrará en una senda de reformas profundas y que todo lo que hoy son deficiencias serán logros mañana. Vestidos de cuello y corbata o de la tradicional guayabera, le venderán el espejismo de un cambio que está a la vuelta de la esquina y para el que solo hace falta un poco más de dinero. (…)

Para exorcizar los demonios de la manipulación de sus palabras, Sánchez debería demandar, a la manera en que lo hizo Barack Obama, una oportunidad para hablarle directamente al pueblo de Cuba en vivo y en directo. (…)

La otra brasa ardiente que tendrá Pedro Sánchez frente a sí es la oposición política y el activismo. Hasta el momento no se ha informado de que vaya a reunirse con ningún opositor y tampoco si la prensa independiente podrá cubrir algunos de los actos en que participe. (…)

Si el avión presidencial despega de esta isla sin que el mandatario haya escuchado otra versión de Cuba que la del Palacio de la Revolución, este habrá sido un viaje inútil y parcial.

De voz de los disidentes podrá enterarse Sánchez de la persistencia de la represión, ahora enmascarada en subterfugios como el de condenar a los opositores por “atentado a la autoridad” o “desacato”, tipificados como delitos comunes. Ellos podrán detallarle también cómo en los últimos años muchos activistas han sido “regulados”, un eufemismo burocrático que esconde la prohibición de salir de la isla. Eso, unido a la vigilancia y el fusilamiento de la reputación de los críticos, siguen siendo prácticas comunes en este país.

Pero no acaban ahí las llamas. Sánchez aterriza en una nación donde más de 150.000 ciudadanos se han nacionalizado españoles gracias a la llamada ley de Nietos. Los cubañoles también están esperando respuesta a sus demandas sobre temas que asumen como derechos. Ayudas económicas, un mayor soporte en alimentos y medicamentos para los más ancianos o que interceda para que la plaza de la Revolución reconozca finalmente la doble nacionalidad. (…)

Fuera de esas tres lenguas ardientes, Sánchez tampoco tendrá reposo. Cada acuerdo comercial que firme durante su visita, cada crédito que conceda y cada deuda que condone al Gobierno cubano contrastará con la segregación económica y empresarial a la que están sometidos los ciudadanos de este país. (…)

Sánchez llega en el momento en que la piñata ya se ha hecho añicos y la cúpula gobernante se ha repartido los pedazos más suculentos de la economía nacional, en componenda con inversionistas extranjeros que cierran los ojos ante la falta de derechos de sus empleados o la ausencia de equidad de oportunidades para los nacidos en esta tierra, bajo el argumento de que “si no invertimos nosotros ya invertirán otros”.

En esa Cuba fracturada en lo económico y en lo político, sería un verdadero milagro que esta visita presidencial no termine en más críticas que aplausos. El fuego de la opinión pública aguarda para hacer leña de ese árbol.

 

Quedaba advertido Sánchez el político español, por Sánchez, la periodista cubana. Sin embargo, Sánchez cumplió su palabra y no se reunió con la disidencia. Fue otro viaje por un jefe de gobierno supuestamente demócrata que sigue el guion de la dictadura, que se postra ante ella. No es que guardáramos muchas esperanzas de la conducta de un dirigente que llegó al poder por componendas parlamentarias y no por el voto popular, y que tiene el rancho ardiendo en la política de su país. Ya nadie duda de que nuevas elecciones se realizarán en España más pronto de lo que el actual presidente de gobierno hubiese deseado.

 

Por último, queremos retomar una vez más el tema presente de la Reforma constitucional. Merece mencionarse la posición oficial de la Iglesia Católica cubana, mediante un Mensaje Pastoral de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba. En América 2.1 (americanuestra.com) publicamos dicho mensaje, claro y orientador, el cual puede verse en este enlace:

http://americanuestra.com/mensaje-pastoral-de-los-obispos-catolicos-de-cuba/

Según destaca Diario de Cuba, “la Iglesia Católica rechaza el superpoder del PCC y la puerta abierta al matrimonio gay”. Un resumen de la nota:

 

En un mensaje pastoral publicado en la página en internet de la COCC, los obispos expresan sus consideraciones sobre el llamado proceso de “consulta” del Proyecto de Constitución y exhortan a los cubanos a participar en el referéndum programado para el próximo 24 de febrero, y “expresarse con el ‘sí’ o el ‘no’“, o la abstención.

“Como pastores comprendemos, a partir de los procesos que ha vivido nuestra nación, a quienes piensan que su opinión no cuenta. Sin embargo, queremos invitar a todos nuestros compatriotas a optar por una participación consciente y responsable”, dicen los obispos y solicitan a las autoridades que “las opiniones y aportes recogidos —durante la ‘consulta’— sean tenidos en cuenta”.

En su mensaje, los obispos defienden que “la Constitución no se puede subordinar a leyes, decretos, resoluciones, partidos políticos, ideologías, disposiciones o sentencias judiciales, ya que una Carta Magna prevalece por encima de todos ellos”.

Asimismo, lamentan “la ausencia del reconocimiento a la diversidad de opinión política” en el proyecto sometido a “debate”.

El Proyecto de Constitución descarta el pluripartidismo y mantiene el control del Partido Comunista sobre el resto de los poderes del Estado. Durante el análisis de la reforma en la última sesión de la Asamblea Nacional, el castrismo dejó claro que el partido no se subordinará a la Carta Magna. (…)

Asimismo, señalan que el texto debería proteger “el derecho a la vida (…) desde el momento de la concepción del individuo —en rechazo al aborto, legal en la Isla— hasta la muerte natural”. También, “sería de desear que abarque la exclusión de la pena de muerte”, añaden.

Por otra parte, los obispos opinan que la inclusión como sujetos de derecho de las categorías “género, orientación sexual e identidad de género” es “innecesaria”.

Estas especificaciones “provienen de una evidente influencia de la llamada ‘ideología de género’”, dijeron los prelados. A su juicio “bastaría con la categoría ‘sexo’ para que queden comprendidos todos los miembros de la sociedad”. (…)

La inclusión en el Proyecto de Constitución de elementos que abrirían la puerta a la aprobación del matrimonio homosexual en Cuba es el aspecto que más polémica ha causado en la Isla. Además de la Iglesia Católica, se han opuesto abiertamente a esa posibilidad las iglesias evangélicas, que incluso han realizado una campaña pública en contra, permitida por las autoridades. (…)

Por otra parte, aprovechan el reconocimiento en el proyecto constitucional del derecho a profesar y practicar creencias religiosas para reiterar viejos reclamos de la Iglesia Católica.

“En nuestro caso concreto, esta libertad (religiosa) implica (…) el reconocimiento jurídico de la Iglesia y de su identidad y misión propias, lo que incluye la posibilidad de dar a conocer su enseñanza moral de acuerdo al Evangelio, de acceder de modo sistemático a los medios de comunicación, la libertad de enseñanza y de evangelización, de construir edificios y de adquirir y poseer bienes adecuados para su actividad; y la libertad de asociarse para fines no solo estrictamente religiosos sino también educativos, culturales, de salud y caritativos”, enumeran.

Como la Constitución y el Estado, la “libertad religiosa” está sujeta al control del Partido Comunista, que permite la actividad solo de aquellas denominaciones autorizadas por su Oficina de Asuntos Religiosos.

La COCC critica además que el proyecto constitucional establezca que “la enseñanza es función del Estado” y mencione la contribución atribuida a la familia “en último lugar”.

“Ni el Estado ni ninguna otra institución deben apropiarse esta delicada misión”, dicen los obispos.

En cuanto a los derechos de la familia, afirman que para que esta pueda “alcanzar su pleno desarrollo y bienestar (…) es necesario que la Constitución brinde las posibilidades para que cada ciudadano tenga un salario que realmente satisfaga sus necesidades”.

Igualmente, han de garantizarse las prestaciones sociales necesarias para equilibrar la vida familiar, de modo que sea posible y alcanzable por todos sus miembros una vida estable y vivienda digna, hasta después de la vida laboral de los mismos”, advierten. (…)

Por último, los obispos opinan que el derecho a invertir en el país concedido a las empresas extranjeras debería “ser extendido al ciudadano cubano”.

 

Para terminar esta Bitácora, debemos mencionar el esperado choque entre el régimen castrista y el nuevo presidente brasileño, sobre las críticas al programa “Más Médicos”, que ha concluido con el retiro de más de 11.000 médicos cubanos del país sudamericano.

Para el castrismo, las condiciones exigidas por Bolsonaro son “inaceptables”, como que los médicos hagan la reválida de su título, o que reciban el salario integral y no que se lo quede en su mayor parte el régimen, en una relación laboral inmoral, similar a algún tipo de esclavitud. También exige Bolsonaro que los médicos puedan traer a sus familiares libremente, o sea un derecho humano elemental, que el castrismo, Lula da Silva, Dilma Rousseff y el PT desprecian.

Es sabido que la exportación de servicios médicos es una importante fuente de divisas para Cuba. Asimismo, que su Gobierno se embolsa la mayor parte del salario que perciben sus aproximadamente 55.000 doctores en 67 países extranjeros, una comisión que en el caso de los destinados a Brasil se estima en el 75 por ciento.

El fin del programa sería un duro golpe para la frágil economía cubana, cuya mayor fuente de divisas es la exportación de servicios profesionales (principalmente médicos) de la que recauda unos 11.500 millones de dólares anuales en promedio. Muy superiores a los ingresos por turismo, con apenas 2.800 millones de dólares recibidos en 2016.

Jair Bolsonaro, además, afirmó que su Gobierno ofrecerá asilo político a aquellos médicos que deseen quedarse en Brasil, en contraste con los gobiernos socialistas de Lula y Rousseff, que amenazaban con la deportación a los profesionales de la medicina que quisieran dejar de ser esclavos del castrismo.

El anuncio del régimen de suspender unilateralmente el programa no toma en cuenta, desprecia, la labor realizada por los médicos en las poblaciones brasileñas, y el daño que en un primer momento causaría su abrupta salida, mostrando de alguna manera que, tanto para el castrismo como para el PT, lo primero es la ayuda a la economía comunista de la Isla, y luego el efecto propagandístico que han intentado siempre darle al programa, como ha sucedido también en Venezuela.

De lo que se trata, al final, es de mostrar humanidad hacia los profesionales y hacia sus pacientes. Algo que para el comunismo es simplemente un hecho impensable.

 

Marcelino Miyares, 23 de noviembre de 2018.

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