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Una cacicada en RTVE que ilustra una España sin remedio

Suena a broma pesada que la televisión pública haya pasado dos años y medio sin Consejo de Administración para que, al final, la elección de los vocales de este órgano se haya realizado con el antiquísimo método del 'dedazo'

La que habitamos es una España que repugna, que duele y que está condenada a la decadencia, el raquitismo y la inmundicia. Es la de unos partidos con un tremendo poder destructivo que se unen en monipodio para repartir las instituciones entre sus acólitos. Para premiar con sueldos a comisarios políticos y estómagos agradecidos. Cualquier organización decae cuando el mérito queda sepultado bajo la losa del tráfico de influencias y eso es lo que ha ocurrido con la elección del nuevo Consejo de Administración de Radiotelevisión Española.

Suena a broma pesada que la televisión pública haya pasado dos años y medio sin Consejo de Administración -manejada por una administradora única incapaz- para que, al final, la elección de los vocales de este órgano se haya realizado con el antiquísimo método del ‘dedazo‘. Es lo de siempre: cada partido ha designado a sus ‘delfines’ y todos contentos.

Una vez más, las formaciones políticas que llevarán a España a la ruina han actuado de mala fe con los ciudadanos -que son los que pagan la fiesta- y han poblado un órgano de la Administración con personas de su total confianza. Quienes denunciaron la purga que realizó Rosa María Mateo en Torrespaña, en 2018, ¿qué dirán ahora que Jenaro Castro ha sido elegido consejero tras ser calificado con cero puntos por el proyecto que presentó al concurso público?

La idea con la que se aprobó un concurso público para elegir al alto mando de RTVE era profesionalizar su gestión y alejar de sus despachos a los comisarios políticos. Al final, resulta que por hache o por be, Unidas Podemos ha designado a un perfil independiente como el de José Manuel Martín Médem, exconsejero por Izquierda Unida, director de Mundo Obrero -órgano de expresión del PCE-, colaborador del panfleto La Última Hora y amigo personal de Pablo Iglesias y Enrique Santiago.

Procedimiento viciado

Tampoco conviene, ahora, referirse al concurso público como un procedimiento perfecto, pues durante su desarrollo se han producido todo tipo de irregularidades. Merece la pena abundar en la que se produjo en verano de 2018, cuando se había cerrado el plazo para que los candidatos presentaran sus proyectos para gestionar RTVE, pero hubo que ampliarlo después de que se perdiera la documentación que había remitido al Congreso uno de los aspirantes.

Por alguna extraña razón, durante una semana se permitió que la totalidad de los candidatos presentara correcciones a sus proyectos. Y, claro, hubo quien recibió datos de los planes de gestión que habían elaborado otros competidores por un puesto en el Consejo. Quien cometió esa tropelía bien lo sabe y es también responsable de la decadencia de un servicio público que cuesta 1.000 millones de euros cada año.

Hubo una candidata que fue acusada por los ‘examinadores’ de los proyectos de haber plagiado a la Wikipedia. Lejos de penalizarla, la ha beneficiado, pues será consejera durante los próximos seis años. Es Elena Sánchez, la número dos de Rosa María Mateo hasta hace unos meses y quien está muy bien relacionada con la gauche divine del zapaterismo. Su marido es Pablo Mansilla, quien fue elegido por Luis Fernández -expresidente de RTVE- para gestionar la venta de los terrenos de Prado del Rey. La operación nunca se hizo, pero a Mansilla no le dejaron de pagar.

Aquellos que han transformado RTVE en una televisión prescindible para la mayoría de los españoles son quienes la encabezarán en el futuro

Aquellos que han transformado RTVE en una televisión prescindible para la mayoría de los españoles son quienes la encabezarán en el futuro. Eso también incluye a Comisiones Obreras, un sindicato que saldrá beneficiado con la entrada en el Consejo de Roberto Lakidain. Conviene también meter en este saco a quienes no se presentaron al concurso, pero tampoco adoptaron una posición neutral. Entre ellos, algunos miembros del actual y del anterior equipo directivo, rasputines sin excesivos escrúpulos.

Un Consejo inflamable

Ya tienen lo que querían: un Consejo ingobernable que estará compuesto por algunos amiguetes y enchufados de partidos y grupos de presión. A partir de ahora, serán correas de transmisión de los partidos que los han designado y se limitarán a cumplir órdenes y levantar la mano cuando toque. Alguno lo ha hecho con especial destreza en anteriores etapas.

Lo que los diputados acordaron y votaron este jueves es la enésima estafa a los ciudadanos por parte de estos partidos glotones y decadentes, copados por mediocres y catetos que han sumido al país en una especie de peronismo europeo que le llevará a la quiebra tarde o temprano. Eso no incluye sólo al PSOE y a Unidas Podemos. También al Partido Popular, esa formación desnortada que prefiere sentar a sus patrocinados en un Consejo de Administración a renunciar a formar parte del citado acuerdo. El de los Bonanno, los Colombo, los Gambino, los Genovese y los Lucchese.

Entre todos estos elegidos gestionarán en seis años 6.000 millones de euros. Uno a uno, pagados por los contribuyentes, asfixiados. Son los que sirven para mantener una Administración secuestrada por los partidos en las que sus ahijados ganan mucho dinero. RTVE es quizás la institución más corrompida de entre todas las que abren sus puertas cada mañana en este país. Después de lo de este jueves, no hay duda: que la cierren.

 

 

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