Una cascada de deserciones acelera el fin de Casado al frente del PP: «Esto está acabado»
Las dimisiones en su núcleo de confianza, el comunicado del grupo parlamentario y la petición de todos los barones de un congreso extraordinario acorralan al líder. Egea no preguntará en la sesión de control
No va a más. Pablo Casado vive sus últimas horas al frente del PP tras una mañana frenética de martes. Las dimisiones en su círculo de confianza, la unidad de los barones en torno al congreso extraordinario y un durísimo comunicado de la dirección de Grupo Parlamentario Popular han acelerado el final de la era Casado al frente del PP. «Esto está acabado», reconocen fuentes populares. «La cosa pinta muy jodida para Casado y Egea».
El todavía líder del PP ha permanecido durante todo el día intentando agarrarse al clavo de la Junta Directiva Nacional convocada el próximo martes. Pero el partido ha implosionado por completo. Y hasta barones territoriales hasta ahora totalmente afines, como el murciano Fernando López Miras y el valenciano Carlos Mazón han dado la espalda a la actual dirección exigiendo un congreso extraordinario.
Previamente, además, José Luis Martínez-Almeida había confirmado ante los medios su dimisión como portavoz nacional del PP. Una decisión «de común acuerdo» con Pablo Casado que se lleva gestando desde hace meses pero que se ha precipitado tras los acontecimientos de esta semana: «En la situación actual, había que tomar esta decisión. Era necesario que disociara las responsabilidades del partido con las del Ayuntamiento de Madrid».
La situación para Casado es insostenible. Y desde su entorno más próximo se admite que hay pocas o ninguna salida a la crisis. «Casado no se merecía algo así», reconocía a este diario un dirigente próximo al secretario general, Teodoro García Egea.
El Grupo Popular da la estocada
Uno de los frentes que está precipitando los acontecimientos está en el Congreso de los Diputados. Fuentes consultadas por Vozpópuli sostienen que Casado «no puede presentarse el miércoles» para hacer la pregunta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la sesión de control.
De momento, Teodoro García Egea ha decidido no presentarse y será el diputado por Cantabria, Diego Movellán, el que realice la pregunta del secretario general, al que los propios diputados piden su cese inmediato.
La carta de la dirección del Grupo va en esa línea. «Los acontecimientos de los últimos han conducido a nuestro partido a una situación de extrema gravedad», dicen. El documento está firmado por diputados de la máxima confianza de Casado: desde su exjefe de Gabinete, Pablo Hispán, hasta portavoces como Mario Garcés, José Ignacio Echániz o Carlos Rojas.
Esta carta, afirman fuentes muy próximas a Pablo Casado, supone la «estocada» definitiva para el presidente nacional del PP: «El hecho de que el Grupo Popular pida el congreso y la dimisión del secretario general va a provocar un efecto dominó que deja a la actual dirección sin apoyos de cara a la junta directiva».
Si la dirección del PP en el Congreso se desmarca de Génova, el resto de parlamentarios hará lo mismo
En ese sentido, las fuentes consultadas recuerdan que buena parte de los más de 300 vocales que integran este organismo son diputados, tanto nacionales, como regionales y provinciales, y que «si la dirección del PP en el Congreso se desmarca de Génova, el resto de parlamentarios hará lo mismo«. Sentencian, en ese sentido, que «esa carta ha hecho caer todo el castillo de naipes».
Además de ese escrito, se han producido anuncios como el de la diputada gallega Ana Vázquez, que ha puesto su cargo a disposición del partido: «Visto que no hay cambios, toca irse». Otros diputados, como el manchego José Antonio Callejas y la cántabra Elena Castillo, también han reclamado públicamente la celebración de un congreso extraordinario y «respeto» para los votantes.
Las fuentes consultadas por Vozpópuli confirman que el objetivo de los integrantes de la dirección del Grupo Popular es que Pablo Casado y Teodoro García Egea retiren sus preguntas de la sesión de control de este miércoles. De momento, han logrado que el secretario general no comparezca, pero presionarán para que el presidente también haga lo propio.