Una cita con…James Joyce: La pasión por la música
James Joyce
Iniciemos esta introducción con un tópico: es un lugar común afirmar que Irlanda es un país devoto de la música. No puede entenderse su rica cultura sin sus aportes musicales. Y no me refiero solamente a la música tradicional irlandesa, o a su folk music, sino que incluso en rock y en pop sus aportes están a la vista para ser disfrutados, bien sea en inglés o en gaélico. Una lista muy somera de famosos músicos irlandeses podría incluir a Mary Black, Enya, The Dubliners, Clannad, Boyzone, Celtic Woman, Van Morrison, Sinéad O’Connor, Gilbert O»Sullivan, Snow Patrol, Westlife; en rock, los guitarristas Gary Moore y Rory Gallagher, Thin Lizzy, The Cranberries. Y, por supuesto, U2.
Como esta nota es simplemente introductoria, ofrezcamos solamente dos muestras de la rica producción musical irlandesa: en primer lugar, la balada Danny Boy, (que cumple cien años de haber sido grabada por primera vez, por la cantante de ópera Ernestine Schumann-Heink). Aquí tienes la interpretación de Celtic Woman, en un recomendable concierto en Slane Castle, Irlanda:
Y luego a la muy justamente famosa cantante Enya, cantando en gaélico «Na Laetha Geal m’Oige» (The Bright Days of My Youth):
La letra original en gaélico, y la traducción en inglés:
Na Laetha Gael M’óige
Irish Gaelic:
Ag amharc trí m’óige,
Is mé ‘bhí sámh,
Gan eolas marbh
Bhí mé óg gan am,
Anois, táim buartha,
‘s fad ar shiúil an lá.
Ochón ‘s ochón ó.
Na laetha geal m’óige
Bhí siad lán de dhóchas
An bealach mór a bhí romham anonn
Bhí sé i ndán domh go mbéinn, slán, slán.
Anois, táim buartha,
‘s fad ar shiúil an lá.
Ochón ‘s ochón ó.
Na laetha geal m’óige
Bhí siad lán de dhóchas
An bealach mór a bhí romham anonn
Bhí sé i ndán domh go mbéinn, slán, slán.
Anois, táim buartha,
‘s fad’ ar shiúil an lá.
Ochón ‘s ochón ó.
English:
THE BRIGHT DAYS OF MY YOUTH
Looking back over my youth,
I was content,
Without knowledge of death
I was young, without time,
Now I’m sorrowful,
The day is long past.
Alas and woe, oh.
The bright days of my youth
They were full of hope
The great journey that was before me then
Was what was destined to be, bye bye.
Now I’m sorrowful,
The day is long past.
Alas and woe, oh.
The bright days of my youth
They were full of hope
The great journey that was before me then
Was what was destined to be, bye bye.
Now I am sorrowful,
The day is long past.
Alas and woe, oh.
Sin más preámbulos, le cedo la palabra a María Elisa Flushing.
Marcos Villasmil América 2.1
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El “Feis Ceolil” es un festival que se celebra en Dublín desde 1897 para la promoción del talento musical irlandés y que incluye competencias entre jóvenes compositores, instrumentistas y cantantes. En la competencia de tenores de 1904, el último de los participantes que se inscribió tuvo un desempeño notable, y hubiera resultado ganador de no ser porque la competencia exigía el canto de una pieza leyendo una partitura a primera vista. El prometedor joven se excusó –no era muy diestro leyendo partituras- alegando que no era propio de un artista cantar música sin haberla ensayado antes. Obtuvo mención honorífica y una oferta del mejor profesor de canto de Dublín para enseñarle gratuitamente durante tres años a cambio de un porcentaje de sus futuras ganancias como cantante. Afortunadamente, para los amantes de la literatura, no llegó a ser un gran tenor, sino uno de los más grandes e influyentes escritores del siglo XX: James Joyce.
Un video con una pequeña muestra de la gala de cierre del Feis Ceoil 2013:
Joyce, al igual que su padre, fue un tenor sobresaliente y consumado pianista. Sus vastos conocimientos musicales sólo rivalizaban con los del mundo de la literatura. Y aunque su carrera como escritor dominó la musical, una parte de Joyce nunca se alejó de esa otra carrera alternativa como cantante. El compositor norteamericano George Antheil, que conoció a Joyce en París, escribió: “una de las locuras de Joyce eran los cantantes irlandeses y cualquiera de ellos que viajara a París, seguro contaría con el apoyo incondicional de Joyce”.
Un video donde podemos ver la competencia al Mejor Coro en el Feis Ceoil de 2013:
Y ciertamente, desde que Joyce escuchó por primera vez en Dublín al destacado tenor americano-irlandés John O´Sullivan cantar la ópera “Guillermo Tell”, se convirtió en su más acérrimo defensor. Mientras Sullivan recibiera reconocimientos y aplausos, Joyce estaba feliz; pero si la crítica no era favorable, Joyce se enfurecía. En la Scala de Milán, Sullivan fracasó y Joyce lo atribuyó a la apatía de Margaret Burke Sheridan, cantante y principal artista de la Scala. No fue esto del todo cierto, porque la propia Margaret ejerció su influencia para que el Covent Garden de Londres lo contratara para 12 óperas; sin embargo, la participación de Sullivan no fue afortunada y cancelaron la presentación de las restantes 11 óperas. Joyce estaba fuera de sí y convencido de que Sullivan era víctima de una abominable conspiración. El fanatismo llegó al extremo de que en una oportunidad en la que John O´Sullivan se presentaba en la Ópera de París, Joyce compró, con dinero de su propio bolsillo, dos filas completas de asientos para todos aquellos que quisiera escuchar al tenor irlandés.
James Joyce y John O’Sullivan
Desde su primer libro de poesía, “Música de Cámara”, Joyce entremezcló innumerables alusiones musicales a lo largo de su obra literaria –los estudios han encontrado más de 3.500 referencias-. En la extraordinaria novela “Ulises”, el episodio de “Las Sirenas” representa para la mayoría de los lectores todo un desafío. “Fuga per canonem” es el nombre con el que Joyce denominó la técnica empleada en este difícil episodio: “escribí este capítulo con los recursos técnicos de la música. Es una fuga con todas las notaciones musicales: piano, forte, rallentando, y así sucesivamente. También tiene lugar un quinteto como en “Los maestros cantores de Núremberg”, mi ópera de Wagner favorita”.
John O’Sullivan canta a continuación «Di Quella Pira», de la ópera «Il Trovatore«, de Giuseppe Verdi:
Aunque las innovaciones narrativas de Joyce tuvieron una clara influencia en los movimientos vanguardistas musicales del siglo XX -Pierre Boulez, Luciano Berio y John Cage-, Joyce no gustaba de la música contemporánea de su época. Como tenor, siempre prefirió la melodía cantabile, tanto que, en alguna ocasión, llegó a reclamar que “ni un canario podría cantar” la música de Stravinsky.