CulturaGente y SociedadOtros temas

Una Vida entre Colosos

Iain Douglas-Hamilton en 2010 – Foto:.Michelle Pemberton/USA Today Network, via Imagn Images

Tras la muerte de Jeane Goodall en octubre, la galaxia conservacionista ha sufrido un nuevo golpe con la desaparición de Iain Douglas-Hamilton, que consagró sesenta de sus 83 años a la protección de los elefantes africanos.

Residía en su rancho cerca de Nairobi, junto a Oria Rocco, una fotógrafa italiana nacida en Kenya, con quien se casó en 1971, y Saba y Dudu, dos hijas bautizadas con un nombre swahili; bastante disminuido en su capacidad física desde un severo choque anafiláctico con abejas durante uno de sus viajes a la sábana.

Los obituarios británicos siempre estupendos refieren que había nacido en 1942 en Dorset, Inglaterra, hijo de un aristócrata escocés que caería dos años más tarde en un combate aéreo, y una activista femenina con raíces en la India, y que sus estudios de biología y zoología en Oxford lo condujeron, naturalmente, a interesarse por la fauna africana y emplearse en el parque nacional del lago Manyara en Tanzania.

Precisamente cuando los elefantes comenzaban a ser objeto de una brutal cacería que redujo a sólo 400 mil ejemplares la población estimada en doce millones a principios del pasado siglo.

En  2016, en su reserva de Samburu –  Foto Xinhua News Agency-Eyevine, via Redux

Pero fue a partir de 1971 cuando la complicidad con su compañera lo situó en el camino que recorrería hasta el final, animando la ONG Save the Elephants y divulgando en entrevistas y documentales la rica personalidad de esas bestias, longevas, inteligentes e integradas en complejas redes sociales bajo liderazgo femenino, bastante similares a las humanas.

Desde entonces inició una relación amorosa con la especie, que andando el tiempo le permitiría nombrar e identificar a cientos de individuos según el trazo de sus orejas, comprender su sistema comunicacional y sus hábitos migratorios y, cuando la apetencia mundial por el marfil se intensificó, asumir una actitud combativa en defensa de los majestuosos paquidermos.

Sus andanzas lo llevaron a varios países del Continente  y logró persuadir al gobierno kenyano deincinerar doce toneladas de colmillos decomisados, en una imagen que devino viral y, al enterarse de que el holocausto era estimulado por la demanda proveniente de la clase media emergente en China, enroló a conocidas figuras deportivas de aquel país en una campaña contra el tráfico ilícito.

12 toneladas de marfil fueron incineradas en 2011 – Foto Sayyid Azim-AP

En 1980 fue designado guardián honorario en Uganda, tras implantar vigilancia aérea contra cazadores furtivos del vecino Sudán que muchas veces dispararon contra su avión. El príncipe Bernardo de Holanda le otorgó en 1988 la Orden del Arca Dorada por su tenaz acción conservadora y en fecha más reciente fue nombrado Comandante de la Orden del Imperio Británico.

En 1989 contribuyó a la firma de una Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Vulnerables y cuando ésta se reveló insuficiente logró en 2015 la aceptación de los presidentes Xi y Obama de una prohibición casi total del comercio del marfil.

En su vejez, Douglas-Hamilton gerenció el campo eco-turístico de Samburu al norte de Nairobi,  respaldado por su familia, y fungía como embajador de TUSK, una organización protectora de la vida salvaje africana patrocinada por el príncipe de Gales y, a pesar de los achaques, nunca cejó en sus esfuerzos por la coexistencia del desarrollo humano y animal, siempre optimista.

Varsovia, diciembre de 2025

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba