UVA DE ARAGÓN: El viaje a Cuba del presidente Obama
El pueblo cubano ve con buenos ojos la visita de un presidente de Estados Unidos.
En Cuba los más descontentos con el viaje del presidente Barack Obama a la Isla este mes son los sectores del gobierno que mantienen posturas ortodoxas. Presiento que hacen y harán cuanto puedan para sabotearlo. Posiblemente, en sus momentos de lucidez, tampoco Fidel esté contento, y no tenga interés alguno en reunirse con Obama. Una foto juntos sería la prueba más fehaciente de que después de tanto pataleo, al fin y al cabo necesitan a los vecinos del norte.
En general, el pueblo ve con buenos ojos la visita de un presidente de Estados Unidos. Quienes se han beneficiado por el aumento del turismo se sienten esperanzados de que habrá incluso más oportunidades, y quienes aún no han experimentado cambios en sus condiciones de vida, abrigan una cautelosa ilusión de que con el mejoramiento de las relaciones entre ambos países, llegarán a más cubanos los adelantos tecnológicos y económicos. Incluso algunos disidentes, aunque todavía no saben si Obama se reunirá con ellos, han manifestado que el número de periodistas que irá a Cuba les dará mayor visibilidad.
En Miami las opiniones son variadas. Los llegados en los últimos años y los que favorecen la reconciliación se sienten complacidos. Otros, francamente ofendidos. Acusan al presidente estadounidense de legitimar el régimen de Raúl y traicionar a los cubanos, por lo menos a los del exilio. Este argumento evidencia una mentalidad “plattista”, convencida aún de que el futuro de Cuba es responsabilidad de Washington y no de los cubanos. También refleja un desconocimiento de cómo funciona la política de Estados Unidos. El deber aquí del presidente es velar por los intereses de su país. Estados Unidos está apostando a que Cuba se va a estabilizar, especialmente después que Raúl deje el poder en 2018. Quiere evitar que el narcotráfico y el terrorismo vayan a campear en Cuba por la libre. Tampoco desean que se produzca un éxodo masivo. Les gustaría asistir a los cubanos en su proceso de transición.
Muchos consideran que el éxito de la visita de Obama dependerá del énfasis de su denuncia de la represión y violación de los derechos humanos. Todo indica que ya han surgido tensiones en un asunto espinoso para el gobierno cubano. El secretario de Estado, John Kerry, y el presidente Obama parecen firmes en escoger con quienes se van a reunir, lo cual es de esperar incluya a una amplia representación de la sociedad civil.
Hay algo, a mi juicio, igual o más trascendente que debería hacer el presidente Obama en su viaje: dejarle saber a los cubanos que son ellos quienes están llamados a escoger el rumbo que tome el país. La democracia es un pacto entre gobernantes y gobernados. No sólo a los primeros debe pedir apertura. Ojalá explique claramente al pueblo cubano la importancia de que exijan sus derechos, que inviertan la pirámide y dejen de pensar que su obligación es trabajar para el Estado, y comprendan que el estado debe trabajar para ellos. También, que el gobierno no tiene derecho a fiscalizar sus actividades, pero ellos sí poseen el de vigilar que el Estado cumpla sus obligaciones con el pueblo. Ahora que pagan impuestos, creo que les será más fácil entender que ellos son los que crean riqueza, y que el Estado no les ofrece nada gratis. Desde la recogida de la basura a la calidad de la educación, deben reclamar mejores servicios. Cuando ese concepto se adentre en la conciencia ciudadana, los cubanos habrán logrado el cambio imprescindible para una Cuba mejor. Ojalá el presidente Obama lo exprese bien claro.
UVA DE ARAGÓN: Escritora y periodista cubana.