Venezuela: ¿cuál fue el resultado de la sesión en la OEA con Zapatero?
Tal como estaba previsto, el Consejo Permanente de la OEA se reunió en una sesión extraordinaria para recibir al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, quien conjuntamente con Leonel Fernández y Martín Torrijos, adelantan un proceso de diálogo en Venezuela bajo el auspicio de la UNASUR.
Zapatero intervino sin dar detalles excesivos sobre su esfuerzo, pero sí reveló los puntos principales que contiene la agenda del proceso de diálogo, pidiendo un voto de confianza a todos los países de la región. Al término de su intervención, un número significativo de países realizaron sus comentarios, dejando ver que existen diferencias sobre cómo abordar la crisis venezolana, algo que podría terminar de definirse en la sesión del próximo jueves 23 de junio que fue convocada por el Secretario General Luis Almagro.
¿Cuál es la agenda de Zapatero para el diálogo?
El ex-presidente español quiso aclarar que el proceso de diálogo que adelanta se está produciendo con “plena imparcialidad”, al mismo tiempo que realizó una declaración de principios, resaltando la importancia de la defensa de la democracia, el estado de Derecho, la separación de poderes, el respeto a los derechos humanos y el pluralismo político.
Igualmente, aclaró que “el momento cuando empieza a contar el reloj” para el proceso que lidera es el 19 de mayo de 2016, la fecha de su primera reunión con el Presidente Nicolás Maduro, revelando así que desde entonces ha tenido “en torno a veinte reuniones” con ambas partes, siendo “la mayoría de ellas” con la oposición. Finalmente, resaltó que el proceso apenas se encuentra en “fase de exploración” y que espera que “en una fecha razonable se dé inicio al diálogo”.
Conforme a las declaraciones de Zapatero, la agenda para el diálogo actualmente contiene, en el orden específico descrito a continuación, los siguientes temas:
1. Abordar los conflictos entre los Poderes Públicos. Zapatero informó que estos conflictos han surgido luego de las elecciones del 6 de diciembre de 2015 y lo consideró como el punto fundamental de su agenda.
2. Reconciliación. La catalogó como una “tarea imprescindible”. Habló sobre la reconciliación como el principio del camino para la paz y de cuatro puntos cruciales: amnistía, indulto, verdad y reparación de las víctimas. Declaró que la Comisión para la Verdad propuesta por el gobierno de Nicolás Maduro podría ser un “instrumento adecuado”. Concluyó revelando que tanto Lilian Tintori como Maduro le habían transmitido un mensaje de reconciliación.
3. Los problemas sociales y económicos. Invocó la importancia de los principios de solidaridad y cooperación, declarando que es el pueblo de Venezuela quien necesita ayuda.
4. La “periodificación” de los procesos electorales y constitucionales. Catalogó a los procesos electorales como “el pasaporte de la democracia” para luego enfocarse en su papel de observador en las elecciones del 6 de diciembre de 2015. Rescató que “mucha gente dijo que no habría elecciones” o que “no se iban a aceptar los resultados”, pero lo que observó en los centros electorales que visitó fue un ambiente de convivencia y paz entre venezolanos. No mencionó nada acerca del referéndum revocatorio.
5. Desarme. Manifestó que en una “sociedad con un alto número de armas” era necesario una nueva y decidida acción por el desarme.
Coincidencias y diferencias entre los países miembros
Las subsecuentes intervenciones de los países miembros dejaron entrever coincidencias y diferencias entre los países miembros de la OEA sobre cómo abordar la crisis venezolana. La gran coincidencia fue el apoyo al proceso de diálogo adelantado por Rodríguez Zapatero con el auspicio de UNASUR, tal y como fuera acordado por una declaración del propio Consejo Permanente el pasado 1 de junio y que ya explicamos aquí en Prodavinci.
Si bien todos los países apoyaron los esfuerzos de Zapatero, Argentina y países como Brasil, Canadá, México, Colombia, entre otros, propusieron la conformación de un “Grupo de Amigos de la OEA” para apoyar el proceso de diálogo y aprovechar el respaldo logístico y la institucionalidad de la OEA. Dicha iniciativa también supondría que Zapatero mantenga informado periódicamente al Consejo Permanente de sus esfuerzos. Por su parte, países como Bolivia y Nicaragua rescataron la importancia de UNASUR y volvieron a hacer referencia a la relevancia de no intervenir en los “asuntos internos” de Venezuela. Las delegaciones de Uruguay, Chile, El Salvador, Costa Rica, entre otras, resaltaron la necesidad de “acortar los tiempos”, visto lo que está ocurriendo en el país.
Las palabras del Secretario General Luis Almagro
Luis Almagro, quien recibió el apoyo de varios países vista su convocatoria para una reunión extraordinaria el próximo jueves 23 de junio, realizó una intervención breve y diplomática. Aprovechó la sesión para destacar que “dialogar no es sentarse hablar, sino demostrar compromiso con la democracia, los derechos humanos, la inexistencia de presos políticos y las detenciones arbitrarias”. Concluyó reafirmando el apoyo de la OEA a Rodríguez Zapatero y recordando que “dialogar, más que todo, es saber escuchar”.
La particular intervención de la Canciller Delcy Rodríguez
La canciller venezolana Delcy Rodríguez optó por intervenir en último lugar. Su intervención rompió el espíritu diplomático que había reinado durante la sesión pues comenzó citando la Ley de Amnistía dictada por la Asamblea Nacional como “prueba de que la oposición lo que buscar es derrocar al gobierno”.
Destacó que “no ha pasado un mes” desde el inicio de los esfuerzos de Rodríguez Zapatero y que por tanto “hay que darle oportunidad”, confirmando así la estrategia del gobierno para tratar de frenar la posible activación de la Carta Democrática, como explicáramos aquí en Prodavinci.
La Canciller venezolana se opuso igualmente a la sesión del próximo jueves 23 de junio, resaltando que “la Carta Democrática obstaculiza el diálogo en Venezuela”. No obstante, como ya hemos explicado, la consecuencia fundamental que supone la activación de la Carta es “la realización de las gestiones diplomáticas necesarias, incluidos los buenos oficios, para promover la normalización de la institucionalidad democrática”.
Rechazó la iniciativa de varios países de conformar un “Grupo de Amigos de la OEA”, pidiendo una oportunidad para Zapatero y UNASUR. Sin embargo, minutos después pidió el derecho de palabra nuevamente para declarar que no tendría problema “en la constitución del grupo de países amigos”, revelando así que la estrategia del gobierno para el día jueves quizás será oponerse a la activación de la Carta, pero aceptando la conformación del “grupo de amigos”. Esto podría significar que otros ex-presidentes se sumen a los esfuerzos que adelanta Zapatero, tal y como ya lo recomendó el Secretario General Almagro en su informe.
La Canciller adoptó una posición de confrontación, atacando directamente a las delegaciones de Paraguay, México y Estados Unidos. Advirtió que se pretende convertir a la OEA en un “tribunal dirigido por Estados Unidos y Almagro” y en una clara referencia a la posibilidad de que eventualmente se suspenda a Venezuela de la OEA, finalizó advirtiendo que “con o sin la OEA, vamos a defender a Venezuela”.
¿Qué se espera para las próximas horas?
En la víspera de la reunión, se conoció que Bernardo Álvarez, representante permanente de Venezuela ante la OEA, solicitó a la Presidencia del Consejo Permanente que cancelara la reunión del jueves 23 de junio por “su manifiesta improcedencia”. Según la solicitud, el Secretario General Luis Almagro no tiene la facultad de solicitar la convocatoria de una reunión del Consejo Permanente. Sin embargo, el Artículo 20 de la Carta Democrática prevé que:
“en caso de que en un Estado Miembro se produzca una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático, cualquier Estado Miembro o el Secretario General podrá solicitar la convocatoria inmediata del Consejo Permanente para realizar una apreciación colectiva de la situación y adoptar las decisiones que estime conveniente”
La decisión sobre si finalmente la reunión se da o no pasa especialmente por la delegación de Argentina, que en estos momentos preside el Consejo Permanente. Y si no es aceptada la solicitud del gobierno venezolano, el Consejo Permanente de la OEA se volverá a reunir el próximo jueves 23 de junio, a las diez de la mañana, para escuchar la presentación formal del informe de Luis Almagro y posteriormente decidir si acogen su recomendación de activar la Carta Democrática e iniciar gestiones diplomáticas como organización para “promover la normalización de la institucionalidad democrática”.
Tal y como hemos explicado aquí en Prodavinci, para activar la Carta se necesitará el voto de al menos 18 países.
Ese mismo día, UNASUR ha convocado una reunión de Cancilleres para recibir al ex-presidente Rodríguez Zapatero. Esto constituye un nuevo esfuerzo por parte del gobierno venezolano de desviar la atención sobre lo que ocurra en la OEA. Por ende, al final de esta semana sabremos si se deja en manos de Zapatero el esfuerzo por un diálogo o si, por el contrario, se conforma una comisión ampliada de mediadores, con una agenda más precisa y una hoja de ruta que establezca lapsos perentorios como pareciera ser que es la visión de buena parte de los países miembros de la OEA.