Venezuela exporta dos tercios de su petróleo con documentación falsa, además de sus envíos a Cuba
Más de 200 petroleros dan servicio a Irán y Caracas, pese a las sanciones de EE UU
Una investigación publicada por la agencia británica Reuters concluye que Venezuela ha exportado más de 360 millones de barriles de crudo y combustible gracias a todo tipo de artimañas –incluido el uso de documentación y nombres falsos o transferencias de carga en alta mar– para eludir las sanciones de EE UU.
La cantidad representa más de dos tercios del total de las exportaciones realizadas por el país desde 2019, cuando se impusieron las medidas del Tesoro de EE UU, a octubre de 2022. Según el medio, el resto fueron envíos directos a Cuba y destinos del Caribe o Europa exentos del embargo.
Christian M. Ingerslev, director ejecutivo de Maersk Tankers, dijo a la agencia británica que hay más de 200 petroleros dando servicio a Irán y Venezuela, a pesar de las sanciones, incluidos unos 82 superpetroleros como el Young Yong, que pueden transportar hasta dos millones de barriles cada uno.
Hay más de 200 petroleros dando servicio a Irán y Venezuela, a pesar de las sanciones, incluidos unos 82 superpetroleros como el Young Yong, que pueden transportar hasta dos millones de barriles cada uno
Reuters publicó la pasada semana un extenso reportaje con la exclusiva, según la cual han detectado al menos tres barcos con documentos alterados. El epicentro de la investigación es el supertanquero Young Yong, que salió en septiembre de 2021 con papeles que certificaban el transporte de crudo de Malasia. Sin embargo, las imágenes de seguimiento satelital dan prueba de que el barco chino había cargado petróleo en Venezuela cuatro meses antes.
El Young Yong es uno de los tres barcos que Reuters pudo comprobar que participan en estas farsas. Esa identidad esconde, según la investigación, al Comuna, una nave que cargó 1,98 millones de barriles de petróleo en el puerto venezolano de Jose en mayo de 2021.
El tanquero fue pintado pero tiene unos arcos blancos flanqueando su puente que permiten identificarlo, así como la posición de las grúas en la cubierta y la forma del embudo, afirman desde TankerTrackers.com –que toma fotos satelitales– a Reuters. Además, cuando el Young Yong zarpó de Venezuela después de cargar el petróleo, su transmisor de ubicación mostró que partía del puerto de Lomé, en África Occidental.
El barco se detuvo cerca de Malasia entre julio y agosto de 2021. El día 8 de julio, concretamente, obtuvo un certificado de calidad del laboratorio Saybolt –con sede en Singapur– que identificó su carga como crudo pesado de Malasia (muy parecido al crudo Merey 16 de Venezuela). Este centro afirma a Reuters que se basó en la documentación entregada, así como su análisis, y que no tenía por qué dudar del cliente.
El Young Yong, junto con uno de los otros dos tanqueros, han sido sancionados este noviembre por EE UU por violar el embargo contra Irán. Aparentemente, el supertanquero formaba parte de una red de contrabando que usaba documentos falsos para enviar petróleo con el que financiar la milicia libanesa pro iraní Hezbolá y la Guardia Revolucionaria. El barco es un activo congelado y su propietaria, la naviera Technology Bright, registrada en las Islas Marshall, está también sancionada. A su vez, la empresa está domiciliada en la dirección de East Wind Ship Management, una supuesta empresa con sede en Hong Kong que ha sido imposible de localizar por el corresponsal de Reuters en la provincia.
Aparentemente, el supertanquero formaba parte de una red de contrabando que usaba documentos falsos para enviar petróleo con el que financiar la milicia libanesa pro iraní Hezbolá y la Guardia Revolucionaria
La agencia de prensa comprobó también la documentación del fletador de Comuna (nombre del Young Yong para cargar en Venezuela), supuestamente Yunshu Maritime Ltd, que tampoco tiene contacto, dirección o lugar en que ubicarlo. Lo que sí se conoce es que también fletó otro supercarguero, el Joy, que transportó petróleo venezolano en mayo de 2021 bajo bandera panameña y nombre Adisa. Este es el segundo de los que entraron en la lista negra del Tesoro por transportar crudo de Irán.
Adisa está, supuestamente, controlado por un ucraniano, Viktor Artemov, que dirige una red implicada en el transporte de petróleo cuyos beneficios van también a la Guardia Revolucionaria y Hezbolá.
La empresa propietaria es Triton Navigation Corp, domiciliado en la misma dirección que Thomarose Global Ventures, con sede en Nigeria, pero también ilocalizable. El Adisa alteró su ubicación para que se considerase que cubría una ruta entre África y Malasia, pero en verano, en fecha que no se ha determinado, mantuvo el transpondedor apagado por una semana y apareció repentinamente en Qingdao (China) a mediados de septiembre, donde descargó. Su crudo pesado aparecía en el certificado como procedente de África Occidental.
Reuters tiene hasta 11 fuentes que confirman que estas prácticas se están generalizando para eludir las sanciones estadounidenses, que han aumentado en los últimos años.
«Queda claro que no se puede confiar en los certificados de origen, incluso cuando vienen con documentación oficial del Gobierno»
«Queda claro que no se puede confiar en los certificados de origen, incluso cuando vienen con documentación oficial del Gobierno», dijo Cari Stinebower, socia en EE UU de un bufete de abogados especializado en asesorar a las petroleras para que cumplan con estas prohibiciones.
La especialista añadió que Irán fue pionero en estas técnicas que, al parecer, Venezuela lleva una temporada copiando.
Ingerslev, de Maersk Tankers, expuso a Reuters que el aumento de las sanciones está generando flotas y mercados paralelos, además de operaciones con los transpondedores apagados y situaciones que generan inseguridad. En marzo de 2020 un cubano falleció en una presunta operación de este tipo, nunca confirmada por las autoridades. Reuters dijo entonces que era al menos el segundo fallecido de la Isla en un intercambio petrolero con Venezuela.