Victoria decisiva para los demócratas: se imponen en Nevada y mantienen el control del Senado
La confirmación de que la Cámara Alta seguirá en manos de los demócratas llega después de que su candidata al escaño por Nevada, Catherine Cortez Masto, se confirmara como ganadora tras cuatro días de recuento
Los demócratas de EE.UU. se quedarán con el control del Senado, en una victoria decisiva en las elecciones legislativas que asegura que el partido de Joe Biden mantendrá parte del poder en el Congreso en los dos próximos años.
La confirmación de que la Cámara Alta seguirá en manos de los demócratas llegó en la noche del sábado, después de que su candidata al escaño por Nevada, Catherine Cortez Masto, se confirmara como ganadora después de cuatro días de recuento.
Cortez Masto se convirtió en 2016 en la primera mujer hispana en llegar al Senado y ahora defendía su escaño ante Adam Laxalt, ex fiscal general del estado.
Laxalt fue por delante en el recuento, pero en su rectal final quedaban por contabilizar decenas de miles de votos de condados de fuerte implantación demócrata: el de Clark, que incluye a la ciudad de Las Vegas, y el de Washoe, que acoge a Reno.
Nevada, como otros estados, permite el envío por correo de votos hasta el día de la elección, por lo que muchas papeletas llegaron a los centros de recuento días después de que se cerraran las urnas el pasado martes por la noche.
La victoria de Cortez Masto asegura que los demócratas contarán al menos con el mismo número de senadores que han tenido en la cámara hasta ahora, cincuenta, empatados con los republicanos (el voto de calidad de la presidenta del Senado, la vicepresidenta Kamala Harris, rompía el empate).
Dentro de menos de un mes tienen la posibilidad de ampliar esa mayoría hasta los 51 senadores. En Georgia, el actual senador demócrata, Raphael Warnock, se jugará su escaño ante el republicano Herschel Walker, en una segunda vuelta.
El triunfo de Cortez Masto certifica que los republicanos no podrán recuperar el control completo del Congreso, algo que las encuestas daban por posible. Pero la ‘marea roja’, el aluvión de votos para los republicanos que otorgaría una victoria incontestable y pintaría con el color del partido buena parte del mapa de EE.UU., no se materializó el martes y el resultado en el Senado es una consecuencia de ello.
Hasta el momento, todos los demócratas del Senado que se jugaban su escaño han logrado imponerse en la elección. Ello a pesar de que el contexto electoral jugaba en su contra. Lo normal en las elecciones legislativas de mitad de mandato como estas es que el partido con el presidente en la Casa Blanca pierda poder en el Congreso. Además, Biden es un presidente muy impopular y los estadounidenses acudían a las urnas con una inflación pertinaz, que se alarga desde el año pasado, y con un aumento de la inseguridad desde la pandemia.
Los candidatos demócratas sobrevivieron en parte gracias a los rivales que tuvieron enfrente. Donald Trump impulsó a muchos candidatos en primarias más por su lealtad a la idea del robo electoral en 2020 -inexistente, según los tribunales- que por su capacidad de atraer a votantes moderados e independientes para ganar estados en disputa e inclinar el Senado a su favor.
Ocurrió en carreras como Pensilvania, New Hampshire o Arizona -está por ver si también en Georgia- y los demócratas lo aprovecharon. Buena parte de sus campañas se centraron en el aborto -después de que el Tribunal Supremo, con mayoría conservadora reforzada gracias a Trump, eliminara las protecciones constitucionales en verano- y en el extremismo de sus rivales.
Charles Schumer, senador por Nueva York y líder de la mayoría demócrata en el Senado, celebró los resultados como una “reivindicación” de la agenda legislativa de su partido y acusó a los republicanos de un “extremismo” y “negatividad” que ha supuesto el rechazo de los votantes.
Joe Biden, que se encuentra en Asia de viaje oficial con motivo de la reunión del G-20, llamó por teléfono a Cortez Masto y a Schumer para felicitarles por los resultados. “Esto es un reflejo de la calidad de nuestros candidatos”, dijo sobre las victorias que han permitido a su partido mantener el control del Senado. “Los republicanos tienen que decidir quiénes son”, añadió en un momento en los que sus rivales están inmersos en peleas internas y acusaciones cruzadas sobre los resultados, con Trump como protagonista.
El control de la Cámara de Representantes, por otro lado, todavía está en el aire. Las expectativas antes de la elección eran que los republicanos recuperaran la cámara con un vuelco fuerte, pero no parece que eso vaya a producirse.
La dinámica del recuento, que se alarga en los distritos más disputados, donde hay que alargar la contabilización de votos para determinar quién es el ganador, favorece a los demócratas. Aún así, la probabilidad es que la Cámara, en poder de los demócratas desde 2018, regrese a manos republicanas, pero con una mayoría exigua, con menos margen de lo esperado. La posibilidad de remontada en el final del recuento existe, pero es más complicada.
Si, como parece, la Cámara acaba bajo control republicano, eso permitirá a sus legisladores al menos frenar en seco la agenda legislativa de Biden. Los republicanos también han prometido que aprovecharán su mayoría para impulsar comisiones de investigación contra el propio Biden, su hijo Hunter y altos cargos de su Administración como Anthony Fauci, líder de la respuesta contra el Covid-19, y el fiscal general, Merrick Garland.
Con el Senado en sus demócratas, Biden y los demócratas tendrán más capacidad de tomar decisiones presupuestarias para asuntos domésticos e internacionales y mantendrán el poder para la nominación de altos, incluidos jueces federales y también los de una hipotética renovación del Tribunal Supremo.