Villasmil: Deporte, pompa y dinero a raudales
Hay un viejo chiste, de la antigua estrella inglesa Gary Lineker, que definía el fútbol como “un deporte en el que juegan once jugadores contra once y siempre gana Alemania”. Bien se sabe que eso no es cierto, sobre todo en las competiciones no de selecciones, sino de clubes.
Llevando por cierto esta nota a Alemania, el pasado sábado 31 de mayo se alcanzaron temperaturas de 28 grados centígrados en Múnich, la capital bávara; temperatura adecuada, en lo ambiental y en lo psicológico, para lo que se iba a celebrar. Ese día se jugó la final de la Champions League, el torneo deportivo de clubes más prestigioso de Europa, y sin duda del mundo.
¿Desde cuándo existe ese torneo? La pretensión de una competición europea de clubes surgió a mediados de los años 50, impulsada por el periódico deportivo francés L’Équipe, junto con el apoyo del entonces presidente del Real Madrid, Santiago Bernabéu. La inspiración provino del Campeonato Sudamericano de Campeones, precursor de la Copa Libertadores.
La primera edición, bajo el nombre de Copa de Clubes Campeones Europeos (Copa de Europa), se disputó en la temporada 1955-1956. Dieciséis equipos participaron en este torneo inaugural, y el Real Madrid se coronó como el primer campeón, marcando el inicio de una era de dominio absoluto. El equipo madrileño ganaría las primeras cinco copas de forma consecutiva.
Es justo reconocer que la historia inicial del club a nivel internacional viene ligada estrechamente a la de un jugador en particular: el argentino Alfredo Di Stéfano. Su llegada a la entidad en septiembre de 1953 significó una revolución que situó al club en lo más alto del panorama futbolístico mundial. Hasta su llegada, el equipo únicamente contaba en su palmarés con nueve Copas de España, dos Campeonatos de Liga y una Copa Eva Duarte. Los doce títulos distaban mucho de señalarle como el mejor club no ya en Europa sino en España, donde hasta la fecha eran un total de cincuenta y ocho títulos disputados. Con la presencia del jugador argentino, y la de otros como Puskás o Gento, el club invirtió la tendencia conquistando durante su estancia un total de quince títulos de los treinta y dos a los que podía optar, casi la mitad de ellos. Di Stéfano hizo tanto, que hasta se las arregló para acaparar las portadas de los periódicos de todo el mundo, cuando fuera secuestrado en Caracas, en 1963, por un grupo guerrillero, las FALN (Fuerzas Armadas de Liberación Nacional), que se lo llevaron del desaparecido hotel Potomac, en San Bernardino (por cierto, el que la delegación merengue se alojara en ese modesto hotel caraqueño, ya desaparecido, dice mucho de que en aquellos tiempos si bien corría el dinero, sería un riachuelo en comparación con los océanos financieros del deporte de hoy).
La guerrilla venezolana logró un objetivo: todo el mundo se enteró de su existencia, de su defensa de la revolución cubana, y también de sus intentos (claramente fallidos) por destruir la naciente democracia, que venció a la izquierda revolucionaria criolla por goleada, bajo el liderazgo conjunto de Rómulo Betancourt y Rafael Caldera.
La prensa criolla de la época se dio banquete con los detalles rocambolescos del secuestro, incluyendo el curioso regalo que le hizo la embajada de España a Di Stéfano antes de regresar a su país: un loro que decía “chévere”
Han pasado décadas, y hoy el Madrid es, con claridad, el mayor ganador de la Champions League, con 15 victorias. Lejos, vienen el AC Milan (7), y el Liverpool (6).
Hasta el pasado sábado, solo veinte equipos habían ganado el torneo, y en número de ganadores por país, la corona indiscutible es para el fútbol inglés:
Inglaterra (6 equipos): Liverpool, Chelsea, Manchester United, Manchester City, Aston Villa, Nottingham Forest.
Italia (3): AC Milan, Inter Milan, Juventus.
Alemania (3): Bayern München, Borussia Dortmund, Hamburgo.
Portugal (2): Benfica, Oporto.
España (2): Real Madrid, Barcelona.
Escocia (1): Glasgow Celtic.
Rumania (1): Steaua de Bucarest.
Países Bajos (1): Ajax.
Francia (1): Olympique de Marsella.
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La final de este año la jugaron dos equipos con historia dispareja: El italiano Inter (“Internazionale”) fue fundado el 9 de marzo de 1908. Su creación surgió de una escisión dentro del Milan Cricket and Football Club (actual AC Milan) -en estos asuntos fundacionales futbolísticos, en ocasiones están presentes sus inventores, los ingleses-. Un grupo de socios, descontentos con la política del AC Milan de no permitir jugadores extranjeros en el equipo, decidieron fundar un nuevo club con una ideología más “internacional”, de ahí su nombre.
Su historia está marcada por una identidad única y una rivalidad eterna con su vecino, el AC Milan; para colmo, comparten estadio, el mítico Giuseppe Meazza.
El Inter ha ganado tres veces la Champions League.
Por su parte, el Paris Saint-Germain Football Club (PSG) es hoy, sin duda, el club más prominente de Francia; aunque en comparación con los más tradicionales rivales europeos fue fundado recientemente (1970). En 1996, el club consiguió el que hasta el sábado era su único título europeo: la Recopa de Europa, al vencer al Rapid de Viena en la final.
La actual fama del equipo francés arranca en el 2011, cuando el fondo de inversión catarí Qatar Sports Investments (QSI) adquirió la mayoría de las acciones del club. Una inyección masiva de capital transformó por completo al PSG.
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Y ¡por fin! ¡El PSG francés ganó este sábado pasado la Champions! Y por 5-0, nada menos. Los italianos a lamerse las heridas; mientras que el PSG celebrará en grande, por ser la primera vez, y porque sus dueños cataríes seguramente no escatimarán en recompensas de todo tipo.
¿Otro perdedor? El que por años fue la estrella del equipo -y de la selección de Francia- Mbappé, quien, cansado de esperar y no alcanzar con el PSG el trofeo mayor, se fue al Real Madrid, que justo decidió pinchar este año. La vida te da sorpresas.
Finalmente, la gran ganadora financiera del torneo -como siempre- ha sido la UEFA, la unión europea de fútbol, que obtuvo y pudo repartir ganancias fabulosas a los dos equipos finalistas: Al llegar a la final, el París Saint-Germain (PSG) ya había ganado 116,96 millones de libras, y el Inter de Milán 115,86 millones.
Sin embargo, una vez más el fútbol se enluta debido a la violencia: «festejos» por el triunfo francés derivaron en disturbios tan graves que hubo 2 muertos, casi 200 heridos, 264 vehículos incendiados y más de 500 personas arrestadas.
Qué hermoso puede ser el deporte cuando sus protagonistas se esfuerzan por destacarse en los terrenos de juego y no en las páginas sociales o, peor aún, en las crónicas policiales. Pero, por desgracia, al parecer no hay manera de desligar fútbol y violencia. Muy lamentable.
Cómo ha cambiado la Champions, que se mueve -como la FIFA- al ritmo del dinero en grande. Baste recordar que, en 1955, se decidió la obviedad de que el torneo lo jugara el equipo campeón de cada liga nacional (o sea un equipo por país). Pero la voluntad invicta de los $$$$ y de los ratings televisivos ha hecho que el torneo evolucione al punto que el año que viene, la Liga más poderosa, la Premier inglesa, tendrá seis (6) participantes en la Champions… España, Alemania, Italia, etc. vienen a continuación con un número menor pero siempre plural de participantes.
De ser un torneo entre los “campeones” de los países solo queda el nombre. Pero a callar, que cada año las ganancias aumentan para todos…