Villasmil: Las Dixie Chicks y la tormenta perfecta
Dixie Chicks (hoy, simplemente “The Chicks”), un trío femenino de música country, se convirtió en una de las bandas más populares de su género a finales de los 90 y principios de los 2000. Sin embargo, su éxito se vio ensombrecido por un incidente que las catapultó a los titulares de todo el mundo y las convirtió en un símbolo de la libertad de expresión.
En 2003, durante un concierto en Londres, la vocalista principal, Natalie Maines, hizo un comentario crítico sobre el presidente George W. Bush y la inminente invasión de Irak. Sus palabras, aunque expresaban una opinión personal, provocaron una reacción violenta en sectores conservadores norteamericanos.
Las estaciones de radio retiraron sus canciones, los fans boicotearon sus conciertos y las artistas incluso recibieron amenazas de muerte. Ante esta ola de odio, las Dixie Chicks no se retractaron de sus palabras. En respuesta a la controversia, lanzaron la canción «Not Ready to Make Nice», una poderosa balada en la que defendían su derecho a expresar sus ideas con libertad y denunciaban la hipocresía de aquellos que las criticaban por expresar sus opiniones.
En ese momento los nubarrones de las fake news, la mentira y los mensajes de odio como armas indispensables en la lucha política ya se insinuaban con fuerza en la sociedad norteamericana.
Como bien recordaba recientemente la escritora venezolana Karina Sainz Borgo, “No es la adhesión sino la reflexión lo que nos hace parte completa y orgánica de un proceso social”. Y la reflexión no puede llevar a una opinión honesta si aquella conduce a apoyar incondicionalmente los mensajes de un poder crecientemente populista.
La canción de las Chicks se convirtió en un himno para aquellos que luchaban por la libertad de expresión y la tolerancia. Sin embargo, también las convirtió en un blanco de ataque para sus detractores, en su mayoría conspiranoicos sectarios al servicio de las ideas políticas más reaccionarias, y por ello enemigos de toda crítica. Rechazando la crítica, negaban -y niegan todavía- la necesidad del pluralismo de ideas, una de las esencias de la democracia.
«Not Ready to Make Nice» —en español: «No estoy preparada para hacer las paces»— fue lanzada en junio de 2006 como el primer sencillo del séptimo álbum de estudio de la banda, Taking the Long Way. Sigue siendo su mayor éxito en Estados Unidos hasta la fecha.
En 2007 ganó tres Premios Grammy en las categorías de Grabación del Año, Canción del Año y Mejor Interpretación Country por un dúo o grupo vocalista.
En 2009, la revista Rolling Stone incluyó «Not Ready to Make Nice» entre las mejores canciones de la década.
El “escándalo” de las Chicks movió a toda la sociedad norteamericana, que en su mayoría respondió críticamente ante un sector de la sociedad que quiso expresar un odio irracional ante quienes simplemente habían expresado su opinión ante una guerra que consideraban equivocada.
Y ellas tuvieron razón. La incursión americana en Irak a la postre fue un desastre.
Mientras, las Chicks han llegado a ser uno de los mayores grupos country de la historia.
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El caso de este grupo artístico es un ejemplo de cómo la música puede ser una poderosa herramienta para provocar un debate social. También muestra cómo la libertad de expresión puede tener un costo, pero también puede ser una fuerza unificadora para aquellos que comparten valores democráticos.
Tradicionalmente, el country ha sido un género asociado a valores conservadores y a una imagen idílica de la vida rural. Sin embargo, las Chicks, con su música y sus opiniones, rompieron con esta imagen estereotipada.
«Not Ready to Make Nice«, es testimonio del coraje y de la determinación de las chicas, no solo como artistas, sino asimismo como ciudadanas. La canción, con una letra desafiante y un sonido poderoso, expresaba su determinación de no retractarse de sus opiniones y de defender su derecho de libertad de expresión.
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Obviamente, la música ha sido un vehículo poderoso para expresar ideas y defender causas a lo largo de la historia, y la libertad de expresión es uno de los temas más recurrentes; ejemplos egregios norteamericanos pueden ser “Blowin´ in the Wind”, de Bob Dylan, “We Shall Overcome» de Joan Báez, un himno de la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos, o «Respect» de Aretha Franklin, una balada feminista que reivindica la dignidad y el respeto hacia las mujeres.
La letra de «Not Ready to Make Nice» es directa y contundente. Las Chicks no se disculpan por sus opiniones y dejan claro que no cederán ante las presiones de la industria ni del público. La canción es un himno para aquellos que se sienten marginados o atacados por expresar sus creencias.
El video musical de la canción batió el récord de permanencia en el número 1 de los Top 20 de VH1 durante 15 semanas, 14 de ellas consecutivas. En diciembre de 2006, fue nombrado uno de los mejores videos del año por VH1.
La banda acudió al programa The Oprah Winfrey Show, donde se proyectó el video musical de la canción. Mientras entrevistaba a la banda, Winfrey dijo que la canción está tan bien escrita que ni siquiera se podía saber si tenía que ver con la polémica. De hecho, Maines dijo que ella y los demás compositores querían que la canción tuviera una interpretación universal.
Porque el tema de la libertad de expresión es universal. Y en perenne urgencia. La libertad de expresión está siendo atacada de múltiples maneras y en todo el planeta, incluso por algunos que siguen llamándose demócratas. Por desgracia, se está poniendo de moda en las redes sociales aprobar o condenar según se siga una ortodoxia determinada por la voluntad del caudillo de turno.
Concluyamos citando de nuevo a Karina Sainz Borgo: “Ninguna idea es dogma. Es justo ese momento que separa la verdad de su refutación lo que convierte al ciudadano en masa y a los proyectos comunes en patíbulos”.