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Villasmil: Una protesta insensata

 

La prensa internacional carga contra Sánchez por el caos en La Vuelta: “Una deshonra para España”

La prensa internacional carga contra Sánchez por el caos en La Vuelta: “Una deshonra para España”-esdiario

 

España está rota e incendiada (en diversos sentidos). Y cada día que pasa Pedro Sánchez -junto a su corte de mediocres, truhanes putañeros, corruptos de todo tipo, socios avispados y cantamañanas habladores de necedades- cual Nerón contemporáneo, le echa más gasolina al incendio.

Lo que se está jugando no es cualquier cosa. Siguen algunas almas ingenuas diciendo “aquí no va a pasar a mayores, estamos en Europa”. Sí, en una Europa asimismo incendiada en muchas partes por extremistas de lado y lado, orgullosos de violar la constitución, las leyes y cualquier forma, así sea mínima, de convivencia o de diálogo.

Mientras escribo esto el pasado domingo 14, leo en ABC:

“La Vuelta a España terminó con violencia total y sin llegar a la última meta. Una imagen horrible, de incontenible furia por parte de muchos manifestantes que protestan contra el equipo Israel y por la paz en Palestina. Los activistas emplearon la fuerza para derribar vallas, cargar contra periodistas, emplear palos y arremeter contra la Policía y la organización de la carrera. Un final muy triste que acabó con la carrera en el Campo del Moro sin llegar al circuito de la Castellana y que deja una imagen lamentable de país”.

Previamente, había leído que Pedro Sánchez le había dado su apoyo a los manifestantes. Este domingo Madrid se ha enlutado de violencia, y el principal responsable y provocador ha sido Pedro Sánchez.

Como afirmó la periodista Rebeca Argudo: “las palabras de Pedro Sánchez esta mañana no eran más que un fósforo aterrizando, consciente e irresponsablemente, en el bidón de gasolina (…) Esto no son protestas, es violencia callejera. Y conviene no olvidar quién la ha espoleado”.

Tenía razón Arturo Pérez-Reverte, en entrevista reciente en El Hormiguero, cuando afirmó que “Zapatero era un tonto que se convirtió en malvado; Pedro Sánchez siempre ha sido malvado”.

El lunes 15, Sánchez seguía con su mensajería macabra: pedía expulsar a Israel de todas las competiciones deportivas, equiparándola con Rusia.

 

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Es sabido que no hay mejor muestra de hipocresía que un socialista o comunista hablando de derechos humanos. Los mismos que supuestamente se rasgan las vestiduras por Gaza miran hacia otro lado cuando se mencionan los derechos humanos en Irán, Nicaragua, Cuba, Venezuela.

Conviene, por ello, hacer unas clarificaciones.

El horror de lo que ocurre en Gaza es absolutamente inaceptable. Pero las acciones de un Gobierno israelita encabezado por un cruel y funesto Benjamin Netanyahu no comprometen moralmente a todo el país y sus ciudadanos. Debe recordarse que el ataque de Hamás a Israel, el 7 de octubre de 2023, no fue casualidad: a Hamás le convenía la fecha porque sabía que un Netanyahu acusado de corrupción, tendría excusas para mantenerse en el poder. Fue un conflicto con dos partes interesadas en incrementarlo, no disminuirlo. Hamás, porque obviamente le convenía, y Netanyahu porque no quería ir preso.

No es posible que se quieran comparar horrores; los producidos por el Gobierno de Netanyahu en Gaza, y el horror del ataque de Hamás a ciudadanos israelitas inocentes.  Ambos actos son moralmente despreciables; si bien merece recordarse que la democracia israelita tiene derecho a la defensa frente a sus enemigos (lo injustificable son los excesos monstruosos de Netanyahu frente a la población civil de Gaza). Y no hay que olvidar que ni los ciudadanos de Gaza son Hamás, ni los ciudadanos israelitas son el Gobierno de Netanyahu.

Alguna izquierda mundial, en especial la española, últimamente con muy malos resultados en las encuestas, busca distraer a sus ciudadanos: ¿Por qué preocuparse de los escándalos de corrupción del entorno de Sánchez (incluyendo a su esposa y a su hermano, así como a sus dos hombres de mayor confianza en los últimos años), si podemos aprovechar la tragedia en el Medio Oriente para que la gente no piense más en el desastre ético interno?

 

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Estemos claros también que quien inicia esta trágica travesía de retorno al odio, a la división cainita de las dos Españas, fue Zapatero, en su gobierno. Y lo que busca Sánchez, para mantenerse en el poder es «normalizar» políticamente la violencia. Y esa tragedia ya la ha vivido España, y todos sus ciudadanos deben recordar sus trágicas consecuencias.

La democracia española sobrevive a duras penas. España es hoy rehén de un Gobierno de analfabetos morales donde predomina una autodenominada izquierda desnortada, agresiva e intelectualmente indigente.

Una izquierda que lo único que defiende es su credo antiisraelí, que es simbólico de su credo antioccidental y absurdamente proislamista. Y aquí, por lo visto, no hay matices que valgan: que si socialdemócratas, que no son “socialistas revolucionarios” y demás monsergas. Debe recordarse que el Partido Socialista Español, en el desgobierno presente, es miembro de la Internacional Socialista (IS), y el presidente del gobierno y -qué casualidad- de la IS, es Pedro Sánchez.

Y si lo anterior no es suficiente, uno de los militantes más destacados del PSOE es Rodríguez Zapatero, a quien los venezolanos conocemos bien, y que al parecer están comenzando a conocer en el actual Departamento de Estado norteamericano.

Para gente como Sánchez y Zapatero, el uso de la palabra “socialista” es simplemente mercantil (Félix de Azúa), una técnica comercial para que piquen los tontos de siempre. Como afirma Azúa, en España no hay un enfrentamiento entre ideologías, como el que hay entre comunistas y capitalistas, o socialistas y democristianos, o fascistas y liberales. Nadie ha leído un solo escrito de ningún miembro del Gobierno explicando sus creencias, proyectos y esperanzas. La izquierda clásica ha sido siempre prolífica en escritos y ensayos explicativos. Pero observen que no hay ni un solo texto, ni siquiera artículo de prensa, que defienda ideológicamente los principios del actual Gobierno desde el Gobierno (…). Es un socialismo virtual y mercenario”.

Y analfabeto de ideas, de pensamiento -recuérdese que Sánchez no fue capaz de escribir su tesis doctoral, la cual plagió-. Lo peor es que no solo carece de pensamiento racional, sino también moral.

Concluyamos con Azúa: “Sánchez cree que sus votantes son idiotas («Idiota»: 2. Engreído sin fundamento para ello. Diccionario de la RAE). O, por ser caritativos, que son tan idiotas como él mismo. En las próximas elecciones, de haberlas, constataremos si y cuánta razón lleva”.

 

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