Vivanco: Uruguay con Venezuela tomó «posiciones de indiferencia absoluta incomprensibles»
José Miguel Vivanco, director de la División de las Américas de Human Rights Watch, dijo: "No sé si el actual gobierno (uruguayo) está consciente de lo solo que está en el concierto mundial y el desprestigio que eso acarrea para el país".
El viernes pasado el canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa dio una entrevista al programa radial En Perspectiva. Dijo, entre otros aspectos, que durante la reunión del llamado “Grupo Internacional de Contacto” que se formó para tratar la crisis en Venezuela –que se había celebrado en Montevideo el día anterior- Uruguay había logrado que se quitaran de la declaración final algunas de las condiciones que se pretendían incluir. Una de ellas era la liberación de los presos políticos en el país caribeño.
José Miguel Vivanco es un abogado chileno que se desempeña como director de la División de las Américas de Human Rights Watch (HRW), una organización no gubernamental que en los últimos años denunció en reiteradas ocasiones a los gobiernos chavistas por, entre otros, violaciones a los derechos humanos. Cuando leyó las palabras de Nin Novoa, Vivanco descargó su rechazo en su cuenta de Twitter. “Su canciller reconoce que Uruguay pidió que el Grupo de Contacto RETIRARA una petición para que la dictadura libere a presos políticos. Lo siento, pero no hay una expresión que caracterice mejor la posición de Uruguay frente a Venezuela: miserable”, disparó.
El País contactó a Vivanco para consultarlo acerca de la situación en Venezuela hoy y cómo evalúa el papel de Uruguay entre los esfuerzos internacionales que buscan encontrar una solución pacífica a ella. Lo que sigue son las respuestas que envió de forma escrita.
¿Cómo describe HRW la situación hoy en Venezuela?
Además de la brutal arremetida contra opositores, que es una práctica sistemática de las fuerzas de seguridad venezolanas, estamos viendo retrocesos en salud — como el aumento de casos de sarampión y difteria, dos enfermedades prevenibles por vacunación, la multiplicación de casos de malaria y tuberculosis — y un aumento en los índices de desnutrición. Esta combinación genera una situación de crisis de derechos humanos y humanitaria que no tiene precedentes en la historia reciente de la región.
Uruguay redactó junto con México y los países de la Comunidad del Caribe (Caricom) el llamado Mecanismo de Montevideo. ¿Lo considera un aporte para tratar de buscar una solución?
El mensaje central de ese mecanismo es propiciar un “diálogo” en Venezuela. Todas las iniciativas de ese estilo han fracasado hasta la fecha porque (Nicolás) Maduro no negocia de buena fe y, además, porque no se puede solucionar la crisis asumiendo que estamos ante dos partes iguales con responsabilidad compartida que pueden sentarse a la mesa a conversar. Aquí Maduro es el responsable por los sistemáticos abusos y arbitrariedades del régimen y la oposición es la víctima. No sorprende, entonces, que el propio Maduro haya aceptado alegremente esta propuesta. Sin condiciones claras para una negociación, lo único que se logra es que el régimen cívico-militar compre tiempo para seguir perpetuándose en el poder.
¿Y cómo valora la declaración del Grupo Internacional de Contacto tras la reunión que mantuvo en Montevideo?
Esa declaración tiene dos puntos centrales que son importantísimos: piden elecciones libres y justas y que se acepte la ayuda humanitaria. Estas condiciones son indispensables para cualquier salida democrática a la crisis venezolana. También se menciona la posibilidad de una visita al país que ojalá ocurra lo antes posible.
En las últimas horas se preguntó en Twitter “¿Cuánto le cuesta a Uruguay quitarse el velo ideológico frente a Venezuela?” y también calificó de “miserable” la posición de Uruguay ante la situación en ese país. ¿Por qué sostiene esto?
Ante tamaña crisis humanitaria y de derechos humanos como la venezolana, uno esperaría que una democracia como Uruguay se preocupe por los abusos que está cometiendo el régimen. Sin embargo, el gobierno uruguayo se ha caracterizado por tomar posiciones de indiferencia absoluta que son incomprensibles. A veces se escudan en argumentos arcaicos de soberanía que no tienen lógica jurídica, justamente porque los principios de derechos humanos son universales y no tienen fronteras. No sé si el actual gobierno está consciente de lo solo que está en el concierto mundial y el desprestigio que eso acarrea para el país.
En los últimos días la ayuda humanitaria se ha acumulado en la frontera. Maduro negó su ingreso y dice que Venezuela no la necesita. ¿Qué opina HRW al respecto?
El gobierno de Venezuela, al limitar la entrada de ayuda humanitaria que se encuentra disponible, está impidiendo que se mitiguen los efectos de la crisis humanitaria. Al hacerlo, el régimen es directamente responsable por el sufrimiento del pueblo venezolano que dicha asistencia podría paliar.
¿Por dónde cree que pasa una salida viable para el país?
No hay salida posible sin elecciones libres y justas en las cuales el pueblo venezolano elija, democráticamente, quién quiere que los gobierne. Es indispensable redoblar la presión multilateral sobre el régimen – inclusive mediante sanciones dirigidas a funcionarios venezolanos implicados en abusos – para obligar a Maduro y otros jerarcas del régimen a sentarse a la mesa a negociar cómo y cuándo se darán dichas elecciones.