Yoani Sánchez: A falta de soluciones presentes, el oficialismo caricaturiza la Cuba republicana
La implantación de la electricidad en Cuba antes de 1959 tenía una de las mejores cifras de América Latina en aquellos años. (CC)
A medida que la indignación popular crece debido a los continuos cortes eléctricos que afectan a buena parte de Cuba, las autoridades despliegan todo tipo de justificaciones para colocar la responsabilidad de los apagones lo más lejos posible de su gestión. No faltan las repetidas frases culpando al embargo estadounidense, el daño causado por la caída del comunismo en Europa y, claro está, las alusiones al período republicano como un tiempo oscuro y mísero.
El periódico local de Camagüey, Adelante, ha intentado aplacar los ánimos de sus lectores esta semana recordándoles que antes de 1959 «Cuba solo generaba 397 megawatts, 397.000 kilowatts, distribuidos en sistemas aislados, no interconectados, típico de un país subdesarrollado. La electricidad llegaba apenas al 56% de la población». Unos datos que hay que poner en el contexto de que la electrificación era un proceso que apenas llevaba unas décadas implementándose a nivel mundial.
Un truco retórico que cada vez logra menos efecto en una sociedad cansada de que le metan miedo con el pasado
El artículo en el diario camagüeyano no solo escamotea ese detalle, sino que evita decir que tal indicador era uno de los mejores de América Latina en aquellos años. El texto busca crear en la audiencia una sensación de alivio ante los problemas actuales si se los compara con la situación que vivieron sus abuelos. Un truco retórico que cada vez logra menos efecto en una sociedad cansada de que le metan miedo con el pasado. A falta de soluciones en el presente y de progresos en el futuro, al régimen cubano solo le queda caricaturizar el país que existió antes de la llegada al poder de Fidel Castro.
Con esa torpe estrategia lograron durante décadas acallar los reclamos democráticos, asegurando que un proceso de apertura en la Isla traería de vuelta los desmanes de la anterior dictadura. Cuando las quejas se han volcado hacia la ineficiencia del modelo económico para producir los alimentos más básicos, salen los voceros oficiales a recordar la harina de maíz sin ningún acompañamiento que se extendió por los platos nacionales durante el machadato. Hay funcionarios públicos que hasta han osado decir que una disidente o periodista independiente trabajaría como prostituta si viviera en la Cuba de la primera mitad del siglo XX.
Todos esos malabares verbales, que una vez pudieron generar temor y parálisis social, ahora cosechan burlas y terminan echando leña al fuego de la molestia social. La gente ha dejado de bajar la cabeza y callarse cuando le lanzan una de esas estadísticas pretéritas. Solo un sistema sin mañana puede creer que va a doblegar a toda una población sacando a pasear los fantasmas del ayer.