DictaduraEconomía

Yoani Sánchez: El ‘tarifazo’ telefónico pone a rabiar a los cubanos

El 'tarifazo' de telefonía pone a rabiar a los cubanos – DW – 02/06/2025

 

 

No se notaba tanta indignación popular en Cuba desde el paquetazo económico que enterró al peso convertible, disparó los costos de la alimentación y hundió los salarios a inicios de 2021. Ahora, con el aumento de los precios de la conexión a internet, desde el pasado viernes, ha vuelto a brotar el rugido social, esta vez, contra el monopolio estatal de telecomunicaciones Etecsa. En un país hambreado y a oscuras, debido a los largos apagones, encarecer la vía de escape que significa conectarse a la redes sociales ha sido demasiado para la gente.

El malestar no conoce de edades ni de estratos económicos. Se quejan los adolescentes, nativos digitales, que encuentran en los grupos de WhatsApp el contacto social que tanto se les dificulta en las noches sin electricidad y en los locales recreativos de elevados precios. El enojo llama a la puerta de los universitarios, obligados a consultar online la mayor parte de la bibliografía, dada la decrepitud de los archivos en las bibliotecas escolares. La desazón se extiende a los adultos en edad laboral, que en el trabajo a distancia han encontrado una manera de contribuir a sus depauperadas arcas familiares y también de postularse a becas, cursos o visas para salir de la isla. Los jubilados también han dejado ver su incomodidad, obligados muchos a mantener el contacto con sus hijos y nietos emigrados a través de videoconferencias semanales.

Nadie ha quedado ajeno al impacto que significa para el bolsillo la reducción y encarecimiento de las ofertas de gigabytes (GB) de navegación web en moneda nacional. Ni las explicaciones de los funcionarios de Etecsa, ni los llamados a la comprensión de la crisis de infraestructura que atraviesa el monopolio estatal han servido para acallar las críticas. La empresa está entre las entidades peor valoradas por los cubanos, un triste privilegio que comparte junto a la Unión Eléctrica, la Seguridad del Estado y los ministerios de Transporte y Comercio Interior. Basta mencionar las seis letras del nombre de la telefónica y el rostro de sus clientes se transmuta en una mueca de desagrado y rechazo.

La explicación oficial para aumentar el precio del GB en un 1,229 % o, en otras palabras, multiplicarlo por 13, radica en la necesidad de recaudar divisas para invertir en la calamitosa infraestructura de telecomunicaciones. Al privilegiar las recargas pagadas en el extranjero, el monopolio estatal busca recaudar dólares que le permitan comprar cables, nuevas torres de telecomunicaciones y baterías de respaldo para mantener el servicio cuando la corriente eléctrica se ausenta. El argumento podría haber servido hace unos años, pero los cubanos se han hartado de su depreciada moneda, del privilegio que reciben los que tienen en el bolsillo esos billetes verdes con el rostro de Washington o Lincoln, y de un Estado que cada día se desentiende más de los que solo cuentan con acceso al peso nacional.

“Pronto ponen una parte de la factura eléctrica para que la paguen los exiliados desde fuera”, se lee al pie de una de las tantas publicaciones de Etecsa en Facebook que han provocado miles de comentarios, la mayoría de rechazo ante lo que ya ha sido bautizado popularmente como el tarifazo. “Todo esto ha pasado porque el dinero recaudado no lo han invertido en la telefonía, sino en la represión”, advierte otro internauta, que se queja de que en su pequeño poblado, en la provincia de Pinar del Río, debe subirse al techo de su vivienda en la madrugada para poder conectarse precariamente a internet. “Carros nuevos para la Policía, pero pocos recursos para mejorar la conexión”, agregaba con fastidio.

Un observador distante de la situación cubana no tardaría en preguntarse por qué la subida de los precios del acceso a internet ha logrado movilizar a la ciudadanía como no lo han hecho los largos cortes eléctricos o la insignificancia de los sueldos. En un país donde la propaganda oficial sigue siendo asfixiante y el régimen trata de controlar cada resquicio de la vida cotidiana, el acceso a la web se ha convertido en un bálsamo y en un camino de evasión de la crisis diaria. Gracias a la conectividad, los cubanos se sienten ciudadanos del mundo. Las redes sociales son esa ventana que les permite saber que hay algo al otro lado de los mercados vacíos y de la vigilancia de la policía política. Les ayuda a creer que hay esperanzas.

El 11 de julio de 2021, pocos meses después de decretar la Tarea Ordenamiento, las calles de la isla se llenaron de miles de personas gritando “¡Libertad!”. Habrá que estar atentos a la reacción que, a corto plazo, podría tener el actual capricho de Etecsa que tanta indignación ya está cosechando.

 

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