Yoani Sánchez: Hemos sobrevivido
Un hombre lee la versión impresa de ’14ymedio’ que circula en formato PDF dentro de Cuba. (14ymedio)
Hace tres años este diario digital era solo un sueño, un proyecto sobre el papel y un deseo en la cabeza de varios colegas. Aquel 21 de mayo de 2014, ese espejismo cobró forma en la primera portada de un sitio que nos arrebató las madrugadas, nos hace vivir frecuentes momentos de tensión, pero también nos regala una sonrisa cuando publicamos una investigación propia o un reportaje bien logrado.
Cuando nos reunimos en torno a aquella idea inicial de hacer un periódico desde Cuba, tuvimos al menos dos pilares sobre los que levantar todo este edificio informativo: apostar por un periodismo de calidad y mantener nuestra independencia económica. Cumplir esos objetivos iniciales ha sido un reto difícil, pero nos llena de satisfacción y orgullo haberlo logrado en la mayoría de los casos.
Este diario ha privilegiado durante tres años la información sobre la opinión, ha hecho del reportaje su contenido insignia y ha apostado por historias bien escritas, cuidadas y ancladas a la realidad. Hemos logrado acercarnos a mundos contrapuestos: oposición y oficialismo; ecología e industria; emigración y emprendimiento local.
Hemos evitado los adjetivos para concentrarnos en los hechos y deslindar el periodismo del activismo. Nuestra brújula busca mantener la seriedad y el rigor en los textos más sencillos y los más complejos. En esta redacción se repiten algunas frases que revelan esa premisa: “es mejor llegar tarde que llegar mal”, “no trabajamos por los hits sino por la información”, “ser reportero no es una buena profesión para hacer amigos”, “un buen periodista siempre va a terminar molestando a alguien”… y otras muchas tantas.
Hemos evitado los adjetivos para concentrarnos en los hechos y deslindar el periodismo del activismo. Nuestra brújula busca mantener la seriedad y el rigor en los textos más sencillos y los más complejos
En este tiempo, hemos rechazado todas las ofertas para sostener económicamente este medio que provengan de fondos de Gobiernos extranjeros, partidos políticos, fundaciones vinculadas a grupos de poder y figuras con una marcada proyección ideológica. En lugar de eso hemos optado por “buscarnos la vida” a través del periodismo, algo tan angustioso y difícil en estos tiempos y que nos ha puesto constantemente al borde de la indigencia material. No obstante, esa tensión ha sido el mejor acicate para hacer un contenido de mayor calidad que podamos ofrecer a medios y agencias de otras partes del mundo.
Nuestro equipo editorial es la mejor familia que uno pueda imaginar. Como toda parentela, da sus dolores de cabeza: hay padres severos, tíos hipercríticos, abuelos gruñones, hermanos díscolos y primos acelerados a la hora de dar clic al botón de “publicar” una información. Pero en general es un equipo unido por la mejor amalgama posible: la búsqueda de la calidad periodística.
Nuestros principales obstáculos siguen siendo obtener información en un país donde las instituciones practican el secretismo, la prensa oficial edulcora la realidad y la mayoría de los ciudadanos tiene miedo a hablar con un diario independiente. No son dificultades insalvables pero demandan de nosotros, cada día, una ingente cantidad de energía y paciencia.
El bloqueo de nuestro sitio digital, la estigmatización de nuestro nombre y el acoso contra los reporteros también han incidido negativamente en el alcance de nuestro trabajo, pero no nos desanimamos. Nadie dijo que iba a ser fácil.
Lo más importante que vamos a tener hoy en mente, cuando soplemos las tres diminutas velas de nuestra torta digital, es que “hemos sobrevivido”. Contra todos los pronósticos de amigos y enemigos, estamos aquí, nos hemos hecho un espacio en el periodismo cubano y vamos a seguir trabajando por mejorar la calidad de este diario.