28-M: Un tsunami de cambio arrasa a Pedro Sánchez y pone a Feijóo con pie y medio en La Moncloa
El PP reconquista La Rioja, Cantabria, Aragón, Comunidad Valenciana, Baleares y Extremadura y probablemente expulse al PSOE de Canarias. También se hace con la victoria en las principales capitales de Andalucía, en Valencia, Palma o Valladolid y resurge en Cataluña. El PSOE retiene con dificultad Castilla-La Mancha, Asturias y Navarra. Feijóo sentencia a Sánchez el 28-M
Feijóo celebra la victoria junto a los grandes triunfadores de Madrid: Isabel Díaz Ayuso y Martínez Almeida
El PP planteó un plebiscito sobre Pedro Sánchez. Y el resultado es inequívoco. Alberto Núñez Feijóo ha puesto pie y medio en el Palacio de La Moncloa con una victoria incontestable en las elecciones municipales y autonómicas de este 28 de mayo. El cambio de ciclo en España es imparable. Las urnas han sentenciado a los partidos de la coalición de Gobierno -PSOE y Unidas Podemos– y han reforzado el poder territorial del PP camino de las elecciones generales de final de año.
«España ha iniciado un nuevo ciclo político», ha dicho un exultante Feijóo desde el balcón de la sede del PP en la calle Génova de Madrid. «Hemos recuperado la mejor versión de nuestro partido, aquel PP grande, aquel PP que sintonizaba con la mayoría de España, ese partido centrado, donde cabe la inmensa mayoría de ciudadanos españoles».
El castigo de Feijóo a Sánchez es letal. El PP ha arrebatado al PSOE seis Gobiernos autonómicos que tenía o de los que formaba parte: La Rioja, Aragón, Cantabria, Comunidad Valenciana, Baleares y Extremadura. El PSOE sólo conserva Castilla-La Mancha con claridad. También Asturias. Y dependerá de los pactos en Navarra y en Canarias. En las islas tiene muy difícil resistir. Emiliano García Page es el único barón que ha resistido el giro de España a la derecha. Aunque por los pelos, ha conservado la mayoría absoluta – su tercera consecutiva– y emerge como una figura clave en el postsanchismo.
Feijóo sentencia a Sánchez
En las municipales, convocatoria de ámbito nacional, el PP ha sacado casi 1 millón de votos al PSOE. Son casi 23.300 concejales por los 20.700 del PSOE. Los populares han ganado en las principales capitales de provincia andaluzas, incluida Sevilla. También se ha hecho con Palma, Valencia y Valladolid, derrocando al socialista Óscar Puente.
Ha logrado la mayoría absoluta en Madrid, tanto en el Ayuntamiento como en la Comunidad, ha retenido con facilidad Murcia y ha resurgido con fuerza en Cataluña ante la debacle de Ciudadanos. Lo ha hecho en Barcelona de forma más modesta o en Badalona, donde Xavier García Albiol ha obtenido la mayoría absoluta.
El triunfo del PP es contundente y no dependerá de Vox en gran parte de España. Los pactos con el partido de Santiago Abascal serán imprescindibles en algunos casos, pero no en todos. Lo que da a Feijóo aire de cara a las negociaciones, que serán complejas en Valencia y quizá menos en Aragón. Feijóo ha hecho un llamamiento al resto de partidos para que entiendan el mensaje de las urnas. Y a su partido le ha pedido «humildad» en esta victoria.
El 28-M ha sido lo más parecido a una sentencia política para Sánchez. El presidente del Gobierno se ha volcado en la campaña y ha puesto todos los resortes de su poder al servicio de la remontada. No ha sido suficiente. La ola, el «tsunami nacional», en palabras de uno de sus barones derrotados Javier Lambán, se ha llevado por delante al PSOE.
Page, clave en el postsanchismo
Y si nada cambia, el camino a las generales de final de año serán una tortura para el presidente, sin apoyos en el electorado y con los cuchillos afilados dentro de su partido reclamando un cambio urgente. Page es el único barón que conserva la mayoría absoluta. Y será un dirigente clave para el futuro que se avecina en el PSOE. Otra alegría puede ser Barcelona, si Jaume Collboni, segundo más votado, es capaz de armar una mayoría que esquive la victoria separatista de Trías.
«Quiero reconocer la derrota del PSOE en estas elecciones y felicitar al PP, que ha absorbido todo el voto de Ciudadanos. Es un mal resultado, no es en absoluto el que esperábamos«, ha reconocido la portavoz del PSOE y ministra de Educación, Pilar Alegría.
«No vamos a ocultar que esperábamos forjar mayoría de progreso gracias a la movilización del electorado progresista, que es evidente, no se ha producido. El PSOE asume que debemos hacer las cosas mejor y esforzarnos más en las próximas elecciones. Tenemos que hacer una reflexión de cara a los próximos meses», ha añadido.
CS desaparece; debacle de Podemos
Estas elecciones municipales y autonómicas no solo han pasado factura al PSOE. El 28-M ha aniquilado definitivamente a Ciudadanos, que desaparece del mapa político nacional y apenas conserva una representación testimonial de concejales. Begoña Villacís ni se ha acercado al 5% de voto necesario para entrar al Ayuntamiento.
Este resultado también supone un antes y un después para Podemos, cuyo resultado se puede calificar de debacle. El partido morado desaparece de Madrid y Valencia. No podrá reeditar su participación en Gobiernos como el de Aragón y Baleares. Se mantiene en Navarra, La Rioja o Murcia, pero se queda sin espacio para encarar la negociación con Yolanda Díaz, llamada a ocupar el espacio a la izquierda del PSOE.
Bildu amenaza al PNV
El problema para el PSOE o Podemos es que su debacle no ha sido tal para sus compañeros de viaje en la legislatura, especialmente Bildu. La izquierda abertzale ha salido reforzada en el País Vasco. Ha ganado en Vitoria y Guipúzcoa y pone en jaque la hegemonía del PNV para el próximo ciclo electoral.
Bildu monopolizó la primera parte de la campaña con sus listas conformadas con 44 candidatos relacionados con ETA, siete de ellos condenados por delitos de sangre. Hasta 15 de ellos han sido electos. Bildu dijo que esos siete candidatos no recogerían su acta si salían elegidos.
El otro foco de campaña, Melilla y su compra de votos, el PP ha obtenido la mayoría absoluta. El PP también ha ganado en Ceuta, pero necesitará a Vox para formar Gobierno.