TGIF: Un Cálido Homenaje a Audrey Hepburn
Recientemente tuve el privilegio de volver a ver «Roman Holiday» (Vacaciones en Roma, William Wyler, 1953), protagonizada por el siempre confiable aunque algo rígido Gregory Peck, y una jovencita que impactaría para siempre al cine, con su hermoso rostro, su clase infinita, y su amplio rango de actriz: Audrey Hepburn.
El guión lo firmaba Ian McLellan Hunter, pero años después nos enteraríamos que realmente había sido escrito por uno de los escritores de Hollywood perseguidos por el macartismo, el prodigioso Dalton Trumbo (quien ganaría el primero de sus dos Oscars a Mejor Guión, aunque en la ceremonia lo recibiría McLellan. La película también le dio un Oscar a Edith Head -Mejor Diseño de Vestuario- y a la protagonista de esta nota, Audrey Hepburn, a Mejor Actriz.)
Veamos el trailer de «Roman Holiday»:
Felizmente, ese papel que la lanzó a la fama fue de princesa, porque ese tipo de roles se le daba naturalmente, le venía en los genes. Podemos recordarla, por ejemplo, como una ya mayor Lady Marian, junto a un anciano Robin Hood recién regresado de las Cruzadas -interpretado por Sean Connery-, en «Robin y Marian» (Richard Lester, 1976). Veamos el trailer:
«Roman Holiday» fue un inicio fantástico para quien es considerada, unánimemente, como una de las grandes actrices de la historia; y uso la palabra grande para expresar tanto sus innegables dotes como intérprete, como la imagen de su persona privada, el ser humano a secas. Sus últimos años, mientras la salud se lo permitió, fue una embajadora de buena voluntad de la Unicef, en Centro-América, Sudán, Bangladesh. Ella viajó a todos los lugares, a todas las tragedias, donde su presencia pudiera hacer algún bien, dar una palabra de aliento, o acompañar una campaña de ayuda.
Solo participó en 33 filmes, lamentablemente. Pero pocos entre sus pares tiene en su currículo tal muestra de resultados tan brillantes, bien sea en la comedia, el drama, el suspenso, o el musical.
Audrey Kathleen Hepburn-Ruston nació en Bruselas, Bélgica, el 4 de mayo de 1929. Cosmopolita de nacimiento, su madre, Ella van Heemstra, era una baronesa holandesa; su padre, Joseph Victor Anthony Hepburn-Ruston, nació en Úzice, Bohemia, con ascendientes ingleses y austríacos.
De niña, estudió ballet en Londres, para luego dedicarse al modelaje. Hasta que un día un productor la vio y la contrató para un pequeño papel en «Holanda en 7 lecciones» (Charles Huguenot van der Linden, y Heinz Josephson, 1948).
En lo personal recuerdo una de las muchas comedias de Alec Guinness con Ealing Studios, una dinámica productora de buenas comedias británicas de la posguerra, como «Kind Hearts and Coronets» (Ocho sentencias de muerte, Robert Hamer, 1949), «The man in the white suit» (El hombre del traje blanco, Alexander Mackendrick, 1951), y «The lavender hill mob» (Oro en barras, Charles Crichton, 1951). Todas muy recomendables para la salud y buen saber fílmicos. En esta última, Audrey tiene un pequeño papel como vendedora de cigarrillos en un local nocturno.
Afortunadamente, en You Tube existe un video con breves escenas de Audrey en sus primeras películas:
Como a otra famosa actriz de los cincuenta, Grace Kelly, a Audrey siempre le buscaron contrafiguras mucho mayores que ella: William Holden, Gregory Peck, Humphrey Bogart o Fred Astaire.
Luego de «Roman Holiday», ella hizo 8 películas en los cincuenta; destacamos «Sabrina» (Billy Wilder, 1954), «Guerra y Paz» (King Vidor, 1956), «Funny face» (Stanley Donen, 1957), «Ariane» (Billy Wilder, 1957) y «The nun’s story (Historia de una monja, Fred Zinnemann, 1959). Por Sabrina e Historia de una monja logró nominaciones al Oscar. Veamos una escena de «Sabrina» con Humphrey Bogart (quien se pelea con su hermano, William Holden, por el amor de la chica) Hepburn canta «La vie en rose».
Ahora, una escena de «La guerra y la paz». Quien la acompaña es el actor y director Mel Ferrer, ya por ese entonces su marido:
«Funny Face» es un gran musical de una década donde el género estaba muy de moda. Veamos a Audrey y Fred Astaire; la chica estuvo a la altura del reto, recordemos que había estudiado ballet:
‘Charade» (Stanley Donen, 1963) fue un extraordinario éxito de taquilla. Veamos un pequeño ejemplo del porqué:
La comedia con la cual Audrey llega merecidamente a la cumbre de las grandes actrices del género, junto a pares legendarias como Carole Lombard, Katharine Hepburn, Jean Arthur o Irene Dunne, es «Breakfast at Tiffany’s» (Desayuno con diamantes, Blake Edwards, 1961), basada en una novela de Truman Capote. Una nueva nominación al Oscar estuvo a la orden del día.
Veamos a nuestra chica en una escena icónica: interpretando «Moon River» (Henry Mancini, Johnny Mercer):
La escena final: Audrey, George Peppard, la lluvia y el gato….
Uno de sus papeles más radiantes fue en el éxito teatral «My Fair Lady» (George Cukor, 1964). Aquí demostró su clase además de su condición humana. En principio, le reclamó a los productores el que no le ofrecieran el papel protagonista a quien la había interpretado triunfalmente en Londres y Nueva York, Julie Andrews. «Julie Andrews es Eliza Doolittle«. Pero los productores no estaban dispuestos a arriesgar su dinero con una chica con experiencia en el teatro y la Tv, pero escasa en el cine. Audrey finalmente aceptó.
Julie tomaría cumplida revancha ese mismo año; Walt Disney la llamó para que protagonizara un musical en parte con dibujos animados, que le brindó a la inglesa el Oscar a Mejor Actriz: «Mary Poppins«. No hubo alternativa; ese año el Oscar estaba destinado para Andrews.
Volviendo a «My Fair Lady», a su compañero de fórmula, Rex Harrison (quien también había hecho el papel del profesor Higgins en el teatro) le preguntaron con cuál actriz había disfrutado más en un filme: sin ninguna vacilación respondió: «Audrey Hepburn en My Fair Lady».
Audrey/Eliza en «Wouldn’it be loverly»:
Luego vendrán tres películas con grato recuerdo, How to steal a million» (William Wyler, 1966), «Two for the road» («Dos en la carretera», una vez más, Stanley Donen, 1967), y «Wait until dark» (Espera la oscuridad, Terence Young, 1967). Veamos en primer lugar este video con escenas de «Two for the road»:
«Wait until dark» es sin duda alguna una gran obra de suspenso. Luego de su éxito en Broadway, la obra con su atmósfera cerrada, con su suspenso vivo en cada escena, fue llevada con un muy buen resultado al cine. Audrey Hepburn hace el papel de una chica casada, recientemente ciega, que termina luchando por su vida con un asesino absolutamente despiadado interpretado por quien ya anunciaba que iba a darnos muchos placeres actorales en el futuro: Alan Arkin. Recuerdo perfectamente la escena a continuación, un ejemplo del mejor suspenso posible. Hay un momento en que toda la sala -normalmente abarrotada- daba un grito de sorpresa…
A fines de los sesenta, Audrey se divorcia de Mel Ferrer y se casa con el médico Andrea Dotti. Decide entonces retirarse, haciendo luego solo esporádicas apariciones, en especial la mencionada arriba «Robin y Marian». Ella fallece en enero de 1993, en Suiza.
Al día de hoy, el American Film Institute considera que Audrey Hepburn es la tercera mejor actriz de la historia del cine norteamericano, solo superada por Bette Davis y Katharine Hepburn.
Finalicemos con un trailer de la comedia con toque de misterio «How to steal a million»: