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‘Rendición de cuentas’: ¿para qué sirvió el experimento de los candidatos independientes?

Asamblea de Nominación de Candidatos en Sancti Spíritus. (ESCAMBRAY)

¿Acertaron quienes criticaron la participación de opositores en las «elecciones» organizadas por el castrismo? ¿Aprovecharon la oportunidad las plataformas que prepararon, de forma inédita, a decenas de candidatos independientes? Cuando se acerca la siguiente etapa y ya están definitivamente cerradas las posibilidades de que un ciudadano que disienta del régimen pueda ocupar un puesto en alguna de las instancias del «Poder Popular», es hora de echar cuentas y analizar la experiencia de cara a futuros procesos.

«Una construcción democrática implica respetar todas las opiniones», plantea Julio Antonio Aleaga Pesant, secretario ejecutivo de la plataforma Candidatos por el Cambio (CxC), en respuesta a quienes desaprobaron la participación de candidatos independientes. Los críticos «deben demostrar que existe otro camino pragmático, creíble y objetivo para democratizar el país. Ahí fallan», considera.

«La izquierda latinoamericana comprendió que la lucha armada no era el camino; sufrieron mucho más que nosotros antes de emprender la vía electoral. Es largo, en la construcción democrática no hay caminos cortos», argumenta.

Boris González Arenas, miembro de la plataforma #Otro18, niega categóricamente que los detractores de los candidatos independientes acertaran. «Carecían de variantes alternativas», dice. «#Otro18 no solo consiguió la capacitación en material electoral para quienes participamos, sino también para nuestros críticos, que debieron instruirse para cuestionarnos».

A su juicio, iniciativas como la de su plataforma y CxC incluso llevaron a que el régimen «instrumentara vías de capacitación sobre la Ley Electoral, como el espacio ‘Sistema electoral cubano’ en el diario oficial Granma».

Candidatos con barreras

Las denuncias de ciudadanos que intentaron postularse de forma independiente, demuestran que la Seguridad del Estado y el Partido Comunista trabajaron a fondo para impedirles ejercer un derecho reconocido por la Constitución y la Ley Electoral, y conseguir que ninguno se conviertiera en delegado.

«El plan original era que se presentaran diez, finalmente ninguno llegó al ‘día cero’, pues meses antes comenzaron las acciones de la Seguridad del Estado en contra de cada uno de candidatos«, diceEliecer Ávila, líder del movimiento Somos+.

Manuel Cuesta Morúa, portavoz de #Otro18, asegura que 11 candidatos independientes de esa plataforma «fueron juzgados, procesados o apresados».

«Se presentaron finalmente 53 candidatos de 182», afirma Cuesta Morúa. Los otros 129 «no pudieron presentarse debido a la represión policial, a la intimidación».

¿Fallaron las plataformas en sus estrategias con los candidatos? Para Aleaga Pesant, el principal problema fueron las expectativas creadas. «Algunos afirmaron que se podía ganar; eso estaba lejos de la realidad», explica.

El opositor José Díaz Silva buscó su postulación como parte de #Otro18. Considera que Cuesta Morúa se adelantó al asegurar que se obtendrían diez candidaturas.

Solo un caso «logró ser nominado y elegido, pero literalmente le robaron la nominación», admite Cuesta Morúa. «Se trata de Michel Piñeiro Hernández, de Aguada de Pasajeros, Cienfuegos».

Según el portavoz de #Otro18, en la Asamblea de Nominación los vecinos propusieron a Piñeiro Hernández para delegado de su circunscripción. «La mayoría votó por él. La mesa electoral quedó algo estupefacta porque no era el candidato que ellos tenían previsto. Hicieron algo ilegal, que fue repetir la votación. Michel volvió a ser nominado», pero en el acta de la reunión «no apareció su nombre», relata.

«En ningún momento el otro candidato que apareció en lugar de Michel fue nominado. Los vecinos protestaron. Michel y su esposa fueron a protestar por este hecho frente a la Comisión Electoral y les impusieron una multa de 1.500 pesos a cada uno por el supuesto delito de ‘desorden’«.

Díaz Silva reconoce que durante el proceso #Otro18 fue más conocida fuera que dentro de Cuba.

Boris González coincide, pero considera que el fenómeno «tiene un valor por sí mismo. Para nosotros, el desmonte de la cultura política no comenzó en 1959, sino en 1952, con el golpe de Estado de Fulgencio Batista. Sería difícil armarla en condiciones de democracia, hacerlo con la dictadura vigente debería dar idea del valor de nuestro empeño».

El peligro de presentarse a los vecinos

La mayoría de las iniciativas acepta que sus candidatos pudieron hablar poco con los electores. «Pero todos teníamos gente dispuesta a votar por nosotros«, dice Díaz Silva.

«Hablar con electores, más allá del intercambio interpersonal con vecinos, no resulta pertinente frente a un régimen capaz de hacer lo siguiente: Rolando Columbié había sido delegado en Antilla, Holguín, pero había desistido. Padre de familia, trabajador por 35 años, jamás tuvo problemas con la Justicia. Supo de #Otro18 y decidió presentarse como parte de la plataforma. Entonces, fue involucrado en un proceso judicial por un hurto que jamás ocurrió«, señala González Arenas. «Se presentó como prueba una camisa con su olor, de una talla menor. Se le expulsó del trabajo y se le condenó a seis meses de prisión domiciliaria».

No obstante, asegura Cuesta Morúa, #Otro18 preparó una «hoja de ruta» para sus candidatos, que incluía «presentarse a los lectores diciéndoles que querían ser su voz; no prometiéndoles soluciones a sus problemas, sino ser la voz a sus problemas».

«Para nosotros —agrega Cuesta Morúa— el punto no era que los candidatos se presentaran solo como reproducción del modelo, sino que tuvieran una seña de identidad», como la defensa de que «todo el mecanismo de elección sea libre, directo y secreto».

«Muchos de los candidatos pudieron hacer un trabajo con sus electores, presentarse, darse a conocer, decir cuál era su intención«, afirma.

Eliecer Ávila se queja de que «los vecinos te decían una cosa antes y otra muy distinta cuando se iba acercando el día» de la Asamblea de Nominación. «Era evidente que la Seguridad del Estado visitaba a todo el que sabía podía ser cercano al candidato y lo amenazaba con los puntos sensibles de siempre: los estudios universitarios de los hijos, el negocio que tuvieran, el trabajo, etc. Y eso funcionó en la mayoría de los casos».

Candidatos y publicidad

En cuanto a divulgar o mantener en secreto los nombres de los candidatos antes de las votaciones, las plataformas siguieron caminos diferentes.

«Nosotros los hicimos públicos», indica Eliecer Ávila. «Tal vez hubiera sido mejor no hacerlo, pero entonces corrías el riesgo de que los vecinos no te conocieran lo suficiente y nadie te propusiera».

«Cuando se divulgan los nombres, viene la policía política y arresta a las personas. En CxC preferimos protegerlos«, apunta Aleaga Pesant.

#Otro18 publicó una lista de candidatos, pero hubo algunos que prefirieron mantenerse en el anonimato. «Teníamos que respetar su decisión», afirma Cuesta Morúa.

Sin embargo, «para mí la mejor estrategia era publicarlos porque hay que hacer un juego claro, no puede aparecer que estamos conspirando cuando solo estamos haciendo uso de instituciones que recoge el derecho», señala.

Varios candidatos de #Otro18 fueron entrevistados por la prensa independiente antes de las Asambleas de Nominación.

«No teníamos que hacer nada escondidos, era un derecho que nos reconoce la Constitución», considera Díaz Silva, quien dio declaraciones a DIARIO DE CUBA en ese momento del proceso. El opositor fue detenido un día antes de la Asamblea de Nominación de su barrio y liberado cuatro después.

DDC intentó entrevistar a otras personas que #Otro18 identificó como candidatos, pero que negaron serlo.

«Lo que pasó básicamente fue que algunos de estos candidatos, que no fueron muchos, tuvieron cierta desconfianza sobre cuál era la intención. No había un claro reconocimiento de algunos de estos periodistas que se acercaron», justifica Cuesta Morúa. «Les dijimos después de esto que la idea era que ellos tuvieran visibilidad y dieran su visión a los periodistas. Es una lección en el sentido de la necesaria publicidad y de que esto deba tenerse claro».

El candidato desconocido

En medio de la persecución de los candidatos independientes y los ciudadanos que los apoyaron, solo el periodista Henry Constantín consiguió una prueba documental de la represión, al grabar un audio de lo ocurrido en su Asamblea de Nominación cuando intentó postularse.

«No es la única prueba documental; un testimonio, una sentencia como la de Columbié, y un activista preso, como José Rolando Cásares Soto, también lo son», opina Boris González Arenas.

«Nosotros organizamos la Comisión Cubana de Defensa Electoral, que hizo el relato de lo que sucedía. Grabar implica peligro. Se documentaron las detenciones, violaciones del proceso electoral. Presentamos esta información a las embajadas de Estados Unidos y la Unión Europea», dice Aleaga Pesant.

«Muchos de los candidatos que lograron presentarse ya eran conocidos en la comunidad, lo que significa que eran conocidos por las autoridades y en casi todas estas asambleas estaban presentes las autoridades. Ya estaban asumiendo un riesgo altísimo«, añade Cuesta Morúa.

En su opinión, en el caso de Henry Constantín influyó que «era un candidato desconocido» incluso dentro las plataformas. «Era independiente, independiente» y eso habría propiciado el factor «sorpresa».

‘Un ejercicio político a futuro’

Cuesta Morúa afirma que #Otro18 realizó 52 observaciones en las Asambleas de Nominación y 132 en las «elecciones» municipales, aunque «no todos los observadores que teníamos previstos pudieron hacer la labor porque también hubo represión» contra ellos.

Según el portavoz de #Otro18, la concurrencia a las urnas «fue mucho menor que lo que ha sido el comportamiento histórico» y, por ejemplo, en el colegio 149 de Veguita de Galo, en Santiago de Cuba, los observadores constataron que se «inducía el voto de personas ancianas». En otros lugares «comprobaron que las boletas en blanco eran marcadas».

A juicio de Cuesta Morúa, la participación de candidatos independientes en el proceso es «una victoria estratégica». #Otro18 trabajó para «dejar establecida una plataforma por todo el país y buscar cambios democráticos desde abajo», argumenta.

«CxC no vio la posibilidad de ganar, sino un ejercicio político a futuro«, dice por su parte Aleaga Pesant. «En 2015 la oposición no participaba en las elecciones; ahora, una parte importante de la oposición y la sociedad ven en las elecciones un camino».

Para Eliecer Ávila, el proceso dejó claro «que los comunistas no iban a permitir una verdadera competencia; de ahí la importancia histórica del experimento».

«Ahora —destaca— no pueden decir en ninguna parte que en Cuba puede presentarse cualquier ciudadano a las elecciones, como se han cansado de repetir en todos los organismos internacionales».

 

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