México golpea a los sectores más sensibles para Trump en respuesta a los aranceles
El país latinoamericano centra sus contramedidas en los Estados y las industrias en los que más daño político puede infligir al presidente republicano
Si Trump quiere la guerra, México no va a quedarse quieto. Ese es el mensaje que parece enviar el Gobierno de Enrique Peña Nieto con el listado definitivo de aranceles en respuesta a las medidas proteccionistas sobre el acero y el aluminio anunciadas por Washington la semana pasada. La Secretaría (Ministerio) de Economía del país latinoamericano ha situado en su punto de mira a un nutrido grupo de productos agroalimentarios, siderúrgicos e industriales de origen estadounidense, con gravámenes de entre un 7% y un 25%.
Este martes, el titular de Economía mexicano, Ildefonso Guajardo, ha cifrado en 3.000 millones de dólares al año el valor de los productos sujetos a aranceles de nuevo cuño, con una recaudación esperada de 650 millones anuales. En promedio, según los datos de los empresarios que acompañan al Ejecutivo mexicano en la negociación, el llamado cuarto de junto, el 60% de las importaciones mexicanas de los bienes afectados provienen de EE UU. Muchas de ellas, de Estados clave para el Partido Republicano de Trump, que tendrá una dura prueba en las elecciones legislativas de mitad de mandato (midterm) que se celebrarán en seis meses. Estas son algunas claves:
¿Qué productos estadounidenses quedan gravados en México?
En el listado de bienes de origen estadounidense sobre los que pesará el arancel mexicano destacan una decena de alimentos —desde paletas y piernas de cerdo hasta manzanas, frutos rojos o whisky pasando por todo tipo de quesos— sobre los que se aplicará un gravamen del 20%. Esta cifra solo varía en dos casos: algunos productos de origen porcino, que tendrán un arancel del 15%, y el queso fresco y el requesón, sobre los que se aplicará una tasa del 25%. En la industria siderúrgica, México aumentará la carga arancelaria sobre las placas de acero, las chapas laminadas o las varillas. Pero los aranceles van más allá de estos ámbitos: México también gravará otros productos tan dispares como barcos sin motor fueraborda o ventiladores. Un golpe en toda regla para un número no menor de fabricantes estadounidenses.
¿Por qué son sectores clave para Trump?
El magnate republicano basó buena parte de su victoria electoral de noviembre de 2016 en el apoyo de los sectores más conservadores de la América rural. Ahora, México aprovecha para mermar su capacidad exportadora. Los casos del porcino y de la manzana son especialmente significativos. En el primero, porque buena parte de la carne de cerdo que importa México viene de Texas y Iowa, dos Estados clave en la victoria de Trump. En el segundo, porque cinco de los 10 principales productores de esta fruta —Michigan, Pensilvania, Carolina del Norte, Ohio e Idaho— también fueron clave en la elección del magnate republicano. Y porque el Estado de Washington, por mucho el mayor productor de manzanas de EE UU, es el lugar de origen de una importante figura del partido conservador: la congresista Cathy McMorris. A Washington, el Gobierno mexicano también le golpea con aranceles sobre otra de sus exportaciones más relevantes: la de embutidos.
En el caso particular del queso, la idea de México es presionar a los productores de Wisconsin y a Texas —otros dos Estados sobre los que Trump cimentó su victoria—, además de a California. «Y en el del whisky, a la zona que más pega es a Tennessee, también bastión republicano», agrega Luz María de la Mora, ex jefa de la Unidad de Negociaciones Internacionales de la Secretaría de Economía. «Ha habido un análisis puntual sobre a quien golpear: es una forma de señalar a la base política de Trump que la política de su presidente puede dañar su bolsillo».
El pasado jueves, poco después de que el Gobierno estadounidense hiciese públicos los aranceles sobre el acero y el aluminio, la organización que reúne a los agricultores estadounidenses en defensa del TLC, Farmers for Free Trade, dejó caer que la medida «abría las compuertas» para «miles de millones de dólares» en tarifas que recaerían sobre sus hombros. Dicho y hecho. Más allá de la afectación sectorial, cualquier arancel mexicano o canadiense —que también se han hecho públicos— es una mala noticia para la economía estadounidense en su conjunto: sus vecinos son el primer o el segundo mayor comprador de los 50 Estados de EE UU. Según los cálculos del Departamento de Agricultura, más de un millón de puestos de trabajo dependen directamente de las ventas al exterior.
¿Cuáles son, en líneas generales, los Estados de EE UU más golpeados?
Texas (de mayoría republicana), California (tradicionalmente demócrata, pero también origen de una de las más numerosas delegaciones republicanas en la Cámara de Representantes) y Alabama (republicano). En el primer caso, por la carne de cerdo y las papas; en el segundo, por la exportación de manzanas y quesos; y en el tercero, por la venta de jamones y paletas porcinas, productos que también se verán sujetos a aranceles. El listado de los cinco Estados que más sufrirán la réplica mexicana lo completan Illinois (que votó demócrata en las presidenciales de 2016) y Michigan (que se inclinó por la opción republicana).
¿Tendrán efecto sobre la inflación en México?
Sí, aunque su impacto no será muy fuerte sobre el índice general por tratarse de un grupo de productos relativamente pequeño. En un país comercialmente tan abierto cualquier encarecimiento de las compras en el exterior supone importar inflación. A este factor se le suma la depreciación del peso frente al dólar —la moneda mexicana cotiza en mínimos de 15 meses—, que también presionará al alza la inflación y pondrá en entredicho la trayectoria a la baja de los últimos meses.
Parte del impacto sobre la inflación se mitigará por la vía de la diversificación: la mejor manera de evitar la subida generalizada de precios es traer de otras naciones —Canadá, España y Países Bajos, entre otros— lo que hoy compras a EE UU. En el caso de la carne de cerdo es relativamente sencillo, con una exención temporal a los aranceles de terceros países, pero en otros productos es una tarea ardua y, sobre todo, de muy largo plazo. «Aun así, el impuesto compensatorio va a afectar al precio de elementos básicos en la canasta básica, que se va a encarecer», apunta Ignacio Martínez, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios de la UNAM.
¿A qué sectores de la economía mexicana les afectará más el aumento de precios?
Si la siderurgia —localizada, sobre todo, en Monclova (Coahuila) y Lázaro Cárdenas (Michoacán)— fue la industria más golpeada por los aranceles de la semana pasada, la construcción es la que se lleva parte de las contramedidas anunciadas este martes: la varilla de acero es un elemento clave en la construcción residencial y en la última semana su precio minorista ya ha subido un 15% en México en un movimiento de anticipación a los aranceles por parte de los proveedores, según los cálculos de Martínez. México se ha cuidado muy mucho de no tocar al sector automotor, la joya de la corona de la economía nacional con mayores costes de importación de sus insumos.