Óscar Guillermo Garretón: “El giro del PS hacia el Frente Amplio es muy favorable para la derecha porque el centro comienza a migrar hacia ella”
El histórico militante socialista realiza un exhaustivo análisis del estado actual de la izquierda. Señala que está cayendo en el obstruccionismo y que «debe hacer una revisión muy profunda de sí misma». Y subraya: «La gente valora los acuerdos y no el discurso radical».
“Pasar de ser protagonistas destacados de un gobierno mal evaluado a ser una oposición obstruccionista no es la identidad que yo valoraría”. Esa es una de las frases del empresario, ex subsecretario de Economía durante la UP y militante socialista, Óscar Guillermo Garretón para referirse al actuar de la oposición en estos meses fuera de La Moneda.
Precisamente fue él uno de los primeros críticos de la administración de Michelle Bachelet, cuando en 2014 le envió una carta a su partido haciendo referencia a que “su manada política” iba hacia el acantilado y que debía advertirles del peligro.
En su oficina destacan sus fotos donde aparece junto a Salvador Allende, Eduardo Frei y Ricardo Lagos. Y a un costado tiene una imagen con Michelle Bachelet, pero solo de su primer mandato. No hay ninguna imagen del gobierno pasado.
Y es ahí, rodeado de todas las imágenes que resumen su trayectoria política, donde en conversación con “El Líbero”, el empresario Óscar Guillermo Garretón, realiza un análisis y su proyección sobre la izquierda.
-Usted, en 2014, escribió una carta donde decía que “pertenezco a una manada política y la quiero, pero si creo que va hacia el acantilado, no siento obligación de correr con ella sino de advertirla del peligro”. ¿Se mantiene en esa misma línea?
-Creo que lamentablemente el anuncio fue verdad porque si uno hace un balance del final de esos cuatro años es súper concreto: ganó Piñera, el gran perdedor fue la alianza gobernante, que sacó un 22% de los votos en primera vuelta, y el nacimiento de otra izquierda que nació como crítica a la izquierda que existía. Creo que el balance de esos cuatro años es un balance muy triste para el mundo de izquierda. La manada caminó hacia el acantilado efectivamente.
-¿Quiénes o qué ideas se fueron por ese acantilado?
-Más que hacer la cuenta sobre ese tiempo, tengo la impresión de que la izquierda chilena debe hacer una revisión muy profunda de sí misma. Se aprende de las derrotas cuando uno las asume y dedica algún esfuerzo a preguntarse por qué perdió. Nosotros pudimos llegar a la Concertación o a la renovación socialista porque después del golpe, al cabo de un tiempo, dejamos de hablar solo de cuáles eran las culpas del gobierno de Estados Unidos o de la burguesía, y empezamos a preguntarnos en qué nos equivocamos nosotros. Fue cuando asumimos esa discusión que siempre es muy dolorosa, que al final logramos cambiar muchas cosas a como habíamos actuado. Hoy, como la derrota no fue de tan grandes magnitudes, es fácil llenar el día con recursos a la Contraloría, discusiones sobre si hay o no sequía legislativa, crear comisiones investigadoras, etc. Pero creo que si no se aborda la razón de la derrota, la posibilidad de que vuelva a ser derrotada son altísimas.
El balance de esos cuatro años es un balance muy triste para el mundo de izquierda. La manada caminó hacia el acantilado efectivamente”.
-¿Debería dejar la centro izquierda esas “excusas” que usted señala y avanzar hacia una autocrítica?
-Entiendo que son oposición, pero el pensar también te lleva a reflexionar cómo debes ser oposición. El giro del PS a una oposición dura muy cercana al Frente Amplio es muy favorable para la derecha porque el centro, donde hay una vacío político, comienza a migrar hacia la derecha como ha migrado parte de la Democracia Cristiana, parte de Ciudadanos, en fin. Mientras más a la izquierda se corra más probable que esa migración se siga produciendo. Y le viene bien al Frente Amplio. No creo que como perfil de identidad le venga tan bien al Partido Socialista, que durante 20 o más años, su trabajo fundamental fue la izquierda capaz de construir mayorías, y capaz de construir gobiernos exitosos. Pasar de ser protagonistas destacados de un gobierno mal evaluado a ser una oposición obstruccionista no es la identidad que yo valoraría. Más bien valoraría cómo vuelvo a ser un Partido Socialista que construye éxitos para la gente en vez del que construyó un proceso mal evaluado.
A la izquierda los éxitos le son sospechosos y todos los fracasos le son excusables. Entonces la Concertación, que fue exitosa, es sospechosa de que en algo se tuvo que haber vendido para hacerlo, y que Venezuela con su desastre, puede ser culpa del imperialismo”.
-¿El PS está descuidando el centro?
-La vida me enseñó que los cambios requieren mayorías y cuando tú construyes mayorías la única manera de hacerlo es construir gradualidad. Entonces mientras más son los que tienes que incorporar más capaz para ser flexible tienes que ser. Puedes ser implacable con tus pensamientos pero el costo de eso es que no vas a ser mayoría y por lo tanto no vas a cambiar nada. Esa es la disyuntiva que yo creo que se encuentra la izquierda. Hay una segunda, y es que el mundo cambió mucho y hay veces que a la izquierda los éxitos le son sospechosos y todos los fracasos le son excusables. Entonces la Concertación, que fue exitosa, es sospechosa de que en algo se tuvo que haber vendido para hacerlo, y que Venezuela con su desastre, puede ser culpa del imperialismo. En esa lógica es muy difícil poder construir de las experiencias positivas y negativas para ser exitoso de nuevo.
“Si la izquierda se corre más a la izquierda, no va a haber centroizquierda y lo más probable es que haya centroderecha”
-¿Cómo ha visto los cinco meses de gobierno? ¿Ve la posibilidad para que la Nueva Mayoría vuelva a La Moneda o se complica el escenario?
-La peor es volver a gobernar igual que antes porque el otro lo hizo mal también. Sería más deprimente una cosa así. Ni siquiera sé qué coaliciones o acuerdos habrá a futuro. ¿Va a seguir existiendo el Frente Amplio? ¿O las discusiones que hoy día tienen los va a llevar a alguna ruptura? ¿La Nueva Mayoría, que ya se disolvió, va a volver a juntarse o no? ¿El pueblo chileno que tuvo por decenios una opción por la centro izquierda va a mantener esa opción o se va a consolidar una mayoría de centroderecha que fue la que votó por Piñera? Tengo la impresión que todo eso está en duda. No creo que hoy día la gente sea más de derecha que antes, tengo la impresión que para una gran parte de la población el triunfo de Piñera fue más bien un alivio que una opción por la derecha. Dijeron “bueno, por lo menos éste no nos va a tener crispados, no nos va a tener inventando cosas todos los días, sacando leyes a mata caballo, volviendo para atrás con peleas”. Tengo la impresión que fue más bien un voto de alivio.
-En su carta al PS de hace 4 años, usted señalaba que en el gobierno de Bachelet iba a haber incertidumbre y desconfianza. ¿Cree que hoy, con el actual gobierno, esos factores se están dejando atrás?
-Si miras las encuestas Piñera tiene una aprobación ciudadana bastante alta y la oposición tiene una aprobación ciudadana bastante mala. Yo no me atrevería a decir si lo está haciendo bien o mal, pero se ve que la gente, hasta ahora, está más bien satisfecha que insatisfecha.
-Hace unos días, usted escribió una columna donde dice que la única idea nueva que se le conoce a la centroizquierda es el boicot al Presidente Piñera. ¿Cuál debería ser la identidad de la centroizquierda hoy día?
-Primero tendría que ser de centroizquierda, yo tengo la impresión que hoy día la identidad del mundo de izquierda no es de centroizquierda, sino que es más bien de radicalidad de izquierda.
-Ante esto, ¿cuál debería ser el rol del Partido Socialista?
-En un panorama latinoamericano donde la izquierda tiene pocas cosas buenas que mostrar hay dos experiencias buenas que uno puede rescatar que es el Frente Amplio de Uruguay y la Concertación en Chile. Trataría de averiguar por qué lo hicieron bien y por qué a la gente le gustó lo que hicieron. La tentación de la autoestima en sus propias ideas más radicales no hace mayoría en ningún actor político ni de izquierda ni derecha, ninguno. Una de las cosas que la derecha aprendió es lo que parte de la izquierda está olvidando: que tiene que abrirse hacia el centro. Por eso creo que captó una parte de la votación. Si la izquierda olvida esa elección y se corre más a la izquierda, obviamente no va a haber centroizquierda y lo más probable es que haya centroderecha.
No me extraña que en las encuestas aparezca entre los mal evaluados el senador Elizalde, quien representa esa línea dura. En cambio, el mejor evaluado de los socialistas es el senador Insulza”.
– Usted ha dicho que parte de la oposición optó por ser “cerril y rotunda y piensa cada día más en cómo obstruir”. ¿Siente que el PS va encaminado en esa línea obstruccionista?
-Ha estado en una oposición dura y aquellos dirigentes que han tenido una política distinta se han visto como excepción, como por ejemplo el caso de José Miguel Insulza. Estoy convencido de que la gente valora los acuerdos, la gente no valora el discurso radical. No me extraña que en las encuestas aparezca más bien entre los mal evaluados el senador Elizalde, quien representa esa línea dura. En cambio, el mejor evaluado de los socialistas es el senador Insulza, que ha dado muestras permanentes de no compartir esas posturas tan críticas.
-Pero finalmente Insulza termina siguiendo los pasos del PS porque opta por no asistir a las comisiones de trabajo en La Moneda.
-Tiene una posición crítica pero él quería estar en la comisión de gobierno, Insulza lo ha dicho además. Tengo mucha esperanza de que eso sea rediscutido en el PS, ¿sabes por qué? Porque no es natural en el PS, ha habido momentos de mucha radicalidad, pero no es lo natural. Es un partido mucho menos autoritario que otros del espectro chileno.
“Lo de Lula yo no la habría firmado”
– Hoy el Congreso se encuentra dirigido por socialistas, ¿cómo ha visto el liderazgos de ellos? ¿Qué le parece que firmaran la carta para respaldar la elección de Lula?
-Carlos Montes es un amigo mío de muchos años y creo que es de los buenos parlamentarios que hay en Chile, es muy merecida su presidencia en el Senado. Lo de Lula yo no la habría firmado.
-Carlos Montes, Maya Fernández y Álvaro Elizalde han sonado como los liderazgos fuertes de la oposición. ¿Cómo los ha visto? ¿Se podrían seguir proyectando para cuatro años más?
– En el caso de Carlos ha tenido un liderazgo durante mucho tiempo, no es ahora por ser el presidente del Senado. Tiene una trayectoria muy larga y muy potente. Creo que también José Miguel Insulza es una cosa parecida, pueden tener matices o visiones distintas en algunas cosas, pero eso no es tan malo. No sé cuáles van a ser los liderazgos. Por lo demás, de repente nos hemos llenado de una avalancha de candidatos presidenciales en el último tiempo. Vi por ahí que Paula Narváez estaba de candidata, Máximo Pacheco, Lagos Weber, Tarud, dicen que Heraldo Muñoz. En esto de los liderazgos, creo que lo que tenemos es un dato de que como no hay fuerzas constituidas, sino que más bien fuerzas en crisis, es momento para que todos vean si saltan como una alternativa. Sinónimo de que hay 20 candidatos presidenciales es que no hay ninguno claro.
-Usted manifiesta que el FA está en un camino de radicalidad, pero en el PS han dicho que les gustaría generar acuerdos desde la DC hasta el mismo FA. ¿Se le debe incorporar en una alianza o se le debería dejar fuera?
-Las diversidades constituyen mayoría cuando tienen una cosa coherente que las unen. Lo que está ocurriendo es que el PS se corre hacia el Frente Amplio y se molestan en el PPD, en la Democracia Cristiana y en el Partido Radical. Tú no puedes decir “quiero la unidad de toda la oposición” y hacer las cosas de una manera tal que una parte de lo que tú dices querer unir se sienta irritado. Eso quiere decir que no estás uniendo a nadie, por lo menos una parte no la estás uniendo.