El opositor venezolano que según el chavismo se suicidó «tenía agua en los pulmones»
El ministro del Interior ordenó cambiar el acta de defunción del concejal Fernando Albán
La explicación oficial sobre el «suicidio» del concejal Fernando Albán se resquebraja con el paso de las horas, pese al despliegue de la propaganda gubernamental. Tarek William Saab, fiscal general del Estado, compareció ante los medios para insistir en que el dirigente opositor «corrió hacia una ventana panorámica que se encontraba en el pasillo y se lanzó al vacío« desde el piso 10 de la sede del Servicios Bolivariano de Inteligencia (Sebin).
Saab añadió que «aquí nunca se ha dicho que se lanzó desde el baño», olvidando que solo 48 horas antes él mismo aseguró, en una conexión televisiva, que Albán «solicitó ir al baño y estando allí se lanzó al vacío desde un piso 10».
El fiscal indicó que la autopsia determinó como causa de la muerte «traumatismo cráneo facial severo, shock hipovolémico secundario, traumatismo toraco-abdominal y pélvico cerrado» sin maltratos previos a la caída. «Eso de que lo ahogaron, lo asfixiaron, de que cayó muerto es una mentira podrida», enfatizó para salir al paso de las denuncias. A la cabeza de quienes apuestan por el asesinato se sitúa precisamente su antecesora en el cargo, la fiscal rebelde Luisa Ortega, estrecha colaboradora de Hugo Chávez.
«Tengo información, de adentro, de que se les murió ahogado porque le estaban torturando con una bolsa. Lo ‘bolsearon’, como dicen en el argot policial y se les ahogó», aseguró rotunda la ex funcionaria. Tan contundente testimonio se suma al de compañeros de Albán, quienes sostienen que su amigo fue torturado desde el domingo por la noche hasta el lunes con el objetivo de que grabara un vídeo en contra de Julio Borges, su jefe político.
La sospechosa autopsia se ha situado en el centro de la polémica, entre otras cosas porque uno de los firmantes es un médico integral comunitario llamado Arnoldo Pérez, quien en sus redes sociales se muestra como ferviente revolucionario y crítico con los «fascistas» de la oposición.
Además, la autopsia habría sido adulterada por orden del general Néstor Reverol, ministro de Interior, según la denuncia efectuada al canal NTN24 por William Jiménez, ex coordinador de investigaciones nacionales de la morgue de Caracas. «Se observó que había agua en los pulmones, pero el contenido transcrito fue tergiversado para hacer ver otra cosa», aseguró el antiguo funcionario.
William Saab aprovechó su comparecencia para apuntalar la campaña de difamación iniciada por medios revolucionarios. «Se encontraron 2.084 vídeos en el celular de Albán, que pudieran explicar la conducta lamentable de atentar contra su vida», conjeturó el fiscal, sustentando la tesis de que el dirigente opositor «se habría inmolado por temor al desprestigio», como publicó ayer el diario ‘Vea’. Este medio revolucionario apuesta por que Albán tenía una «vida oculta» por la cantidad de vídeos pornográficos hallados. El Sebin, incluso, estaría buscando «prácticas de pedofilia».
Frente a la oposición, el Parlamento y buena parte de la comunidad internacional, que exigieron que la investigación sea «externa e independiente», se situó José Luis Rodríguez Zapatero, quien apostó por que se «respete el esquema institucional» y que sea la Fiscalía, cuyas conclusiones, adelantadas este miércoles, deben tener un sustento «objetivo, contrastable y razonable».