Steven Spielberg carga contra Netflix y reabre el debate sobre el ‘streaming’
El director quiere proponer cambios a la Academia de Cine que dificulten a la plataforma de vídeo optar a los premios Oscar como con 'Roma'
Si Netflix quiere terminar de cruzar las puertas de Hollywood le falta un último paso: convencer a Steven Spielberg. El director lleva un año dejando caer que no le gusta el modelo de negocio de la plataforma de streaming y la forma en que está rompiendo las reglas tradicionales de la producción y distribución de películas y, desde este año, la carrera por los premios Oscar. Esa desconfianza se ha convertido en un enfrentamiento abierto que ha agitado Hollywood en los últimos días y promete una larga batalla.
El pasado jueves, la web IndieWire publicaba que Spielberg, gobernador de la Academia de Cine por la rama de directores, piensa plantear en la próxima junta un cambio en las normas que dificultaría a Netflix competir por los Oscar. La polémica llega pocos días después de que Roma, la película de Alfonso Cuarón estrenada en Netflix, se llevara tres Oscar (director, fotografía y mejor película extranjera). Fue una sorpresa que no consiguiera el de mejor película.
“Steven tiene una opinión muy fuerte sobre las diferencias entre cine y streaming”, dijo a la publicación un portavoz de Amblin, la productora de Spielberg. “Le gustaría que otros se unieran a su campaña cuando surja. Veremos qué pasa”. Según esta información, Spielberg planea plantear el asunto en una junta de los gobernadores de la Academia en abril.
Netflix respondió a la polémica este domingo vía Twitter. La cuenta Netflix Film, sin mencionar directamente a Spielberg, escribió: “Amamos el cine. Estas son otras cosas que también nos gustan: acceso para gente que no se puede permitir el cine, o vive en pueblos sin cines; dejar que todo el mundo en todas partes disfrute de los estrenos a la vez; dar a los cineastas más formas de compartir su arte. Estas cosas no son mutuamente excluyentes”.
No está claro aún qué condiciones quiere proponer Spielberg, pero el director pone voz a una corriente que opina que Netflix no puede quedarse tan cerca de ganar el gran premio de Hollywood cuando no juega con las mismas reglas que los estudios tradicionales. Las diferencias son muchas: las películas de Netflix no se estrenan exclusivamente en salas 90 días antes que en vídeo; los mercados internacionales no están compartimentados; y Netflix no revela datos de audiencias o de taquilla. Las actuales reglas de la Academia exigen que una película haya sido proyectada en cines de Los Ángeles y Nueva York durante al menos una semana.
Spielberg, de 72 años, es una de las grandes leyendas vivas de Hollywood. Logró siete candidaturas al Oscar al mejor director y ha ganado dos. Ha estado nominado 10 veces a la mejor película. La Academia le concedió el premio honorífico Irving Thalberg a la edad de 40 años.
El legendario director lleva tiempo haciendo pública su desconfianza hacia Netflix. En marzo del año pasado, durante la promoción de su película Ready Player One, ya llamó la atención cuando dijo: “No creo que películas que se han clasificado de manera testimonial, en un par de cines menos de una semana, debieran calificar para los premios Oscar”. Spielberg se declaraba preocupado por que cada vez menos directores lucharían por conseguir dinero para su proyecto y se trabajarían el circuito de festivales para enseñar su película. Al final, opina, se tenderá a un mercado en el que las plataformas de vídeo serán las que financien las películas. Y en opinión de Spielberg, “una vez que te comprometes con un formato de televisión, eres una TV movie”. Spielberg opina que los productos de Netflix deberían competir en los Emmy.
En los últimos premios Oscar, Spielberg hizo campaña activa para promocionar Green Book frente a Roma, la película de Alfonso Cuarón producida por Participant Media que Netflix compró para distribuir en todo el mundo. La plataforma hizo una campaña de exhibición en cines para poder optar a los Oscar. La película llegó a proyectarse en alrededor de un centenar de cines en Estados Unidos, algo inaudito para un film en español y en blanco y negro que aún no había ganado nada. Netflix utilizó su vasto presupuesto para montar una campaña de publicidad asfixiante que inundó Los Ángeles y que The New York Times calculó en 25 millones de dólares (unos 22 millones de euros). La promoción de Green Book fueron 5 millones.
Cinco días después, Spielberg aún no tiene voces importantes de su parte. Pero ya hay artistas que están defendiendo a Netflix en las redes. La directora Ana DuVernay, que fue nominada al Oscar por el documental 13th, producido por Netflix, escribió un tuit dirigido a la Academia en el que pedía que, si era cierto que se iba a discutir tal propuesta de Spielberg, en la reunión de gobernadores se leyeran cartas de directores como ella que piensan «diferente”. El actor Bruce Campbell tuiteó: “Lo siento, Sr. Spielberg, Roma no es una TV movie. Es tan impresionante como cualquier otra. Las plataformas se han vuelto irrelevantes. Haga una película con Netflix”.
El mes pasado, Netflix fue admitido como miembro de la Motion Pictures Association of America (MPAA), el lobby de las grandes productoras de Hollywood. El anuncio fue significativo en plenas vísperas de los Oscar. La próxima apuesta de Netflix para competir por el prestigio de los grandes premios es por ahora The Irishman, una película dirigida por Martin Scorsese.