Exclusiva con Juan Guaidó: Espías cubanos golpeados por sanciones de Trump
El presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, dice que los esfuerzos del gobierno de Donald Trump para cortar el suministro de crudo venezolano a Cuba están funcionando, traduciéndose en un debilitamiento de la red de espías que La Habana tiene en su país.
Guaidó, quien brindó las declaraciones en una entrevista con el Nuevo Herald el miércoles, habló además sobre los próximos pasos a ser dados en la lucha por liberar a Venezuela de la dictadura de Nicolás Maduro, señalando que él y sus partidarios continuarán ejerciendo presión desde las calles.
También continuarán trabajando con países amigos para aumentar la presión diplomática y los efectos sobre el régimen que están generando las sanciones internacionales, en particular las de Estados Unidos, que Guaidó dijo están impactando la capacidad de La Habana de seguir espiando en Venezuela.
“La red de inteligencia ha mermado en cierto modo al cortar el suministro de petróleo a Cuba [con las sanciones]. El respaldo de nuestros aliados deja sin financiamiento esas redes”, dijo Guaidó.
“A través de estas acciones esa red es más débil que hace un año”, enfatizó el presidente interino.
La entrevista fue realizada en una oficina sin muebles, en el este de Caracas, en un lugar que sus asesores pidieron no divulgar. Reconocido como presidente interino por cerca de 60 países, Guaidó brindó sus declaraciones en medio de las frecuentes interrupciones de actores internacionales importantes, incluyendo al vicepresidente estadounidense Mike Pence, que llamaban por teléfono.
El efecto de las sanciones puede verse, por ejemplo, en la red de monitoreo social que La Habana mantiene a través del programa Barrio Adentro, donde las instalaciones de atención médica operadas por personal cubano recaudaban datos sobre los individuos de la comunidad donde operaban, explicó.
“Tenían una red de inteligencia [allí] también”, pero la presencia de personal cubano hoy es muy escasa producto de la caída de los ingresos. “Sigue siendo un factor de miedo, pero es más débil”, dijo.
La administración Trump, bajo pedido de Guaidó, ha emprendido una serie de sanciones contra compañías navieras involucradas en el transporte de crudo venezolano a Cuba, acusando al régimen de Maduro de utilizar el dinero que debiera ser utilizado para importar comida y medicinas, urgentemente necesitadas, para pagar los servicios de espionaje que le suministra La Habana.
Trump, quien le ha dado un fuerte espaldarazo a los esfuerzos de Guaidó por poner fin al régimen de Maduro, fue el primer lider internacional en respaldar la presidencia interina de Guaidó.
Pese a las sanciones estadounidenses, Maduro continúa enviando petróleo a Cuba —incluso cuando Venezuela hoy también padece de una aguda escasez de gasolina y otros combustibles— en un volumen que ronda por los 35,000 barriles diarios.
Maduro le abrió la puerta a varios actores internacionales que ejercen influencia en Venezuela. En el país opera no solo Rusia y China, sino que también agrupaciones no convencionales como la guerrilla colombiana —incluyendo el Ejército de Liberación Nacional (ELN)— y el extremismo islámico.
Pero ninguno de ellos ha acumulado el poder que hoy ejerce Cuba, dijo.
“Yo no veo a otros países con esa intensidad. Veo a Cuba. Tiene presencia en toma de decisiones, es el anillo cercano de seguridad. Maduro confía tan poco en las fuerzas armadas que su anillo de seguridad más cercano es cubano”, señaló.
Pese a la caída de ingresos, Cuba sigue dirigiendo “la inteligencia y la contra inteligencia para aterrorizar y atemorizar. Parte de las torturas a militares venezolanos están siendo perpetradas por funcionarios cubanos. Eso molesta mucho en las fuerzas armadas. Es muy grave la interferencia, la intervención de Cuba en Venezuela”, explicó.
No obstante, Maduro ha estado perdiendo la lealtad dentro del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), organización que hace un mes vio a su entonces director, Manuel Ricardo Cristopher Figuera, pronunciarse en contra del gobernante de facto.
El ex jefe de inteligencia tuvo que pasar a la clandestinidad, desde donde luego acusó al régimen de haber asesinado a su asistente, un mayor, quien apareció muerto en un hotel cerca de Caracas.
“Imagínate que el jefe de inteligencia de [cualquier] país acuse al presidente de haber asesinado a su asistente por una retaliación política. Imagínate lo grave que es esto”, dijo, al agregar que Cristopher fue sustituido este mes por el general Gustavo González, que antes había sido destituido por no confiar en el gobierno.
“Entonces, ¿qué tan grave está [el SEBIN]?… Muuuyyy grave”, manifestó.
Guaidó dijo tener esperanzas de que las fuerzas armadas eventualmente actuarán ante la pesadilla por la que atraviesan los venezolanos.
Muchos de ellos están al tanto de la crisis, saben que hay descontento en el interior de los cuarteles y conocen bien del maltrato al que han sido sometidos muchos de sus compañeros de armas.
De colocarse al lado de la Constitución, “van a tener un rol en la reconstrucción de Venezuela. Ellos van a conservar sus rangos y sus cargos, bajo la Ley de Amnistía”, aprobada este año por la Asamblea Nacional para incentivar al sector militar a restaurar la democracia venezolana.
El país les necesita y tendrán un rol central en ejercer soberanía, dijo Guaidó.
“El ELN está en la frontera venezolana y ya hay once estados donde tienen presencia los paramilitares y guerrilleros. Para la estabilidad del país es central la fuerza armada”.