Iglesias reduce a «un 20%» las opciones de que pueda votar ‘sí’ a la investidura de Sánchez
Si el presidente sigue sin llamar, Podemos votará para que no deje de estar en funciones y, así, tener dos meses para lograr que ceda a la "coalición".
«Todo depende de lo que voten nuestras bases… y de las posiciones que tomen los otros grupos». Son palabras de Irene Montero, número dos de Podemos, en la mañana de este martes a la salida de la Junta de portavoces del Congreso de los Diputados. Aparte de quejarse de que la Cámara Baja lleva «casi tres meses parada» sin la posibilidad de trabajar y de controlar al Gobierno en funciones, Montero trataba de zafarse de las preguntas que, insistentemente, le lanzaban los periodistas. «¿Pero Unidas Podemos votará no o se abstendrá?».
La portavoz parlamentaria se perdía en circunloquios para no fijar posición «antes de tiempo». Primero, por respetar la consulta interna a sus bases -aún en curso-. Segundo, porque aunque no lo digan en alto, escuece la acusación de que puedan emitir el mismo voto que Vox en la sesión de investidura de Pedro Sánchez.
Y es que de momento, y tal como están las cosas, la posición del grupo confederal es la que le sirva para que Pedro Sánchez no sea investido presidente ni en la primera votación del martes -en la que necesita una imposible mayoría absoluta- ni en la segunda del jueves -en la que le bastarían más síes que noes-. Y decimos «de momento» porque aún queda alguna vaga esperanza.
Según ha podido saber este periódico, el secretario general de Podemos reduce a «un 20%» las opciones de que Sánchez deje de estar en funciones a partir de la próxima semana. Así lo comentó Iglesias en una conversación con periodistas aunque, a tenor de los acontecimientos, todavía parece un cálculo muy alto.
«Más cesiones»
Fuentes de la dirección del partido lamentaban este martes que «queda menos de una semana, y no hemos recibido una llamada de Pedro Sánchez«. Y es que la «mano tendida» de Iglesias sigue en el mismo lugar que ha estado desde el día después del 28-A. Es más, este martes incluso deslizó durante su entrevista con la Sexta que estaba dispuesto «a ceder en muchas cosas» si el PSOE aceptaba de una vez sentarse a negociar «un Gobierno de coalición sin vetos ni líneas rojas».
Qué quiere decir ese «muchas cosas» es el detalle que no dio. Pero la digresión seguía a las insistentes preguntas sobre su disposición a aceptar quedarse personalmente fuera del Ejecutivo en el caso de que Sánchez aceptara cualquier otro ministro de su formación. Salvando las distancias, la sugerencia de Iglesias se asemeja a la que la semana pasada pronunció Santiago Abascal desde Murcia: «Si nos reunimos los tres, desatascamos la situación», dijo el presidente de Vox para pedir «respeto» a Albert Rivera.
Pero esa concesión era un toque de atención a Sánchez, un «a ver si llamas» para acelerar esto, que queda menos de una semana. Iglesias insiste en que los «temas de Estado no serán problema» y de hecho fija en «que se cumplan los artículos de los derechos sociales que recoge la Constitución» su objetivo negociador para que haya un Gobierno progresista. «Y de coalición», por supuesto.