Erdogan amenaza a Europa: «Abriremos las puertas y os enviaremos 3,6 millones de inmigrantes»

El presidente turco ha vuelto a usar el drama de los refugiados sirios como arma arrojadiza. Un día después de lanzar su operación Manantial de paz, y mientras el norte de Siria experimenta un nuevo éxodo de miles de desplazados, Recep Tayyip Erdogan ha respondido a todos aquellos países que han criticado su intervención militar. En particular contra la Unión Europea, que pocas horas después del inicio de la ofensiva llamó a Turquía a «cesar la acción militar unilateral».

Tildando de «deshonestos» los comunicados de Arabia Saudí, Egipto y la UE que expresaban preocupación por los acontecimientos en la frontera turcosiria, Erdogan, durante una conferencia con los diputados de su bancada, ha dicho a Bruselas: «Hey, UE, despertad. Lo digo otra vez: si intentáis presentar nuestra operación como una invasión, nuestra tarea es simple: abriremos las puertas y os enviaremos 3,6 millones de inmigrantes».

Este tipo de amenazas han sido constantes desde la entrada en vigor del acuerdo UE – Turquía, mediante el que Ankara se comprometió a readmitir a todo inmigrante rechazado en Grecia a cambio de concesiones que no se han acabado de cumplir por razones políticas. Erdogan, que en 2011 abrió sus brazos a 3,6 millones de víctimas de la guerra siria, y les ha brindado uno de los mejores modelos de acogida vistos, ha girado 180 grados en esta política al concluir que le ha perjudicado en las urnas.

Tras un verano desarrollando un controvertido método de deportaciones forzosas de refugiados sirios a las regiones bajo control turco en el noroeste de Siria, Erdogan ha vendido su intervención militar como una forma de ampliar el espacio donde reasentar a hasta tres millones de refugiados. La segunda razón esgrimida es la presencia de las milicias kurdas, estrechamente ligadas a la guerrilla kurdoturca PKK, en guerra con Ankara. Aparte, estas milicias han sido punta de lanza en la guerra al Estado Islámico.

Paradójicamente, por el momento, organizaciones sobre el terreno indican que más de cien mil personas se han desplazado en la zona atacada, principalmente vecinos de las poblaciones fronterizas de Ras al Ayn y Tel Abiad, en cuyas inmediaciones, según fuentes turcas, el ejército ha iniciado una tímida penetración territorial. Según la Media Luna Roja Siria, cinco civiles han muerto y al menos 25, entre ellos niños, resultaron heridos en la primera jornada de ataques, el miércoles.

Por su parte, Erdogan ha afirmado ante los parlamentarios que «desde el inicio de la operación, 109 terroristas han sido neutralizados». El dirigente también ha subrayado que, en su propio país, «hemos tomado las precauciones necesarias para evitar campañas de difamación». Según medios locales, 78 personas, entre ellas un periodista, han sido arrestadas por sus publicaciones en las redes sociales en relación a la ofensiva turcoárabe.

Entretanto, los bombardeos aéreos y de artillería terrestre, así como las escaramuzas entre milicianos se suceden en un amplio frente que abarca los más de 400 Km de franja en manos de los autonomistas kurdos. Apoyando al ejército turco está el llamado Ejército Nacional Sirio, una fuerza paramilitar organizada por Turquía para la ocasión, y que cuenta, entre sus combatientes, con elementos antiguamente vinculados a fuerzas de corte extremista y próximas a Al Qaeda.

Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), nombre de la coalición integrada por las milicias kurdas que defiende el norte sirio, ha denunciado la muerte de tres civiles en el ataque turco de un convoy de desplazados procedente de Tel Abyad. El Ministerio de Defensa turco ha acusado a las fuerzas kurdas de herir a civiles en suelo turco, disparando proyectiles contra zonas residenciales al otro lado de la frontera. Además, en las últimas horas, células durmientes ligadas al Estado Islámico han intensificado sus ataques en la retaguardia kurda.

Precisamente, una de las preocupaciones expresadas por Occidente en relación al desarrollo de la ofensiva es el destino de las decenas de miles de prisioneros del Estado Islámico, que hasta el momento languidecían en centros de detención kurdosirios y que, debido a la derivación de combatientes al frente, amenazan con escaparse. Durante su discurso, Erdogan ha planteado su estrategia carcelaria. «Turquía mantendrá encarcelados a los combatientes de Daesh que deban ser encarcelados, mientras que enviará a otros a sus países de origen, si son aceptados», ha precisado.