Iglesias se impone a Sánchez y logra un Gobierno de coalición inquietante para España
El líder del PSOE ha levantado el veto al secretario general de Podemos y ambos partidos han acordado formar un Gobierno de coalición que tendría al propio Iglesias como vicepresidente
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han suscrito esta mañana un acuerdo para conformar un Gobierno de coalición progresista tan solo 48 horas después de las elecciones del pasado domingo. Un entendimiento exprés, fruto de un rápido contacto secreto en el día de ayer, que pone de manifiesto que no haber alcanzado un acuerdo antes fue un ejercicio de tacticismo por ambas partes pensando en que la repetición electoral les beneficiase.
Ambas formaciones salieron golpeadas de la nueva cita electoral, sumando en conjunto diez escaños menos que en el mes de abril. Pero la mayor responsabilidad es de Sánchez, como fuerza más votada y presidente en funciones, además de que su pretensión de lograr más apoyo para poder gobernar en solitario han obligado al líder del PSOE a tener que ser él quien cambiara de opinión.
De forma completamente imprevista ambos líderes han comparecido en el Congreso de los Diputados, en una declaración sin preguntas, en la que se ha suscrito un acuerdo que consuma la cesión de Sánchez al aceptar una coalición con Unidas Podemos. Aunque tanto Sánchez como Iglesias han insistido en que la estructura del Ejecutivo se conocerá después de la investidura, si es que ésta sale adelante, el pacto hará vicepresidente del Gobierno a Pablo Iglesias.
Según explicaron fuentes de Podemos, Iglesias exige a Sánchez una negociación «integral» y «sin líneas rojas». En Unidas Podemos subrayan que no asumirán un veto como cuando en verano su secretario general tuvo que dar un paso atrás por ser considerado un «escollo». Sin embargo, según explican desde ambos partidos, ese rechazo no existe hoy.
«Dejar atrás los reproches»
El presidente del Gobierno en funciones y el secretario general de Podemos han hecho referencia a la necesidad de «dejar atrás cualquier reproche» para poder desarrollar una alianza que Sánchez ha vendido con vocación de largo plazo: «Si puedo adelantarles que es un acuerdo para cuatro años», ha dicho el líder del PSOE. Aunque este extremo no depende de ellos ya que su alianza parlamentaria sumaría 155 votos. Necesitan 21 escaños más para alcanzar la mayoría absoluta. Algunos, como los tres que representan Íñigo Errejón y Compromís, están garantizados. Pero las diferentes vías para alcanzar los 176 diputados se explorarán en los próximas días.
«Este nuevo Gobierno será rotundamente progresista», ha dicho Pedro Sánchez, que ha querido agradecer a Iglesias «por la generosidad y la responsabilidad». «Es un proyecto ilusionante que supera cualquier desencuentro», ha dicho el presidente en funciones, que tenía sin embargo planes muy distintos para este escenario postelectoral.
Por su parte, Iglesias ha celebrado poder «conformar un Gobierno de coalición progresista que combine la experiencia del PSOE con la valentía de Unidas Podemos». Dentro de las cortesías Iglesias no ha podido evitar lanzar ese mensaje que refuerza su idea de que solo con ellos dentro del Ejecutivo el PSOE hará políticas de izquierdas. El secretario general de Podemos ha agradecido al líder socialista «su generosidad y su disposición» para avanzar en el acuerdo. «Es tiempo de dejar atrás los reproches. Podrá contar con toda nuestra lealtad», ha subrayado el líder morado, después de una campaña muy incisiva contra los socialistas y su gestión en el Ejecutivo.
La misma noche electoral, Iglesias propuso un Ejecutivo multicolor donde «cada fuerza tenga exclusivamente la representación proporcional a los votos obtenidos». Ambos secretarios generales han explicado tras su sanedrín con los equipos que durante los próximos días buscarán «el apoyo de otros grupos» para garantizar la investidura y la legislatura. «Lo que en abril era una oportunidad histórica es ahora una necesidad histórica», ha expresado Iglesias antes de firmar el documento con Sánchez.