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El Rey gustoso con la interpretación castrista de la historia

Los gobernantes cubanos le dirán a Felipe VI que los malos no eran los españoles, sino los yanquis

LA HABANA, Cuba.- La historia escrita en Cuba con posterioridad a 1959 insiste en que los mambises le tenían ganada la guerra a los colonialistas españoles a comienzos de 1898, y que todo no era más que una cuestión de tiempo para lograr la independencia de la isla. En ese sentido la intervención de Estados Unidos en la contienda es vista como una intromisión imperialista para apoderarse de Cuba.

Por el contrario, muchos especialistas consideran que la guerra se hallaba en una especie de empate técnico, pues los cubanos dominaban los campos, pero los peninsulares contaban con el control de las ciudades. Por tanto, fue decisiva la participación de los estadounidenses para que la balanza se inclinara definitivamente hacia el lado de los independentistas.

Es en el contexto de la participación del ejército norteamericano en nuestra guerra de liberación en el que se inscribe la batalla naval de Santiago de Cuba, hecho acaecido el 3 de julio de 1898. Ese día la escuadra española comandada por el contralmirante Pascual Cervera fue literalmente destrozada por las fuerzas navales estadounidenses, las cuales habían establecido un sitio alrededor de la bahía santiaguera. El saldo de la batalla fue más que elocuente: los norteamericanos tuvieron un muerto y un herido, mientras que los españoles sufrieron 370 muertos, 160 heridos, y más de mil de sus marinos fueron hechos prisioneros.

Semejante desenlace, y la posterior ocupación de Santiago de Cuba por las huestes independentistas, convencieron a los españoles de que ya Cuba estaba perdida para ellos, y en consecuencia acercaron el momento de la capitulación final de Madrid.

El pasado año 2018, en ocasión del 120 aniversario de la batalla naval de Santiago de Cuba, el periódico Granma publicó el artículo El sacrificio de la escuadra española en Santiago de Cuba (edición del 11 de julio de ese año). En dicho texto abundan las loas al contralmirante Cervera, y ni una sola palabra de agradecimiento a los marinos norteamericanos por haber contribuido a la derrota de los colonialistas españoles. El artículo concluye argumentando que: “Los máximos dirigentes de la Revolución Cubana han expresado, en diversas ocasiones, su respeto y consideración hacia la actitud de Cervera y los marinos de su escuadra”.

Pero hay más. Porque veinte años antes, en 1998, helicópteros de las fuerzas armadas cubanas habían lanzado flores al agua en las proximidades del Morro de Santiago de Cuba en homenaje a los buques de la escuadra de Cervera.

Entonces, si finalmente el monarca Felipe VI participa en una actividad de homenaje a Pascual Cervera durante la visita que por estos días realiza a Cuba  ̶ distintas fuentes han adelantado que esa sería una de las actividades del Rey en la isla ̶  se topará con la agradable sorpresa de que ya los gobernantes cubanos se le habían anticipado en tales homenajes.

Incluso, no se descarta que el señor Eusebio Leal o cualquier funcionario castrista le pida disculpas al Rey por la lucha que los cubanos del siglo XIX sostuvieron contra los españoles. Ya los investigadores del oficialista Instituto de Historia de Cuba han determinado que el verdadero enemigo era el imperialismo yanqui.

 

 

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