Comunicado No. 3.
El Consejo Superior de la Democracia Cristiana, ante la grave situación que vive el país, en la que se pretende ocultar con espejismos fantasiosos -a los que sólo tienen acceso una mínima parte de la población- el drama de la mayoría de los venezolanos, para sobrevivir con salarios de hambre y servicios públicos colapsados.
Insistimos en la no validez de las elecciones de mayo de 2018, en las que se sustenta Nicolás Maduro para estar al frente de los destinos nacionales, llevándonos a un despeñadero por el que vamos cayendo todos indeteniblemente.
Consideramos que el único camino, para recuperar la concordia entre hermanos y restablecer la confianza y credibilidad de nuestras autoridades ante la comunidad democrática y financiera internacional, es la celebración de unas elecciones presidenciales limpias, dentro de un clima de respeto a los diferentes grupos políticos, sin inhabilitaciones y procedimientos ilegales de confiscaciones y secuestros a dirigentes y partidos, y de pleno ejercicio de las libertades públicas.
Para ello estimamos fundamental la pronta designación de un Consejo Nacional Electoral por la Asamblea Nacional, única vía para que sea reconocido como el ente imparcial que garantice los cambios y ajustes necesarios para un proceso electoral confiable.
Así mismo, aun cuando creemos que está pendiente una revisión exhaustiva del censo de la población y del sistema de identificación nacional, pensamos que las siguientes medidas ofrecerían tranquilidad a los venezolanos y a la comunidad internacional para avalar los resultados de una elección, y así las proponemos:
1. El sistema de votación debe ser manual, y los resultados trasmitidos electrónicamente a los centros de totalización y presentados en tiempo real;
2. Los integrantes del Plan República deben estar sujetos a la autoridad civil de los miembros de las mesas de votación y no al contrario;
3. Los cuadernos de votación deben traer impresas las fotografías de los votantes:
4. Los centros de votación creados con sólo una o dos mesas deben ser revisados y reformulados;
5. Debe realizarse un rápido registro de los venezolanos en el exterior, permitiéndoseles el cambio de lugar de votación, estén o no legalmente en el país en que se encuentren;
6. Debe realizarse una auditoría del Registro Electoral Permanente;
7. Es indispensable la presencia de la observación electoral internacional, desde el momento de la convocatoria hasta el final del proceso.
Estamos seguros que tales medidas pueden ser implementadas en un período breve, de tal manera que tengamos elecciones presidenciales este mismo año.
Sabemos que es el anhelo de la inmensa mayoría del pueblo venezolano resolver esta crisis de una manera pacífica y constructiva y estamos seguros que de realizarse una consulta nacional al soberano, como lo ha propuesto la Conferencia Episcopal, reflejaría el amplio sentimiento mayoritario de los venezolanos de que se realicen lo más pronto posible unas elecciones presidenciales que abran el camino para el progreso y bienestar de nuestro país.
POR EL CONSEJO SUPERIOR DE LA DEMOCRACIA CRISTIANA DE VENEZUELA