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Diario de la cuarentena (12): Duérmase, vecino

Insomne como una lechuza, el hombre vigila la oscuridad, escarba la negrura con su mirada de halcón. ¿En qué pensará?

Duelen las manos de tanto lavarlas y la piel tirante recuerda que la muerte anda suelta. También duelen los oídos, de tantas necedades que escuchamos a diario: mascarillas que parecen mascaradas, test pirateados que no diagnosticarán a nadie, energúmenos que apedrean abuelos. Con razón mi vecino no duerme. Ayer fue la quinta noche consecutiva con la luz encendida.

Insomne como una lechuza, mi vecino lleva siempre el mismo tipo de ropa: una camiseta blanca y unos bermudas, el estilismo del confinamiento, el uniforme del encierro. Entre las dos y las tres de la mañana, el hombre se asoma a la ventana con las manos posadas como garras en el alféizar. Vigila la oscuridad, escarba la negrura con su mirada de halcón. ¿En qué pensará?

A veces apaga la luz, pero vuelve a encenderla a los diez minutos. Da vueltas sobre su propio eje, como un planeta a punto de explotar. Somos compañeros en la vigilia, él en su ventana iluminada, yo en mi cama oscura a la que se trepan los miedos como cucarachas. En nuestra noche nada alumbra y hasta las nubes nos amenazan.

Somos compañeros en la vigilia, él en su ventana iluminada, yo en mi cama oscura a la que se trepan los miedos como cucarachas

La desesperación es democrática en la casa de mis vecinos. Él y su mujer mantienen la distancia de seguridad, incluso para desesperarse. Primero se asoma él, y al rato ella, pero su esposa no tiene tanto aguante como su marido, que se planta como una estaca en el balcón. A veces he pensado que tiene ganas de tirarse, porque saca la mitad del cuerpo como si la ley de gravedad no existiera.

Nos imanta la noche, que nunca es generosa con los que temen. Es el tiempo de los espantos, la hora de los espectros, el momento de pensar cuándo los vivos se convertirán en muertos, cómo pagar la cuota, con qué hacer frente al alquiler, cuándo y cómo reabrir el negocio desde hace doce días cerrado. Tienen motivos los insomnes. Me pregunto cuál de todos esos motivos serán los que empujan a ese hombre a pasar la noche en vela.

 

 

 

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