Chile da un carnet de alta a quien supere la infección
La medida suscita polémica por las dudas sobre la inmunidad
Chile ha decidido entregar un carnet de alta para los recuperados de la covid-19, que alcanzan hasta ahora las 4.676 personas en todo el país, un 44,5% de los contagiados confirmados (un total de 10.507). Con 139 muertes y a pocas semanas de llegar al pico de la pandemia —previsto para finales de abril o comienzos de mayo—, la medida se comenzará a aplicar esta semana y ha generado polémica en el país sudamericano, justamente por las dudas que existen sobre el tiempo que un paciente que superó el coronavirus es inmune a la enfermedad.
El ministro de Salud del Ejecutivo de Sebastián Piñera, Jaime Mañalich, explicó que el Gobierno pretende que “este carnet de alta de coronavirus sea, simplemente, un testimonio de que la persona cumplió con el período de cuarentena y de aislamiento y que lo más probable, desde el punto de vista epidemiológico, es que no represente un riesgo”.
La autoridad sanitaria ha indicado que “la evidencia indirecta” que tienen es que “la inmunidad dura al menos tres meses”. “Pero ¿dura un año, dos años, para siempre? No lo sabemos”, señaló Mañalich el domingo en televisión. “La idea del carnet de inmunidad, como lo llaman en otros países, por supuesto no es nuestra. Viene de España, Italia, Francia y de Alemania”, según dijo el ministro. En España, comunidades como Cataluña y Castilla y León barajan esta medida, que rechazan los expertos en salud pública y el propio Ministerio de Sanidad. “Si el riesgo [de que un recuperado vuelva a contagiar] llegara a ser inferior a un 5% —que estoy seguro que es—, es suficiente para nosotros. Porque el riesgo de que esa persona contagie y produzca un nuevo brote epidémico es prácticamente cero”, añadió el ministro chileno.
La subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, indicó ayer que el Ministerio de Salud trabaja en los detalles del software para implementar el carnet covid-19 “en los próximos días” y que en una primera etapa estará enfocado a quienes se les haya confirmado la enfermedad y hayan cumplido con los 14 días de cuarentena. “De esta forma, tendrán un certificado que acredite que son personas recuperadas”.
En Chile, a diferencia de otros países de la región, no se ha optado por confinamientos totales ni en regiones ni a nivel nacional, pese a la presión de autoridades locales. El Gobierno ha comenzado en las últimas horas a tomar ciertas decisiones con miras a activar el país, en lo que el propio presidente Piñera ha definido como “una nueva normalidad”.
Controversia
Considerando que la población deberá aprender a vivir con el coronavirus a la espera de una vacuna, según han explicado las autoridades, el Ejecutivo decidió, por ejemplo, que los funcionarios “se reincorporen progresivamente a sus lugares de trabajo” entre abril y mayo, de forma gradual y excluyendo a los trabajadores vulnerables (mayores de 70 años, enfermos crónicos o embarazadas). La Administración, a su vez, publicó instrucciones para la reapertura del comercio de servicios no esenciales, lo que posibilitaría que los centros comerciales reabrieran sus puertas.
Las nuevas directrices del Gobierno de Piñera han causado polémica en el país sudamericano, porque se les considera apresuradas, dado que ni siquiera la pandemia ha llegado a su pico. Los empleados fiscales hablaron incluso de “una medida criminal” por hacerlos volver al trabajo presencial. Pero el presidente defendió y explicó sus decisiones el domingo en televisión. El mandatario conservador indicó que el número de nuevos recuperados se acerca en Chile al de los nuevos contagiados, “por lo que el número total de enfermos activos está tendiendo a estabilizarse”. La subsecretaria Daza indicó ayer, además, que la tasa de contagio ha disminuido de 2,6 al 1,3 actual.
En su discurso a los ciudadanos, Piñera indicó que no se trata de que “la pandemia esté cerca de terminar”: “Definitivamente no. Nuestro país y nuestras vidas no volverán a la antigua normalidad por mucho tiempo (…) Pero no existe ninguna contradicción entre proteger la salud y proteger los trabajos y los ingresos. Son dos caras de la misma medalla”, dijo el presidente de Chile, donde algunos expertos calculan que el paro podría llegar al 15%
A la cabeza de Latinoamérica en test
El primer caso de coronavirus en Chile se conoció el 3 de marzo, por lo que el país entra en la octava semana de la pandemia. Más allá de la instauración del estado de catástrofe, el toque de queda, la suspensión de clases, el cierre del comercio y las restricciones de movilización, la estrategia se ha centrado principalmente en dos aspectos: la realización de un alto número de pruebas —118.827, a la cabeza de Latinoamérica—y cuarentenas “selectivas y dinámicas” solo en algunos municipios del país, establecidos según la cantidad de contagios. La tasa de mortalidad permanece estable en torno al 1,3% y el número de nuevos contagiados al día no se dispara (419 casos, según el último informe).