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Las maniobras de Berlusconi

El magnate se desmarca de Salvini y dará apoyo a Conte para usar el MEDE

A sus 83 años, a Silvio Berlusconi le han dado por muerto y enterrado infinitas veces. Con los Matteo Salvini (Liga) y Giorgia Meloni (Hermanos de Italia) pugnando por hacerse el control de la derecha en Italia, el cuatro veces primer ministro ha perdido su fuerza de antaño en los sondeos, su partido Forza Italia apenas goza de un 7% de intención de voto y hasta se está a punto de mudar de su histórica residencia en Roma, el Palazzo Grazioli, para disfrutar de una villa más tranquila en las afueras cuando venga a la capital italiana. De él se ha escrito que durante el confinamiento se ha dedicado a hacer de abuelo de sus nietos y a pasar tiempo con su nueva pareja, Marta Antonia Fascina, una diputada de solo treinta años.

Pero los políticos italianos ya han aprendido la lección y saben bien que un animal político de su talla no se jubila. Y mientras el primer ministro, Giuseppe Conte, está inmerso en la cumbre de Bruselas para intentar arrancar una respuesta favorable para Italia, en su país no dejan de aumentar los rumores de cómo Berlusconi podría aprovechar una muy posible crisis de Gobierno después del verano para recuperar la centralidad.

Centralidad

El ex primer ministro quiere diferenciarse de la ultraderecha y ganar centralidad en momentos difíciles

En el centro de las polémicas se encuentra el mecanismo europeo de estabilidad (MEDE), que es fuente de disputa entre los socios de la coalición que gobierna Italia. Mientras el Partido Demócrata (PD) e Italia Viva de Matteo Renzi quieren recurrir a estos fondos europeos, el Movimiento 5 Estrellas (M5E), que se instaló en el poder clamando contra la austeridad, no quiere ni oír hablar de ellos.

Este asunto divide la coalición y podría ser el objeto de la ruptura cuando se vote, probablemente en septiembre, pero también el bloque de derechas en la oposición. Salvini y Meloni comparten la posición de los grillini, en cambio Berlusconi se está esforzando en demostrar su cara más europeísta y moderada y ha dicho en varias ocasiones que votará a favor del MEDE “porque es lo mejor para Italia”.

Ninguna de las declaraciones de Berlusconi es gratuita. Hasta el exprimer ministro Romano Prodi, un rival histórico, ha dicho que no debería ser un tabú hablar de la entrada de Berlusconi en el Gobierno. Aunque parece improbable que busque un ticket para el Ejecutivo si al final los grillini rompen a causa del MEDE –le llevaría muchos problemas en los gobiernos regionales con los otros partidos derechistas–, lo que sí está claro es que si a Conte le faltan los números en el Parlamento para la instauración de políticas europeas podrá buscar el apoyo del magnate.

El ex primer ministro puede ganar de manera doble con un movimiento de este tipo, analiza Lorenzo Castellani, politólogo de la universidad Luiss Guido Carli. “Por un lado, puede obtener posiciones más favorables a sus intereses en telecomunicaciones por parte del Ejecutivo. Por otro, se diferencia de Salvini y Meloni y es visto como una opción moderada, de alguien de quien fiarse, para los electores de centro que estarían tentados por el partido de Renzi”, explica el experto.

Colocándose en esta posición central al apoyar el Gobierno en momentos de dificultades, Berlusconi también ganaría influencia si al final las previsiones económicas se ponen peores de lo que parece, Italia no logra un buen acuerdo en Bruselas y Conte sufre una crisis de Gobierno después de verano. En la turbulenta política italiana es difícil leer a más de tres meses vista. Pero no hay que olvidar las maniobras de Berlusconi.

 

 

 

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