DeportesÉtica y Moral

Con un ego como el suyo sólo podía llamarse Diego.

El querido amigo andaluz (de Huelva) Ricardo Bada, quien publica desde hace años un muy suculento Diario Semanal desde sus aposentos en la hermosa ciudad alemana de Colonia (donde reside desde los años sesenta), publicó, en su última entrega, estas notas que gustosamente compartimos con nuestros lectores:

 

Inesperada y sorprendentemente, recibo un email de Ana preguntándome si me enteré de la muerte del que llamo Metadona. Le respondo ipso fuckto: «Que los dioses del fair play le sean benignos, es un tipo al que siempre miré con desagrado, y ya con directo desprecio después de su gol a Inglaterra (México 1986) «con la mano de Dios», cuando a su Dios le hubiese bastado corregir la dirección del balón con una simple mirada oblicua. De lo que vino después mejor no hablo. No dudo de su gran calidad como jugador, pero creo que es uno de los peores deportistas del siglo pasado. Y de cualquier otro. Y su empecinamiento en ser el mejor jugador de todos los tiempos, estando ahí Pelé, Garrincha, Tostão, Di Stefano, Puszkas, Beckenbauer, Sindelar, ¡Johann Cruijff, que fue el Copérnico del fútbol!, George Best (acaso, él sí, el mejor jugador de la Historia), ese estúpido empecinamiento tan solo demuestra algo que no estaba necesitando demostración alguna: que era argentino. Yo sé de un intelectual colombiano que tiene en su biblioteca, enmarcada, la foto del gol de «la mano de Dios». Es como si en la biblioteca de un abolicionista de la pena de muerte estuviese enmarcada una litografía del Duque de Alba haciendo decapitar a Egmont. Lo de Metadona es un apellido suplente que se ganó a pulso. O a esnifadas». Se dice que de muertos no se debe hablar mal . ¿Y entonces qué?, ¿debo hablar de Hitler diciendo que amaba los perros de la raza pastor alemán? ¿O de Stalin diciendo que le gustaba leer a Dickens?

 

Repartí la entrada anterior urbi et interneti, y desde Argentina me escribe HG al respecto:

«Uffff, no sabés lo que es el país Insoportable el éxtasis necrológico que ha generado la muerte del pobre Maradona, y digo pobre porque no es bueno para nadie que lo endiosen de esa manera en vida, como le pasó a él. Todos, pero todos, se volvieron locos acá, los diarios no hablan de otra cosa que no sea él, lo van a velar en la Casa de Gobierno, tres días de luto nacional, y por primera vez en la historia argentina todos los políticos unidos por algo: la tristeza por su muerte. Y mientras miles de personas desfilarán frente a su cadáver, la gente común y corriente no puede velar a sus seres queridos porque todavía no están permitidos los velorios. Obviamente eso ha generado críticas furiosas contra el gobierno, y con toda la razón del mundo. Para los que no somos maradonianos ni futboleros, tanta exageración es como un grano en el culo, hablando en criollo. Falta que le empiecen a atribuir milagros y que dentro de un mes Francisco lo canonice, y cartón lleno. En fin, que descanse en paz, por la paz que no supo, no pudo o no quiso tener en su vida. Me gustó la distinción que hacés entre jugador y deportista. Un buen deportista cuida su cuerpo y su mente y lleva una vida sana».

Me manda asimismo Ana un rosario de citas de Metadona que parece que le han gustado, entre ellas una que dice: «Ser Maradona es hermoso. Soy un tipo normal que por hacerle un gol a los ingleses, que nos mataron a los pibes en Malvinas, hoy la gente me conoce. Pero soy el tipo más normal».

Lo de los ingleses que «nos mataron a los pibes en las Malvinas» me ha dado náuseas. En serio. De manera que desencadenás una guerra y no querés que haya muertos Qué pendejo. En vez de decir que aquello fue una canallada perpetrada por las Fuerzas Armadas genocidas de su país, que mandaron los pibes a la muerte. Lo dicho: qué pendejo.

 

 

 

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