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Chiqui, la estratégica

El Gobierno rescata una compañía aérea de un solo avión relacionada con la vicepresidente de Venezuela.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, conocida como “Chiqui”, es también la descubridora de un prodigio científico que se empecina en llevarle la contraria. Que el agua y la sal no se pueden mezclar.

 

María Jesús Montero

Con esa facilidad de palabra que Dios le ha dado, y la soltura intelectual que caracteriza a su oratoria, Chiqui se ha enfrentado con gallardía y arrojo al inmenso poder de los mares y océanos que cubren con agua y sal dos terceras partes del globo terráqueo. No le recomiendo que descanse en verano de su agotador trabajo en una playa. Se la tienen jurada los cangrejos, los congrios, las morenas, los escualos e incluso, las estrellitas de mar, que son tan inofensivas como los koalas en los eucaliptales de Australia.

Chiqui Montero, después de propagar por el mundo su magno descubrimiento, retornó a sus quehaceres ministeriales, tan ásperos en estos últimos tiempos. Porque Doña Chiqui sabe que miles de empresas se han arruinado. Que las empresas españolas han perdido 300.000 (trescientos mil) millones de euros durante 2020. Que decenas de miles de Pequeñas y Medianas Empresas –Pymes-, se han visto obligadas a cerrar. Que no hay dinero para vacunas ni jeringuillas. Que la Comunidad Europea no se fía del uso que pretende hacer el Gobierno con el dinero de su ayuda.

Y es entonces,  cuando doña Chiqui se revuelve contra la fatalidad y actúa con osadía. A ella le duele más que a nadie la situación de los más de 5.500.000 de parados en España, y para mitigar el dolor, ha rescatado a una compañía aérea venezolana, con un solo avión operativo, con 53.000.000 de euros de los impuestos sangrantes y sangrados por los españoles. Esta compañía aérea de un solo avión la ha considerado doña Chiqui de “relevante y estratégica”, además de “española”, cuando en realidad su principal accionista, con un tal Ibrahim Issa de camuflaje y testaferro, es la golfa de la vicepresidente de Venezuela Delcy Rodríguez, la de las maletas de Ábalos en la noche sorprendente de Barajas. La compañía aérea estratégica y relevante que ha salvado doña Chiqui –cumpliendo órdenes, faltaría más-, sólo tiene un avión y opera el 0,03% de los vuelos que se realizan en España, desde España y con destino España.

Claro, que poco a poco se van conociendo las identidades de las personas que se mueven en torno a ése único avión relevante y estratégico, y el misterio adquiere la forma siniestra del guateque hispano-bolivariano.

El introductor de la petición se apellida Rodríguez-Zapatero, y no es casualidad que se apellide igual que el ex Presidente socialista del Gobierno de España, porque se trata de la misma persona. El abogado de la empresa relevante y estratégica con un solo avión es Baltasar Garzón, el juez apartado de sus funciones por prevaricación, y amantísimo novio de la Fiscal General del Estado y ex ministra de Justicia María Dolores –Lola para los amigos-, Delgado. Y que el rescate del avión estratégico y relevante se aprueba siendo vicepresidente del Gobierno el inefable Moños, eternamente deudor del régimen criminal de Nicolás Maduro.

De ahí, que las empresas españolas no se hayan manifestado satisfechas desde su ruina, por el regalo que el Gobierno de España ha ofrecido y culminado en beneficio de un avión estratégico y relevante que pertenece a la corrupción bolivariana. Si las hijas de Chávez se hubieran enterado, es muy probable que hubiesen reaccionado con generosidad, sacando de la banca andorrana esos 53 millones de los 4.000 que tienen en cuenta corriente en el minúsculo enclave independiente hispano-francés. Sin contar con los millones de euros robados a Venezuela y que descansan y engordan en paraísos fiscales del Caribe,  Gibraltar,  Suiza y en el Principado de Liechtenstein. Pero no supieron de los problemas de la empresa de un solo avión, y España se adelantó a su generosidad.

Ignoro, por no ser ducho en la materia, cuántos mecánicos son necesarios para que el avión de la compañía Plus Ultra, consiga despegar, mantenerse en el aire y aterrizar sin contratiempos.  Pero al menos, diez especialistas son imprescindibles. A pesar de ello, los bolivarianos españoles, desde Zapatero a Monedero, cuando viajan a Venezuela lo hacen en aviones de Iberia, que dan menos sustos.

Tengo un amigo, propietario de una empresa de autobuses, a punto de cerrar las cocheras. Tiene más de un centenar de autobuses, pero los confinamientos perimetrales han resultado ruinosos para su explotación. Le he recomendado que se quede con un solo autobús, para que Doña Chiqui considere a ese autobús relevante y estratégico y le suelte 53.000.000 de euros como ha hecho con la compañía de un solo avión. Que también los autobuses tienen su corazoncito, “mi arma”.

 

 

 

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