¿Y su Patria, con Vida o con muerte?
La elección sería entre dos lemas: “Patria o muerte” o “Patria y Vida”. El primero dicho hace 61 años en los inicios de la revolución ante un crimen horrendo en El Vedado.
Y el segundo, dicho hace unos meses por un grupo de artistas que sólo desea vivir y crecer en su país, desde la calle San Isidro, ante otro crimen horrendo, que consiste en matar de hambre y mengua a todo un pueblo por una idea que no ha servido en 62 años. Ambos gritos se dieron en La Habana.
No me vengan con eso de que la historia me absolverá, la historia no juzga: narra. Y, si a la narración real nos vamos, en Cuba hoy lo que hay son ausencias. Falta comida, vacunas, salud y esperanza.
Enrique Krauze, narraba en un artículo la experiencia de comprar unas libras de queso en la carretera entre La Habana y Varadero, cómo su chofer le pidió que no lo hiciera, que era un crimen. En verdad vender leche o queso es crimen y vender carne de vaca más. Hablamos de una nación que consumía más de 50 kilos de carne percapita en 1958. Un país con un rebaño de ganado superior al número de habitantes.
A las nuevas generaciones de cubanos que ya no tienen ley de ajuste, ni ley de la memoria histórica. A quienes todo se traduce en no poder escapar, les toca producir el cambio que necesitan. Cambio que incluso aspiraron que hiciera la nueva cabeza de la nomenclatura, una juventud que aspiró una suerte de Glasnot, que no ha ocurrido y pareciera que no va a ocurrir, muy parecido a lo que pasó en la Alemania pro soviética que se negó a cambiar y el cambio les llegó sin atenuantes.
Es sencillo: dejen que la gente decida, como decidió en Bolivia o en Perú, como eligió en Argentina o en México. Que la gente pueda elegir, como no pasa ni en Cuba, ni en Nicaragua, ni en Venezuela. Por todo eso Patria Y Vida y a más Vida Más Patria.