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Espías, viajes a Moscú e inestabilidad en Cataluña

Hace poco publicamos un reportaje sobre los esfuerzos dentro del movimiento independentista catalán para establecer vínculos en Rusia con la comunidad de inteligencia, líderes de negocios y crimen organizado a fin de conseguir su apoyo en la lucha por independizarse de España.
El reportaje, que firman Michael Schwirtz y José Bautista, se basa en entrevistas y documentos de inteligencia revisados a lo largo de años.
Intercambié algunos correos electrónicos con Michael, quien lideró un equipo que ganó el Pulitzer en 2020 por su cobertura sobre las operaciones de inteligencia rusa, para conocer más detalles sobre la investigación del artículo.
Esto fue lo que me dijo:
Has trabajado en esta historia durante dos años. ¿Cómo llegaste a ella?
Como muchas de las notas que escribo, esta nació cuando escarbaba en otra cosa totalmente distinta. Llegué a España en 2018, poco después del envenenamiento de Serguéi Skripal en el Reino Unido. Skripal era un exagente de inteligencia militar rusa que terminó haciendo espionaje para los británicos cuando estuvo encubierto en España en los años noventa.
Mi investigación sobre la carrera de Skripal en España al final creció hasta convertirse en un proyecto más amplio sobre las operaciones de inteligencia rusa en el país. Cuando me enteré de que un oficial ruso involucrado en el envenenamiento de Skripal también se encontraba en Cataluña en el momento del referéndum de independencia de la región en 2017, empecé a intentar averiguar en qué andaba.
Has reportado sobre las operaciones de inteligencia rusa durante algún tiempo, ¿qué fue lo más difícil de este reportaje? ¿Fue distinto de algún modo?
La principal traba para estas historias siempre es la misma: la reticencia de los funcionarios de gobierno y de seguridad para hablar sobre temas delicados de inteligencia y compartir documentos clasificados. Afortunadamente, en España tenía un arma secreta: José Bautista.
Empecé a trabajar con José, un reportero de investigación español tremendamente talentoso, cuando estuve en España para la nota de Skripal. Es tenaz y encantador, dos características que nos vinieron bien al intentar convencer a las fuentes de brindarnos la información que necesitábamos. En una ocasión nos consiguió una entrevista con una fuente crucial al hacerse amigo de un guardia de seguridad y convencerlo de que entregara un mensaje escrito a mano.
Cada vez nos enteramos con más frecuencia de estos escenarios de la guerra híbrida de Rusia, una estrategia que emplea propaganda, desinformación y otras tácticas. ¿Dónde crees que veremos más acciones como esta?
Intento no hacer predicciones, me salen muy mal. Lo que he comprendido, sin embargo, es que el Kremlin y sus servicios de inteligencia tienden a enfocarse en la inestabilidad y la agitación. Me esforcé por hacer notar en nuestro reportaje que los servicios de inteligencia rusos no causaron los disturbios en Cataluña; simplemente buscaron explotarlos y tal vez exacerbarlos. Lo mismo sucede con la interferencia en la elección presidencial de Estados Unidos en 2016 y en otras zonas, en especial en Occidente, donde la inteligencia rusa se ha involucrado.
¿Qué te roba el sueño?
Lo que me mantiene despierto por la noche es saber que este tipo de operaciones se están llevando a cabo ahora mismo en todo el mundo. Y son muy muy difíciles de descubrir, por no hablar de reportarlas.

 

 

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