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Los ninis, un drama que se enquista en España desde hace dos décadas

Las crisis económicas y sanitarias o la falta de motivación son algunas de las razones que están detrás del alto número de jóvenes que ni estudian ni trabajan

 

No siempre es bueno liderar los ranking y España lleva más de dos décadas ‘ganándole’ a la media de los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) en porcentaje de ninis, los jóvenes que ni estudian ni trabajan. Así se desprende de la serie histórica que va desde el año 2000 hasta el 2020 y que recoge el índice de ninis de entre 15 y 29 años, facilitada por la OCDE.

Este organismo publicó ayer el informe ‘ Education at Glance 2021’ que señala que España sigue en el podio del porcentaje de ninis de Europa, solo por detrás de Italia. Aunque se refiere en este caso a los jóvenes de entre 18 y 24 años, el estudio indica que en 2020 se alcanzó el 22 por ciento de jóvenes que ni estudian ni trabajan en nuestro país, cifra solo superada en Europa por Italia, con un 25,5 por ciento y mientras la media de los países de la OCDE era del 16,1 por ciento y de la UE, del 14,1.

El año anterior, 2019, no había sido muy diferente. Así, nuestro país alcanzó el 19,2 por ciento, algo por debajo del 2020, pero siguió encabezando la clasificación, de nuevo solo por detrás de Italia (24,2%). La media, entonces, de la OCDE fue de 14,4 y de la UE, de 13.

Porcentajes similares a los de España, en 2020, pueden encontrarse en Israel (21,7), Grecia (20,7) México (23,3) y Costa Rica (20,7) en el caso de América. En el extremo opuesto están Alemania (9,4), Suiza (8,7) y Países Bajos (7,6). En el caso de 2019, España se acercó, otra vez, a Grecia (19), Israel (19) o Francia (17,5). Y entre los países aventajados y con menos ninis para ese año figuraban otra vez Alemania (8,2), Países Bajos (6,9) y Suiza (8,8).

La pregunta es qué hay detrás de estas cifras. Y las respuestas son variadas. «La evolución de los ninis va vinculada al empleo; cuando la economía va bien hay pocos y cuando va mal, muchos. En España aumentaron con la crisis de 2008 y el dato fue creciendo de forma desbocada hasta el año 2012, con la crisis europea. Y ahora el Covid está disparando otra vez los números», apunta Jorge Sainz, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

A su juicio, las medidas del Ministerio de Educación, que proponen, por ejemplo, obtener el título sin límite de suspensos en la Educación Secundaria Obligatoria o conseguirlo con una materia suspendida en Bachillerato, «va a hacer que el número de ninis disminuya pero de forma artificial. ¿Por qué? Porque si bien están en clase y con continuos aprobados pueden seguir estudiando, pero lo hacen sin adquirir conocimientos adicionales. Es decir, van a recibir el título pero sin las competencias necesarias», añade Sainz, que señala que algo parecido ocurre con los universitarios que hacen cuatro años de carrera en lugar de tres, al eliminarse el conocido ‘3+2’ (tres años de carrera y dos de máster) por parte del ministro de Universidades, Manuel Castells.

«Maquillar cifras»

«Si no permites tener títulos de tres años en lugar de cuatro tienes una cohorte de estudiantes que sí, está en la universidad pero no abriéndose paso al mercado laboral. La preocupación de este Gobierno pasa por maquillar cifras, no le importa que la gente adquiera competencias para ser competitivos en un mercado internacional». El filósofo y pedagogo Gregorio Luri señala que «hay que preguntarse ¿por qué es preferible hacer trabajos esporádicos y vivir con los padres que formarte o buscarte un trabajo de verdad? Sospecho que el fracaso escolar no afecta más a los menos capacitados intelectualmente, sino a los intelectualmente menos motivados, que no es, en absoluto, lo mismo. Por ejemplo, cuando preguntan nuestros jóvenes por las razones de su abandono, el 70% se limita a decir que ‘no quería seguir estudiando’. Eso es todo. La generación mejor preparada de la historia», ironiza Luri.

Gara Rojas González, analista y jefe de proyecto en la dirección de educación de la OCDE, no ve las cosas tan negras. «Respecto a los ‘ninis’, para la media de la OCDE hay dos tendencias desde el año 2000: durante los primeros años cayó el porcentaje pero este descenso se detuvo con la crisis de 2008, alcanzando su máximo en varios países en 2010-2011. Después ha vuelto a caer hasta el 2019 pero, desafortunadamente, la nueva crisis en el 2019 ha detenido el descenso y ha vuelto a aumentar el porcentaje de ‘ninis’ en 2020», explica.

La experta señala que «en España la evolución ha sido diferente, para los jóvenes de 15 a 29 años se pasa del 16% aproximadamente desde 2000 al 23% en 2009 y la tendencia al alza siguió unos años para caer de forma significativa al 19,9% en 2017 y comenzar una tendencia a la baja hasta 2019. Parte de la disminución de la proporción de ‘ninis’ en la última década se debe a un número creciente de jóvenes que continúan su educación. En promedio, en todos los países de la OCDE el porcentaje de jóvenes de 20 a 24 años que cursan estudios ha aumentado del 42% en 2009 al 45% en 2019, mientras que el aumento superó los 10 puntos porcentuales en algunos países, incluido España».

Luri lamenta que haya jóvenes que han acabado su enseñanza obligatoria sin ningún deseo de seguir estudiando, «a pesar de que todos los datos nos indican que estudiar sale a cuenta, pues además de incrementar las posibilidades de encontrar trabajo, garantiza un mayor sueldo. Los que tienen estudios terciarios ganan un 41% más que los que tienen estudios secundarios y un 60% más que los que sólo han cursado estudios obligatorios». Algo que defiende también Rojas González. «Hay que conseguir que llegue el mensaje de la importancia de que los jóvenes no abandonen los estudios. La consecución de un nivel de educación superior incrementa sus probabilidades de encontrar empleo y se asocia con sueldos más elevados, y esto es particularmente cierto en periodos de crisis (ya sean económicas o sanitarias)», aseguró.

 

 

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