¿Qué hará Angela Merkel cuando deje la Cancillería alemana?
Aunque permanecerá varias semanas más en el poder hasta que se defina su sucesor, la pregunta sobre su futuro despierta enorme curiosidad. Una cómoda jubilación y algunas pistas de sus planes inmediatos. Secretos de una mujer que profesa la sobriedad
Mientras el candidato oficial, Armin Laschet, ve como se derrumba cualquier intento para hacerse con la Cancillería, dando así paso al socialdemócrata Olaf Scholz para alcanzar una alianza de gobierno, el futuro de Angela Merkel es la máxima curiosidad entre los alemanes.
La actual Canciller sólo encabezará el gobierno por algunas semanas más, a la espera que se defina su sucesor. Hasta ese momento, los cálculos de permanencia, incluyen el dato que si en el cargo está hasta el 17 de diciembre de 2021, podría superar al anterior canciller Helmut Kohl como jefe de gobierno con el período más largo.
Con un estilo conciliador y de bajo perfil construyó un sólido camino que culminó en la cima del liderazgo europeo, siendo un eslabón clave para que no se quiebre la cadena que mantiene enlazada a la Unión Europea.
Pero, ¿qué hará Angela Merkel después? Las pistas del futuro próximo, al menos para la prensa alemana, están ligadas más a los cálculos en la jubilación, que a un destino profesional.
De acuerdo a un trabajo de la Federación de Contribuyentes, recibirá unas prestaciones de jubilatorias mensuales de unos 15.000 euros después de su salida. Esta pensión será el resultado de su membresía de larga data en el Bundestag y de su tiempo como ministra federal y canciller, calculó la organización a pedido el viernes del portal “The Pioneer”.
Aunque la popularidad de Merkel sea elevada, son bajas las chances, al menos en lo inmediato, que ejerza algún cargo público. Sin embargo, como todos los ex cancilleres y ex presidentes federales, Merkel también tendrá derecho a un cargo. Además, se le financiará una oficina, dos asistentes o asesores, una secretaria y un chofer, además de las custodias que pueda considerar los servicios de seguridad alemán.
Los ingresos por su retiro son derechos de pensión regulados por ley. Por su membresía en el Bundestag esta bajo la ley de representantes, por su membresía en el gobierno federal en la ley de ministros federales.
Normados por el artículo 20 de la Ley de diputados, Merkel, por ejemplo, tendría derecho a la cantidad máxima del 65 por ciento de la asignación de los miembros durante unos 31 años en el parlamento. Sin embargo, los distintos derechos de pensión se compensan entre sí.
Con respecto a la actividad personal, y siendo una mujer que ha manifestado su gusto por las tareas hogareñas, Merkel ensayo algunas pistas. En julio, durante una visita a Washington, se le preguntó cómo se imaginaba su vida luego de dejar el poder. Mientras en varias oportunidades respondió con evasivas, esa vez dejó entrever que primero quería tomarse un descanso y no aceptar ofrecimientos.
Mientras tanto, Merkel se retira con una aprobación envidiable para cualquier líder político: su popularidad alcanzaba un 70% en los últimos sondeos, con picos de casi 90 en abril del año pasado. Mirando lo sucedido con Laschet, hubiese sido un “trámite” su continuidad de haber estado dispuesta.
Hacer las cosas por sí sola es la primera tarea que encarará. Al respecto dijo: “Creo que eso me va a gustar mucho”. Cocinar sopa de papas u hornear tortas de ciruela, receta alemana, pueden estar entre sus planes inmediatos.
Su carrera es conocida: su infancia como hija de un trabajador de la República Democrática Alemana. Su juventud, forjando una personalidad reservada aunque decidida. Su dedicación a las ciencias. Luego su llegada a la política tras la caída del Muro de Berlín, irrupción veloz bajo la tutela de Helmut Kohl. Llegar a la cima, poniéndose al frente de Alemania en 2005, hasta su retirada.
Sin embargo, desapegada de los privilegios que otorga el poder, en pocas semanas deja la Cancillería. Se retira con demasiados secretos sobre su futuro pero también sobre su vida. Cautivante, Merkel ha sido una mujer que ha sabido profesar la sobriedad.