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Beatriz Pineda Sansone: Manzanita y la globalización

 La llegada a Barcelona de unos amigos venezolanos, me llevó al mercado.  Deseaba ofrecerles algo exquisito para la cena, pero me faltaban los materiales, así que me coloqué la chaqueta, me repasé el cabello y salí.

En el supermercado compré manzanas verdes, uvas, mangos, piña, cerezas, nueces. Venía de regreso repasando la receta de la ensalada que deseaba preparar: debo partir las manzanas en cuadritos, sumergirlas en agua salada. Conservar la miel aparte…

El aderezo para la ensalada lleva queso crema diluido con leche espesa y un chorrito de salsa inglesa… Así iba tragándome la calle con tantas frutas en mis manos y en mi mente, cuando se asomó a mi pensamiento el rostro abatido de la Manzanita criolla de Julio Garmendia.

El pasado 9 de enero se cumplieron 124 años del nacimiento de este gran escritor, considerado un clásico de las letras venezolanas.

Pero ustedes se preguntarán qué tiene que ver la ensalada de frutas con Julio Garmendia. En adelante, explicaré las razones: primero, fue uno de los escritores más leídos durante mis estudios de Filología Hispánica; segundo, su cuento titulado Manzanita narra la historia de lo que le aconteció a nuestra frutica criolla cuando llegaron las manzanas norteñas. Yo, además, tomé prestado el título Manzanita para darle nombre al Taller de lectura que creé con mis hijas y los niños que vinieron tras ellas. Y, por supuesto, cuando los pequeños leyeron Manzanita y yo les pregunté qué nombre deseaban colocarle al taller, todos, al unísono, respondieron Manzanita, y así quedóTaller literario Infantil Manzanita.

Julio Garmendia tuvo una infancia triste; perdió a su madre Celsa Murrieta a corta edad y su padre Rafael lo dejó al cuidado de su abuela materna, quien vivía en Barquisimeto. Allí transcurrió la infancia de Garmendia. Tenía dieciocho años cuando perdió a su abuela en la navidad de 1914. Entonces su padre lo trasladó a Caracas donde estudió por poco tiempo en un Instituto de Comercio; más tarde, ingresó a trabajar como redactor en el diario El Universal, dirigido entonces por el crítico Luis Correa. Allí en el periódico conoció a la nueva generación literaria de Venezuela: Fernando Paz Castillo, Pedro Sotillo, Jacinto Fombona Pachano, Rodolfo Moleiro, entre otros. En octubre de 1921 publica algunos poemas en El Universal.

En Venezuela gobernaba el dictador Juan Vicente Gómez. En 1921 Garmendia envió a Jesús Semprúm, quien vivía en New York, algunos de los cuentos que integrarían La tienda de muñecos, su primer libro, y ese mismo año, Semprúm escribió un Prólogo que apareció tanto en la primera como en las sucesivas ediciones del libro.

De veintisiete años Garmendia marchó a Europa. Comenzaba el año 1923. Viajó a Roma y a París. Para 1927, en esa última ciudad, apareció publicado por la Editorial Excélsior, su primer libro. Garmendia fue nombrado Cónsul General de Venezuela en Génova, donde vivió siete años. En los años 36, 38, y 39 viajó por distintos países de Europa hasta que en 1940 regresó a Venezuela.

El caballero solitario que había permanecido en silencio veinticuatro años, estaba escribiendo su segundo libro titulado La tuna de oro, que apareció publicado en 1951 por la Editorial Ávila Gráfica. Con este libro asistimos al descubrimiento de la dimensión remota de lo fantástico. El libro está compuesto por ocho relatos, entre los que se cuenta Manzanita, cuyo más profundo valor es el de la unidad y la solidaridad entre las frutas del local, vale decir, entre los ciudadanos de un país o de un continente.

La Manzanita criolla se sintió perdida cuando comenzaron a llegar las grandes y olorosas manzanas del norte. Por eso se lamentaba, no sabía qué hacer cuando la gente que entraba a la frutería comentaba: ¡Qué preciosidad de manzanas! Y pedía una, dos y hasta tres. La situación de la Manzanita criolla despertó una conversación entre las frutas. El mamey comentó que a él no le importaba lo que le pasara a la Manzanita. Y este comentario despertó la perplejidad de las otras frutas. Hasta que la Manzanita criolla se puso a cavilar y gemía desconsolada: a mí me traen en sacos, en burro, y luego me echan en un rincón en el suelo. El llanto la venció, se quedó dormida y soñó que se había muerto.

-Oiga señor mamey, expresó el señor coco: yo sí creo que debemos ayudar a la Manzanita. El día de mañana pueden comenzar a llegar cocos del norte, lechosas del norte, mameyes del norte, si señor ¿Y qué será entonces de nosotros todos? ¡Nos quedaremos chiquiticos, encogiditos y apartaditos como le pasa hoy a Manzanita!

Este interesante planteamiento debe ser motivo de reflexión en un mundo globalizado, que amenaza con diluir las fronteras nacionales y la identidad en franca marcha hacia una cultura homogeneizada, es decir, a la pérdida o debilitamiento de los rasgos singulares o particulares de las personas o colectivos humanos -en la obra personificada por la manzanita criolla- que representa un elemento simbólico de arraigo, pertenencia e identificación.

 Invito a mis amables lectores a leer la obra de este insigne escritor venezolano, que ha invadido mi pensamiento en el momento de partir la manzana norteña para elaborar la ensalada.  Pienso que el mejor y mayor regalo que podemos ofrecer a Julio Garmendia es leer su obra, recomendarla, compartirla.

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Mi nombre es Beatriz Pineda Sansone. Nací en la ciudad de Maracaibo, Venezuela. De niña era inquieta, llena de arrojo. Admiraba a nuestro Arturo Uslar Pietri, quien conducía el programa televisivo Valores Humanos. Su ejemplo ha sido mi norte. Gracias a mis hijas he realizado grandes aventuras a favor de los niños. Creé el Taller Literario Infantil Manzanita que devino en Fundación en 1985. Más tarde, con motivo del nacimiento de un nuevo diario en Maracaibo, fundé Azulejo, el periódico de los niños del diario La Verdad –primera etapa-. Extendí el Programa La Hora del Cuento a centros de arte, museos, universidades, colegios y McDonald’s Padilla de la ciudad con el fin de cultivar en los niños el amor por la lectura, y todas sus destrezas cognitivas, afectivas y psicomotoras.

Más tarde, en 1996, obtuve el título en Filología Hispánica con el premio Summa Cum Laude en la Universidad del Zulia. Cursé estudios de postgrado (2000-2003). Me convertí en articulista de los diarios venezolanos Economía Hoy, Panorama y El Universal.

Soy autora de: Las Memorias del Maestro Ramiro (1979); Desde otro rayo (1992). Universidad del Zulia; Los ojos de la montaña (2011). Entrelíneas Editores, España; La Hora del Cuento. Enseñar a razonar a los niños a través de la lectura de cuentos (2015). Ediciones de la Torre, España; El Principito y los Ideales. Defensa de la libertad, del amor y del razonamiento (2017). Editorial Verbum, España; La Aventura nunca imaginada de un lápiz (2018). Fundación editorial el Perro y la Rana. Venezuela; Una niña de mi edad (2019). Editorial Tandaia, España. Malika, la más pequeña de la manada (2021). Europa ediciones. Roma.

En la actualidad desarrollo una intensa labor a favor de la lectura a través de las redes sociales: @beapinpaz.escritora, los chats Aventuras Literarias y Café Lectura. 

 

8 comentarios

  1. Estimada Profesora Beatriz: Degusto nuevamente su palabra en ocasión de celebrarla con el reconocimiento a la obra maravillosa y singular de Don Julio Garmendia y por quien siento especial cariño debido también a la cercanía amistosa con su familia. Nuestro entusiasmo por ese cuento es común . Lo releo con alumnos y nietos y junto a La cucarachita del otro larense ilustre , disfruto de esa pasarela de personajes sociales que con acidez y genialidad nos muestran ambos autores .Un humor corrosivo pero tierno al mismo tiempo , ácido y dulce como algunas frutas , recorre esa aguda advertencia sobre la invasión de lo foráneo en nuestras vidas y la pérdida de la esencia cultural -que es híbrida- en la cotidianidad venezolana. Me gustó muchísimo ! Gracias

  2. Querída Bea:
    Hermoso relato como siempre aguda y precisa en el momento histórico y cada vez más espontánea y presente en tus lecturas.
    Felicitaciones e inmensa gratitud por compartirnos tu trabajo literario
    MNV

  3. El genial Don Julio Garmendia. Siempre me he preguntado si existió alguno nexo familiar entre Julio y Salvador Garmendia, este último también escritor venezolano.
    Gracias queridísima Beatriz Pineda, por recordarnos a uno de nuestros grandes escritores del siglo pasado.

  4. Beatriz gracias por compartir tus hermosas escrituras, de estudiante siempre escribiendo cosas muy lindas e interesantes te felicito por todos tus logros y siguen siendo un ser hermoso !!!!

  5. Beatriz, agradezco que compartas este relato con nosotros, pues me motiva a conocer a Julio Garmendia, el hacerlo, aumentará mi conocimiento y cultura, lo que demuestra tu capacidad para influir en las personas, muchas gracias

  6. Qué grande Julio Garmendia. Siempre me pregunte si existía algún nexo familiar entre él y Salvador Garmendia.

    Mil gracias queridísima Beatriz Pineda, por traernos a recuerdo a este importante importante y estimado escritor venezolano.

    Saludos,

  7. Excelente reseña de La obra y de los autores, incluyendo a Beatriz Pineda, quien dia a día nos acerca más a un mundo lleno de imaginación e interesantes textos.

  8. Muy amena la lectura de este artículo. Me provocó muchas ganas y mucha curiosidad de leer el cuento de Garmendia. Así lo haré.

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