Ciencia y TecnologíaCultura

Ana Cristina Vélez: La belleza y la maravilla de la ciencia aumentan el bienestar de los investigadores

Micrografía electrónica de barrido, en color, de la laringe de la Ectopleura, una criatura marina relacionada con las medusas. Los biólogos dijeron que habían visto belleza en la complejidad y colores y en sus formas agradables. Crédito: Jannicke Wiik-Nielsen/Science Photo Library

 

Es interesante anotar que buscamos la belleza y la deseamos en todos los campos. Hace varios años se grabó una serie que está en YouTube, que se llama On Beauty and Consolation en la cual el periodista holandés Wim Kayzer entrevistó a 26 personalidades, entre científicos, filósofos, artistas y músicos para preguntarles sobre lo que hace que la vida valga la pena de ser vivida, sobre ¿dónde encontramos la belleza?  y ¿qué nos consuela? Muy recomendada. Entre las personalidades entrevistadas estuvieron: George Steiner, Steven Weinberg, Edward Witten, Wole Soyinka, John Coetzee, Leon Lederman,TatjanaTolstaja, Freeman Dyson, Elizabeth Loftus, Gary Lynch, Martha Nussbaum, Richard Rorty, Roger Scruton, Germaine Greer, Catherine Bott, Rutger Kopland, Simon Schama , Rudi Fuchs, György Konrád, Karel Appel, Jane Goodall y otros.

Entre los escritos de el físico Paul Dirac se encuentran muchos y variados comentarios sobre la belleza y su capacidad de guiar hacia la verdad, hacia el teorema que es cierto.*

Esta es una traducción del artículoBeauty and wonder of science boosts researchers’well-being”.

Apreciar la belleza en los fenómenos que estudian ayuda a los científicos a perseverar frente a los contratiempos. Para los científicos, el poder experimentar la maravilla, el asombro y la belleza en su trabajo se asocia con niveles más altos de satisfacción laboral y una mejor salud mental, según una encuesta internacional que hicieron unos investigadores.

Brandon Vaidyanathan, sociólogo de la Universidad Católica de América, en Washington DC, y sus colegas recopilaron las respuestas de más de 3000 científicos, principalmente de biólogos y físicos, en India, Italia, Reino Unido y Estados Unidos. Les preguntaron a los participantes sobre su satisfacción y cultura laboral, sobre su experiencia con la pandemia de COVID-19 y el papel de la belleza en la ciencia. Las respuestas revelaron que estaban lejos de ser como las caricaturas que pintan a los científicos, como seres exclusivamente racionales y lógicos, “esto de la belleza es realmente importante”, dijo Vaidyanathan, pues “le da forma a la práctica de la ciencia y se asocia con todo tipo de bienestar”.

 

Fuente: Universidad Católica de América.

La encuesta Work and Well-Being in Science  (Trabajo y bienestar en la ciencia) encontró que el 75% de los encuestados encuentran belleza en los fenómenos que estudian, y para el 62%, es lo que los motivó a seguir una carrera científica. La mitad de los encuestados dijo que la belleza les ayuda a perseverar cuando experimentan dificultades o fallas, y para el 57%, la belleza mejora su comprensión científica. “Cuando se experimenta una intuición, una idea científica, se desencadena la misma operación en el cerebro que produce la armonía musical, y se puede disfrutar de esta visión como de cualquier otro arte”, dice Vaidyanathan.

Desiree Dickerson, consultora académica en salud mental en Valencia, España, dice que no se sorprendió al ver la importancia que tenía la belleza, según la encuesta, y tampoco a su esposo que es físico. “La belleza impulsa verdaderamente la investigación científica, y el experimentar asombro en nuestro trabajo diario nos hace sentir más sanos y felices”, dice.

Satisfacción laboral

Aunque apreciar belleza en su trabajo puede ayudar a los científicos a superar las dificultades, muchos aspectos del trabajo pueden ir en contra de esa experiencia como: lidiar con responsabilidades administrativas, escribir solicitudes de subvención y la presión de producir escritos de investigación, todo esto se interponen en el camino para apreciar la belleza de la ciencia, dice Vaidyanathan.

El agotamiento pandémico es rampante en la academia. La encuesta encontró que, en general, los científicos reportaron niveles moderadamente altos de bienestar, con un 72% que aseguraba estar completamente satisfechos con sus trabajos. Pero hubo disparidades significativas. Las mujeres informaron niveles más altos de agotamiento que los hombres, y el 25 % de los estudiantes de posgrado mostraron niveles graves de angustia psicológica, en comparación con solo el 2 % de los académicos superiores. “Los estudiantes no están bien”, dice Dickerson, “y me preocupa que esta situación se considere normal. No podemos hacernos los locos al respecto”.

Vaidyanathan dice que esperaba ver una diferencia en la salud mental entre los profesores titulares y los estudiantes, pero no esperaba que fuera tan grande. Y aunque la mayoría de los encuestados parecen estar lidiando con el estrés laboral, es importante prestar atención a aquellos que lo están pasando realmente mal. “No podemos descartar esas preocupaciones como triviales”, dice él.

*“Hace exactamente 40 años Dirac escribía en Scientific American: «Dios es un matemático excepcional, que usó matemáticas muy avanzadas pa­ra construir el universo.» [Véase «La concepción física de la naturaleza», Temas de Investigación y Ciencia, número 10]. Inspirado por las concep­ciones de Al­bert Einstein y Her­mann Weyl, Dirac llegó a preocupar­se, más que cualquier otro físico moderno, de la idea de «belleza matemática» como rasgo intrínseco de la naturaleza y como guía metodológica para su in­ves­ti­gación científica. «Una teoría con be­lleza matemática es más probablemente correcta que otra fea, aunque ésta case con unos cuantos datos experimentales», aseguraba.” Tomado de “Dirac y la belleza de la física”.

 

 

Botón volver arriba