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La cachetada a los políticos cimentó el triunfo de Rodolfo

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La popularidad que amasó como Alcalde dio para que Rodolfo Hernández se olvidara de una de sus promesas cuando se lanzó al ruedo político en 2015 y llegó a administrar Bucaramanga: que su carrera pública iniciaba y terminaba ahí.

Tan solo tres años después de terminar su único mandato, ayer pasó a segunda vuelta con casi 6 millones de votos. Un millón más de los que sacó Gustavo Petro en primera vuelta en 2018. Y aunque en esta oportunidad Petro ganó con 8,5 millones de votos, el exalcalde de Bucaramanga tiene una ventaja evidente: los cinco millones de votos que sacó el candidato de la derecha Federico Gutiérrez son de entrada más afines a él que a Petro.

Su proyecto es totalmente unipersonal y dado su carácter y su discurso antipolíticos es fácil anticipar que lo que viene en las próximas semanas será una campaña salida del molde y marcada por la incertidumbre.

En vez de un programa de gobierno, Hernández llega a la segunda vuelta presidencial ofreciendo una emoción básica con la que se identifican millones de colombianos: la indignación contra de la clase política.

Las redes sociales mandan

Sin eventos masivos en plaza pública. Sin avanzadas de estructuras políticas promoviéndolo. Sin grandes discursos. Y probablemente, sin aparecer en debates en televisión. Su campaña seguirá anclada en sus transmisiones en vivo por Facebook.

“Con la votación que obtuvo mi propuesta de Gobierno, hoy ganó la nación del trabajo, la nación de la honestidad. Hoy perdieron las gavillas que creían que serían gobierno eternamente. Entramos al segundo tiempo”, dijo en el En Vivo de apenas cinco minutos en Facebook con el que se dirigió a su electorado una vez el escrutinio de ayer llegó al 95 por ciento.

Sentado en la cocina de su casa de descanso en Piedecuesta, Santander, con la camisa amarilla que le pidió a sus simpatizantes portar para salir a votar, leyó dos páginas y al terminar, miró la cámara, alzó la mano y dijo “Viva Colombia”. Con la vista dirigida a su equipo detrás de cámaras dio la indicación de que había terminado. No hubo tarima ni fotos suyas celebrando. Primó la austeridad, una de sus obsesiones.

Pero en la calle de su única sede de campaña en Bucaramanga, sí hubo romería de gente vitoreando la pantalla gigante por la que transmitieron sus palabras. Y también hubo caravanas “rodolfistas” en varias ciudades del país.

Su capacidad de volcar gente a las calles quedó demostrada en estas últimas tres semanas de campaña, cuando a punta de caravanas de motos y carros de seguidores se abrió paso.

El medio para lograr despertar esas emociones, desde que renunció a la Alcaldía de Bucaramanga en septiembre de 2019 e inició su campaña, fueron las redes sociales. Cada lunes a las siete de la noche hablaba durante hora y media sobre su visión de país y su discurso antipolítico.

En agosto de 2021, ese trabajo semanal frente a una cámara, empezó a dar frutos. Apareció como tercero en intención de voto presidencial en la encuesta de Invamer. Sin más carrera política que su paso por la Alcaldía de Bucaramanga, marcó por encima de otros políticos visibles como Óscar Iván Zuluaga o Álex Char. En ese entonces solo el 17 por ciento de los encuestados lo conocía y 11 por ciento quería votarle.

Que la mayoría de quienes lo conocían para entonces quisiera votar por él, fue el primer indicio de lo que sería la emoción ‘rodolfista’.

“El impulso de Semana fue muy importante para que despegáramos”, nos dijo hace unos meses Oscar Jahir Hernández, miembro del movimiento Liga de Gobernantes Anticorrupción, Liga. Su percepción y la de varios de sus compañeros, tal y como nos dijo, es que el efecto de la portada de esa revista en diciembre pasado, en la que se ve al exalcalde de Bucaramanga cabalgando un cohete y un “¡Despegó Rodolfo!”, los puso a visualizar la posibilidad real de meterse a la segunda vuelta.

A la par, su equipo de comunicaciones logró poner a sonar una cara de Hernández distinta a la del santandereano pendenciero y polémico que ya tenía posicionada, pero igual de llamativa y viral: Rodolfo se volvió “el el rey del Tik Tok”. A punta de videos que seguían la lógica de tendencias graciosas y aún más alejado del rótulo de político de lo que él ya era desde que fue Alcalde.

Entre febrero y marzo, en medio del furor de las elecciones legislativas y las consultas interpartidistas en las que decidió no participar, Rodolfo dejó de ser protagonista en la contienda electoral y parecía que su campaña languidecía. Sin embargo, una vez convocó a la red de voluntarios que construyó desde el año pasado vía Facebook y Whatsapp a las calles, volvió a marcar en encuestas como una tercería viable.

Una tercería por fuera de la izquierda, la derecha y el centro de Fajardo, que era el que aspiraba a colarse entre el petrismo y el uribismo. Lo hizo con un solo mensaje: “acabar la robadera” de los políticos.

Rodolfo logró interpretar el hastío de los colombianos con la corrupción, un tema que según la última encuesta de Invamer es el principal problema para los encuestados.

Rodolfo versus los políticos

Apenas hace unas semanas los políticos de base en Santander empezaron a frecuentar la ‘Casa Nariño’, como Hernández bautizó su única sede oficial de campaña en Bucaramanga.

Se trata de esos líderes que no tienen cuadros dirigentes en los partidos a los que pertenecen, ni tampoco una estructura política propia, pero que suelen coger el micrófono en las reuniones barriales y de pueblos a las que los candidatos no llegan.

“Muchos nos conocemos y nos hemos encontrado acá. Cada uno ha llegado por su cuenta, por puro amor a esto”, nos contó uno de esos políticos de oficio a los que les apasiona el furor de las elecciones. Él suele trabajar con dirigentes del Partido Conservador.

Una tarde en Casa Nariño, cuando estaba tomando tinto con otros políticos de oficio como él, lo saludó un copartidario suyo que venía de Los Santos, a hora y media en carro de Bucaramanga. Llegó buscando stickers y afiches de Rodolfo para llevar a su pueblo.

Él le preguntó que quién estaba coordinando la campaña de Rodolfo allá en Los Santos. “No, nadie. Vine porque varios vecinos me pidieron el favor que les consiguiera publicidad del viejo”, nos dijo este político, aún asombrado con la respuesta que recibió.

“Yo jamás había visto algo así. Aquí no hay nadie que pueda decir que está a cargo de nada. Todos estamos a cargo de todo”, nos dijo.

Que su campaña sea tan opuesta a una convencional basada en maquinarias es la mayor ventaja de Rodolfo de cara a la segunda vuelta.

Ante la oferta de cambio que él y Petro representan, la diferencia que puede vender Hernández es precisamente que no tiene estructuras políticas organizando eventos ni movilizando gente a su favor. Justo en su última transmisión de Facebook antes de las elecciones, dijo que Petro estaba rodeado de “indeseables”.

Y aunque Federico Gutiérrez, el candidato que más caciques políticos tenía detrás ya anunció que votará por Hernández, es difícil que esa u otra manifestación de apoyo de políticos tradicionales lo golpee porque a muchos –incluido Gutiérrez– Rodolfo los ha tildado de corruptos y politiqueros en el pasado.

De modo que puede sostenerse, como ha hecho hasta ahora, en que él no los quiere cerca y que su única alianza “es con el pueblo”. (Está la incógnita de si después de que se frustró hace unas semanas la adhesión de Fajardo a Hernández, ahora sí tomará partido por él).

Pero más allá de Fajardo, su rechazo público a los políticos contrastará con las adhesiones que seguramente recibirá Petro de más políticos tradicionales que comenzarán a llegar al Pacto y reforzará esa narrativa antipolítica del ingeniero.

Juan Manuel Corredor, el estratega de la red de voluntarios de Rodolfo Hernández, nos dijo ayer que, en parte, por eso fue que el candidato decidió no aparecer en público anoche tras su triunfo: para evitar que lo relacionen con algún político en una foto. También nos dijo que estas tres semanas de campaña seguirán siendo de caravanas y gente volcada a las calles.

“Va a seguir pasando lo que hasta ahora: la misma gente se va a organizar en esos grupos de Whatsapp que nosotros facilitamos. Sigue la campaña de voluntarios”, dijo.

Con esa estrategia seguramente seguirá sacándole el cuerpo a los debates presidenciales, en los que podría quedar en evidencia su desconocimiento frente a muchos temas del Estado. La semana pasada, no asistió a ninguno porque según él eran espacios en los que no se podían explicar propuestas e invitó a su propio debate vía Facebook entre él y sus seguidores. “El debate del pueblo”, lo llamó.

Eso, en línea con una de las fórmulas gerenciales que Hernández tanto pregona: “lo que funciona no se cambia”.

Lo que sí cambiará ahora es el nivel de escrutinio al que estará sometido. Ya anoche Petro marcó las líneas de ataque en su contra, y la más fuerte de ellas es cuestionar su bandera anticorrupción por estar imputado en el caso Vitalogic

Rodolfo tiene en su defensa que Petro lo buscó insistentemente para hacer una alianza con él. Y tiene cómo demostrarlo.

Arranca así una campaña de tres semanas sin precedentes en Colombia, que estará marcada por la incertidumbre.

 

 

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