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El apoyo a Feijóo sube hasta poder plantearse gobernar en solitario

El líder del PP obtendría hoy el 36% de los votos, tres puntos más que los que consiguió Rajoy en su última victoria

 

Tres meses después de ser elegido presidente del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo tiene motivos para ser optimista en su carrera por suceder a Pedro Sánchez en el Palacio de La Moncloa. Según refleja la encuesta de GAD3 para ABC, el líder de los populares ganaría las próximas elecciones generales con un apoyo del 36 por ciento de los votos, porcentaje superior a la última victoria de la formación en unos comicios, la que obtuvo Mariano Rajoy en junio de 2016, cuando logró el 33 por ciento de los sufragios.

El PP obtendría ahora entre 155 y 159 escaños en el Congreso, a una veintena o menos de la mayoría absoluta. Además, los populares sumarían holgadamente mayoría de investidura o gobierno con Vox, ya que el sondeo otorga a los de Santiago Abascal entre 37 y 39 diputados, descendiendo desde los 52 con los que cuentan actualmente en la Cámara Baja pero, a diferencia de lo que ocurrió en 2019, formando una mayoría para el centroderecha en el Parlamento. Un bloque en el que ya no estaría Ciudadanos (Cs), que perdería sus diez asientos y desaparecía de la política nacional.

Caída de más de 20 escaños

Como es natural, las buenas noticias para Feijóo y el PP son malas para Sánchez y el PSOE. De celebrarse hoy las elecciones, que tendrán lugar, si no hay adelanto, entre finales de 2023 y principios de 2024, el secretario general de los socialistas perdería el poder, tras un lustro en la Presidencia. El sondeo de GAD3 para este diario le otorga la segunda posición en las urnas con entre 94 y 98 escaños, frente a los 120 que obtuvo en noviembre de 2019 y que le permitieron, pacto con Unidas Podemos mediante, permanecer como jefe del Ejecutivo, adonde llegó en 2018 tras la moción de censura contra Rajoy. El PSOE pasaría, además, del 28 por ciento del voto que le otorgó el triunfo hace tres años al 24 por ciento de apoyo. Unidas Podemos seguiría su camino descendente, pasando de 35 escaños a entre 16 y 18, por debajo del umbral del 10 por ciento del voto.

Hace solo siete años, con Pablo Iglesias al frente, este partido obtuvo el 20 por ciento de los sufragios y amenazó seriamente la tradicional hegemonía del PSOE en la izquierda. La formación morada quedará subsumida, previsiblemente, en la candidatura de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que el pasado viernes daba sus primeros pasos con la presentación de la plataforma Sumar. Más País, el partido de Íñigo Errejón que a buen seguro también se integrará en esa candidatura, mantendría por separado los tres escaños con que cuenta actualmente, incluidos los de Compromís, la formación valenciana que integra el Gobierno de su comunidad junto al PSOE.

Los partidos nacionalistas e independentistas, así como otros grupos minoritarios, mantendrían su actual representación. Desde ERC y Bildu, que conservarían su grupo propio, pasando por Junts Per Catalunya, que desgajado del PdeCat mantendría ocho diputados, hasta Coalición Canaria, el BNG, Teruel Existe o el Partido Regionalista de Cantabria, el partido del presidente Miguel Ángel Revilla, que seguirían con un representante cada uno en la nueva legislatura.

Nuevo escenario

En ningún caso podría repetirse la mayoría que respaldó a Sánchez, primero en la moción de censura, luego en la investidura de enero de 2020 y durante esta legislatura tanto en los dos Presupuestos Generales del Estado como en leyes tan significadas como la reforma laboral. Ni siquiera sumando a la misma a Junts Per Catalunya, con la que el presidente, a diferencia de con ERC, ha mantenido un marcado antagonismo. De hecho, el PP solo, en una situación bastante parecida a la del resultado que obtuvo Isabel Díaz Ayuso en mayo de 2021 en la Comunidad de Madrid, sumaría más escaños que toda la izquierda y los nacionalistas juntos. Feijóo podría ser investido con la abstención de Vox y/o gobernar en solitario, sin tener que sentar a Abascal en su Gabinete.

Como ocurrió en Andalucía, hay una fuerte recuperación del bipartidismo; seis de cada diez ciudadanos eligirían al PP o al PSOE

Por si todos estos datos no fueran suficientemente satisfactorios para Feijóo, el líder de la oposición obtiene la mejor valoración de los españoles, con un 5,3 de nota, siendo además el único líder político que recibe el aprobado de los ciudadanos. Sánchez obtiene un 3,5, por debajo incluso de su vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, la segunda por detrás del líder popular en el ránking, con un 3,9 de valoración ciudadana. Después se sitúan, empatados con un 3,1, la líder de Cs, Inés Arrimadas, y Errejón, quedando en útimo lugar Abascal, con un 2,8.

Además de entre los votantes del PP, que le otorgan un 7,7 de nota, Feijóo aprueba entre los de Ciudadanos, que le dan un 5,3, por encima de Arrimadas, a la que suspenden los electores naranjas. El expresidente de la Xunta de Galicia se queda al borde del aprobado, con un idéntico 4,7, tanto entre los votantes del PSOE como entre los de Vox, y obtiene un destacable 4,2 entre los de Podemos. Sánchez, por su parte, recibe un 6 de los votantes del PSOE y solo aprueba también entre los de Podemos, que le otorgan un 5,9. Yolanda Díaz es calificada con un 7,5 de los electores podemitas y un 6 de los socialistas. El resto de líderes solo reciben el aprobado de sus propios electores. Los votantes de partidos nacionalistas aprueban por la mínima, con un 5,1, tanto a Sánchez como a Díaz, mientras que le otorgan un 3,4 a Feijóo.

Los votantes de Cs valoran mejor al líder del PP que a la de su partido, Inés Arrimadas; los del PSOE lo sitúan cerca del aprobado

Los datos de la encuesta avalan la teoría del cambio de ciclo político que anticipaba la histórica mayoría absoluta del PP en Andalucía, la comunidad más poblada de España, el pasado 19 de junio, y que los socialistas insisten en negar.

El sondeo confirma también otra tendencia de fondo, que se vislumbró igualmente en los comicios autonómicos andaluces, como es la fuerte recuperación del bipartidismo, aun cuando el arco parlamentario mantendría una acusada fragmentación. El PP se dispara por encima del 30 por ciento del voto, y el PSOE casi alcanza el 25 por ciento. Es decir, seis de cada diez votantes elegirían a uno de los dos grandes partidos que se vienen turnando en el Gobierno desde hace décadas. Una de las principales formaciones de la llamada «nueva política» que irrumpió en 2015, Ciudadanos, desaparecería; la otra, Podemos, sigue perdiendo representación, a la espera de si Yolanda Díaz puede actuar como revulsivo para ese espacio y el tercer partido en aparecer, Vox, detendría su crecimiento, como ya ocurrió en Andalucía, si se compara su resultado con el de las generales de 2019 en las provincias de esa comunidad.

Tampoco las formaciones vinculadas a la plataforma ‘España Vaciada’ lograrían crecer, más allá del solitario escaño de Tomás Guitarte, de Teruel Existe, uno de los pioneros de un movimiento que con Soria YA! irrumpió en las elecciones celebradas este año en Castilla y León, pero que se quedaría por debajo de las expectativas generadas hace unos meses.

Más estabilidad

Por otra parte, el resultado significaría un cambio ideológico, de un Gobierno del PSOE con la izquierda postcomunista, a otro del PP con el apoyo de Vox, pero también un cambio sobre la naturaleza de la legislatura. Frente a un ejecutivo como el de Sánchez que por sí solo no tiene mayoría en las Cortes, y que sufre frecuentemente votaciones de infarto para sacar adelante sus proyectos, como se vio sobre todo en la accidentada aprobación de la reforma laboral, llegaría otro con una mayoría estable.

 

BARÓMETRO DE GAD3 PARA ABC

  • Universo: mayores de 18 años con derecho a voto
  • Tamaño de la muestra: 1.003 entrevistas, a fijos y móviles
  • Trabajo de campo: 4 al 6 de julio de 2022
  • Error muestral: 3,2%, para un grado de confianza del 95,5%

Ficha técnica

Universo: mayores de 18 años con derecho a voto

PP y Vox suman, incluso en la horquilla baja, más de 190 escaños. Lo que auguraría una legislatura mucho más tranquila para Feijóo, un dirigente acostumbrado a las mayorías absolutas con las que gobernó durante trece años en Galicia.

 

 

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