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Bruno Tertrais: El otoño nuclear de Europa

La doctrina rusa establece que en caso de un ataque convencional que amenace la existencia de Rusia, es posible el uso del arma nuclear -así que todo depende de la definición de esta noción de "amenaza existencial"-.

Bruno Tertrais (París, Francia, 1962) es especialista en geopolitica y relaciones internacionales, y director adjunto de la Fondation pour la Recherche Strategique. Ha colaborado con la OTAN y el Ministerio de Defensa francés, ademas de con el think tank Terra Nova.
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¿Acaba Vladimir Putin de romper un tabú? ¿Hasta dónde puede llegar? En este estudio, Bruno Tertrais hace un balance de una cuestión compleja.

 

El temor a un «invierno nuclear» —un cambio profundo en el clima de la Tierra como consecuencia de un conflicto atómico— hacía tiempo que había desaparecido en Europa1. Este otoño, inaugurado por nuevas declaraciones provocadoras de Vladimir Putin, ¿cuál es exactamente el estado del riesgo nuclear en la guerra en Ucrania?

El juego de la disuasión

Empecemos con un recordatorio: la disuasión, en el sentido más amplio del término, fracasó el 24 de febrero. Los países occidentales habían tratado de disuadir a Moscú de atacar amenazándolo con «sanciones masivas». Esto resultó insuficiente. ¿Había dudado Rusia de nuestra determinación? ¿Podemos hacerlo mejor? Tal vez. En cualquier caso, este fracaso nos recuerda que la disuasión es un ejercicio difícil cuando hay una asimetría de intereses: Ucrania es —todavía— más importante para Rusia que para Occidente.

 

La disuasión, en el sentido más amplio del término, fracasó el 24 de febrero. Pero la disuasión nuclear parece haber funcionado.

BRUNO TERTRAIS

 

Pero la disuasión nuclear parece haber funcionado. Ciertamente, Rusia ha jugado la carta de la «santuarización agresiva», expresión acuñada por el experto francés Jean-Louis Gergorin a principios de la década de 1990. Sin embargo, no ha cruzado ninguna línea roja occidental real.

Las fuerzas armadas rusas no están atacando bases en territorio de la OTAN ni se ha detectado el uso de armas químicas. Por su parte, la OTAN no se ha involucrado directamente con Rusia. No se ha establecido ninguna zona de exclusión aérea. Esta situación recuerda a las crisis abiertas de la Guerra Fría: Corea, Vietnam, Medio Oriente, etc. Se puede decir que la guerra de Ucrania confirma que la disuasión nuclear permite el compromiso limitando los riesgos de escalada2. Es lo que el experto estadounidense Glenn Snyder denominó en los años sesenta la «paradoja de la estabilidad-inestabilidad»: estabilidad a nivel central, inestabilidad a nivel del escenario.

De hecho, en el ámbito nuclear, ha habido cierta moderación por ambas partes.

La agitación nuclear rusa 

Por parte rusa, la tesis de que Moscú se apresura a «blandir la amenaza nuclear» es cuestionable. De hecho, no deja de sorprender el contraste entre la violencia bélica del ejército ruso y la política de disuasión del Kremlin —retórica, postura, ejercicios, pruebas— durante la crisis. De hecho, mientras los comentaristas rusos hacían declaraciones provocadoras, y a menudo incendiarias, los líderes políticos se contentaban sobre todo con «recordatorios disuasorios» de las disposiciones de la doctrina oficial o del alcance de las capacidades rusas.

Vladimir Putin, en su discurso del 24 de febrero, señaló: «No importa quién intente interponerse en nuestro camino, y mucho menos crear amenazas para nuestro país y nuestro pueblo, deben saber que Rusia responderá inmediatamente, y las consecuencias serán como nunca han visto en su historia. No importa cómo se desarrollen los acontecimientos, estamos preparados. Se han tomado todas las decisiones necesarias al respecto. Espero que mis palabras sean escuchadas»3.

 

La tesis de que Moscú se apresura a «blandir la amenaza nuclear» es cuestionable.

BRUNO TERTRAIS

 

El portavoz del Kremlin, entrevistado por la CNN, confirmó el 22 de marzo que Rusia sólo utilizaría armas nucleares en caso de una «amenaza existencial» para el país4. Unos días más tarde, dijo que «nadie estaba pensando en el uso, ni siquiera en la idea de usar un arma nuclear»5. Esa misma semana, el vicepresidente del Consejo de Seguridad Nacional, Dmitri Medvédev, recordó los cuatro umbrales de los intereses vitales rusos6.

El 19 de abril, Sergei Lavrov descartó la posibilidad de utilizar armas nucleares7. En otra entrevista del mismo día, afirmó que Rusia estaba haciendo todo lo posible para evitar una guerra nuclear8. Al día siguiente, con motivo de la prueba del misil Sarmat, Putin dijo que el misil pretendía «hacer que se lo pensaran dos veces quienes intentan amenazar a nuestro país con una retórica desenfrenada y agresiva»9. El 29 de abril, Vladimir Putin dijo: «Permítanme decirlo una vez más: cualquiera que quiera interferir desde el exterior creando una amenaza estratégica inaceptable para Rusia debe saber que nuestros ataques de represalia serán rápidos como un rayo. Tenemos los medios adecuados a nuestra disposición, medios que nadie más tiene. Esto no es retórica: los utilizaremos si es necesario. Y quiero que todo el mundo lo sepa; ya se tomaron todas las decisiones al respecto”10.

 

El lenguaje de los funcionarios rusos puede haber recordado al de los funcionarios indios y pakistaníes durante las crisis que han acosado la relación bilateral desde que ambos Estados adquirieron armas nucleares.

BRUNO TERTRAIS

 

Finalmente, tras un verano en el que las referencias oficiales rusas a las armas nucleares fueron más discretas, el 21 de septiembre Vladimir Putin advirtió, en un solemne discurso traducido y comentado en estas columnas:

“Al mismo tiempo [Washington, Londres y Bruselas han] comenzado el chantaje nuclear. No sólo pienso en el bombardeo de la central nuclear de Zaporozhie, alentado por Occidente, que amenaza con provocar una catástrofe atómica, sino también en las declaraciones de algunos altos representantes de los principales Estados de la OTAN sobre la viabilidad y la validez de utilizar un arma de destrucción masiva, las armas nucleares, contra Rusia.

Me gustaría recordar a todos los que hacen tales afirmaciones que nuestro país también tiene varios tipos de recursos militares, algunos de los cuales son más avanzados que los de los países de la OTAN. En caso de amenaza a la integridad territorial de nuestro país, por supuesto que utilizaremos todos los medios a nuestro alcance para defender a Rusia y a nuestro pueblo. Esto no es un farol.

Los ciudadanos rusos pueden estar seguros: la integridad territorial de nuestra Patria, nuestra independencia y nuestra libertad serán preservadas, lo digo una vez más, por todos los medios a nuestro alcance. Los que intentan chantajearnos con armas nucleares deben saber que la rosa de los vientos puede girar en su dirección”11.

Esta declaración debe leerse con atención, ya que la «amenaza nuclear» no es tan explícita como se ha hecho ver. Volveremos sobre esto.

El lenguaje de los funcionarios rusos puede haber recordado al de los funcionarios indios y pakistaníes durante las crisis que han acosado la relación bilateral desde que ambos Estados adquirieron armas nucleares. En general, sin embargo, puede decirse que Rusia se ha cuidado de no parecer que tiene el «dedo en el botón», y mucho menos de participar en lo que Richard Nixon llamaba la «teoría del loco» —véase la advertencia estadounidense de 1969— de fingir irracionalidad para asustar a un adversario12.

Sin embargo, no hubo ningún cambio evidente en la postura de las fuerzas nucleares rusas. La decisión del 27 de febrero, tan publicitada, fue simplemente un aumento de la presencia permanente de personal en el cuartel general de la fuerza estratégica, no un «aviso de alerta»13. «No hemos visto nada que nos haga ajustar nuestra postura nuclear», dijo el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, a finales de marzo14. Dos meses después, los funcionarios estadounidenses fueron más allá y sugirieron que no habían detectado ningún movimiento de armas hacia Occidente ni ninguna relajación de los controles sobre el arsenal ruso15. Estos resultados le permitieron a Joe Biden, en un artículo de opinión publicado en el New York Times, afirmar que «no vemos ningún indicio de que Rusia tenga intención de utilizar armas nucleares en Ucrania»16. Asimismo, tras el discurso de Vladimir Putin del 21 de septiembre, no se detectó ninguna «señal nuclear» concreta, como un cambio de fuerzas o una alerta de activos para convencer a Occidente de la gravedad de la amenaza.

En efecto, Moscú había realizado un segundo ejercicio Grom a mediados de febrero de 2022 —tras el de octubre de 2019—, una maniobra a gran escala en la que participó toda la tríada. Sin embargo, hay que recordar que el ejercicio implicaba la «disuasión estratégica» en su conjunto —incluidos los medios no nucleares—, lo que recordaba a los ejercicios estadounidenses Global Thunder, de los que parece haber tomado prestado el nombre («Trueno»)17. La prueba de un misil Sarmat el 20 de abril formaba parte, al parecer, del programa normal de validación del misil. También hubo un sobrevuelo de Moscú el 4 de mayo de un Ilyushin-80 Maxdome, que no se había visto desde 2010, y un ejercicio con misiles Iskander en Kaliningrado el 5 de mayo, aunque no está claro si implicó la capacidad nuclear de estos últimos18. Sin embargo, el número y la magnitud de las «señales nucleares» enviadas por Rusia han seguido siendo limitados.

 

Los dirigentes soviéticos fueron muy cautelosos en su enfoque de la guerra nuclear. Hasta el punto, además, de que se puede plantear la hipótesis, por inquietante que parezca, de un temor ruso a un ataque occidental «desarmante».

BRUNO TERTRAIS

 

¿Cómo explicar esta discrepancia entre las declaraciones incendiarias de los medios de comunicación y la relativa serenidad pública de las autoridades rusas, que además podría encuadrarse en un «reparto de papeles», ya que el Kremlin quiere parecer «razonable»? En primer lugar, por la coherencia entre la situación imperante en el escenario ucraniano y la doctrina nuclear rusa. Como los intereses más esenciales de Rusia no están en juego, Moscú se habría limitado a disuadir a los países occidentales de implicarse directamente en el conflicto19. Se ha señalado que el caso de una «operación especial» no está contemplado en la doctrina rusa. Pero también, quizás, por el legado soviético y la «memoria nuclear». Como recordatorio, los dirigentes soviéticos fueron muy cautelosos en su enfoque de la guerra nuclear. Hasta el punto, además, de que se puede plantear la hipótesis, por inquietante que parezca, de un temor ruso a un ataque occidental «desarmante». A este respecto, cabe señalar que todas las fuerzas estratégicas —incluidas las defensivas— se vieron afectadas por la decisión del 27 de febrero.

La sangre fría occidental

En el lado occidental, la sangre fría se impuso claramente. Ninguna de las tres potencias nucleares de la Alianza Atlántica recurrió a ningún gesto de provocación, y todas buscaron en cambio enfriar la temperatura. En Francia, el ministro de Asuntos Exteriores se limitó a recordar que la OTAN era una «alianza nuclear»20. El mensaje del jefe de Estado a las fuerzas armadas se refirió a las «posturas permanentes» sin mencionar explícitamente la disuasión nuclear21. La salida de un tercer submarino nuclear de ataque francés (SNA) —un acontecimiento que no se producía desde los años ochenta—, de la que informó la prensa, no se comunicó más que cualquier otro cambio en la postura de la Fuerza Estratégica Oceánica. Lo mismo ocurre con el ejercicio «Póker» de las Fuerzas Aéreas Estratégicas realizado en mayo. El Mando Estratégico de Estados Unidos ha indicado que no ha recomendado ningún cambio de postura22. En cuanto a Estados Unidos, se sabe que ha pospuesto una prueba de misiles intercontinental tierra-tierra y no ha comunicado una prueba de misiles hipersónicos23. Sin embargo, a mediados de junio realizó nada menos que cuatro disparos de misiles balísticos Trident-2 D5. Al mismo tiempo, como «garantía» para los aliados, siguieron volando bombarderos B-52 —que podían llevar armas nucleares— sobre Europa.

Los ecos de los debates estadounidenses sobre la respuesta de Estados Unidos a un uso nuclear en el escenario de operaciones —que creían que no era de naturaleza nuclear— pueden haber afectado a la credibilidad de la disuasión estadounidense24. De hecho, uno se pregunta si el solemne recordatorio disuasorio de Joe Biden en su artículo de opinión del 31 de mayo pareció suficientemente convincente para el Kremlin («Quiero ser muy claro: cualquier uso de armas nucleares en este conflicto, a cualquier escala, sería totalmente inaceptable para nosotros y para el resto del mundo y tendría graves consecuencias»)25.

Más recientemente, han alzado la voz, y el presidente de Estados Unidos ha advertido al Kremlin vía la televisión estadounidense: «No lo hagas. No lo hagas. No lo hagas. Habrá consecuencias importantes. Se convertirán en un paria en el mundo más de lo que han sido nunca. Y determinaremos nuestra respuesta en función de la magnitud de lo que hagan”26. Y lo que es más importante, Washington —junto con quizás otras capitales— confirmó el 25 de septiembre que había comunicado en privado al Kremlin que cualquier uso de armas nucleares por parte de Rusia tendría consecuencias «catastróficas» para ese país, especificadas en los correspondientes mensajes27. Este es el enfoque correcto, aunque los funcionarios estadounidenses sigan dejando claro que la respuesta sería «casi con toda seguridad» no nuclear, una certeza que, como se ha dicho, puede socavar la credibilidad de la disuasión nuclear estadounidense. Pero también tiene la ventaja de no asustar a la población y, sin duda, de garantizar que la respuesta se lleve a cabo28. De hecho, si se hubiera hecho una amenaza explícita de represalias nucleares, Putin podría apostar por el hecho de que Occidente estaba fanfarroneando y «no se atrevería»…

 

Por lo tanto, el riesgo de que se utilice un arma nuclear parece extremadamente bajo, a menos que una posible escalada del conflicto lleve a Moscú a considerar que podría existir una amenaza de carácter «existencial» para Rusia.

BRUNO TERTRAIS

 

¿Cuál es el riesgo de que se utilice el arma nuclear?

Por lo tanto, el riesgo de que se utilice un arma nuclear parece extremadamente bajo, a menos que una posible escalada del conflicto lleve a Moscú a considerar que podría existir una amenaza de carácter «existencial» para Rusia.

De los textos oficiales rusos (2010, 2014, 2020) y de la práctica de los ejercicios se desprende que el umbral nuclear ruso se ha elevado respecto a lo que era en los años 1990 y 2000. A modo de recordatorio, el texto doctrinal de 2020 contempla cuatro posibles umbrales:

(i) la detección de un ataque con misiles contra el territorio ruso (lanzamiento sobre aviso);

(ii) un ataque nuclear o con otras armas de destrucción masiva contra Rusia o sus aliados;

(iii) ataques que lleven a la parálisis del sistema de mando y control ruso;

(iv) un ataque convencional que amenazaría la propia existencia de Rusia29.

El conflicto debe terminar en términos «aceptables» para Rusia, no «favorables», como en los documentos anteriores. Aunque las maniobras rusas a gran escala impliquen el uso de muchos medios duales, aéreos y balísticos —y suelan ir acompañadas de ejercicios paralelos de fuerzas estratégicas— no parece haber ningún ejemplo reciente de uso abiertamente simulado de armas nucleares en el escenario de operaciones durante estas maniobras30.

Aunque a primera vista ninguna de las cuatro situaciones mencionadas parezca ser aplicable al conflicto actual, hay que tener en cuenta que la «existencia de Rusia» podría definirse de forma bastante amplia desde el punto de vista de Vladimir Putin y que, además, algunas declaraciones occidentales pueden haber aumentado el nerviosismo de Moscú.

 

Aunque a primera vista ninguna de las cuatro situaciones mencionadas parezca ser aplicable al conflicto actual, hay que tener en cuenta que la «existencia de Rusia» podría definirse de forma bastante amplia desde el punto de vista de Vladimir Putin.

BRUNO TERTRAIS

 

En su discurso del 24 de febrero, el presidente ruso pareció indicar que la política occidental ya suponía un riesgo para la propia existencia del Estado: «Estados Unidos y sus aliados tienen una política de contención de Rusia, con evidentes beneficios geopolíticos. Para nuestro país, es por tanto una cuestión de vida o muerte que implica nuestro futuro histórico como nación. Esto no es una exageración, es un hecho. Es una amenaza real no sólo para nuestros intereses, sino también para la propia existencia de nuestro Estado y su soberanía. Esta es la línea roja de la que hemos hablado en muchas ocasiones. La han cruzado»31.

Tres días más tarde, Vladimir Putin reprochó a los principales gobiernos occidentales, no contentos con imponer sanciones a Rusia, que «se entreguen a una retórica agresiva», tras la cual él decidió modificar la postura de las fuerzas32. Este anuncio fue probablemente publicitado de forma deliberada en un contexto que ya estaba ampliamente nuclearizado, pero aun así atrajo la atención mundial. El término elegido («régimen especial de combate») ha dado lugar a múltiples interpretaciones, pero las explicaciones dadas posteriormente por el ministro de Defensa Sergei Shoigu permiten inclinarse por una interpretación más bien desdramatizada de la decisión. Al igual que se hizo tras el 11 de septiembre de 2001 —defensas antiaéreas—, se trataba de aumentar significativamente el número de personal que presta servicio de forma permanente en los cuarteles generales de las fuerzas estratégicas terrestres y oceánicas33. La confusión resultante sobre un posible aumento de la preparación de esas fuerzas parece haber sido causada —¿deliberadamente?— por los ejercicios realizados por parte de esas mismas fuerzas.

Sin embargo, Vladimir Putin puede dar la impresión de haber ampliado el alcance de los intereses vitales de Rusia más allá de la mera amenaza militar para la existencia del Estado. Las intervenciones de algunos funcionarios europeos al principio de la guerra, refiriéndose a la voluntad de provocar un «colapso total de la economía rusa» o al objetivo de una «destrucción del poder de Putin», probablemente no hayan apaciguado la paranoia del Kremlin34. Sin embargo, sus declaraciones parecen haber sido diseñadas ante todo para impresionar e incluso asustar a la opinión pública, y muchos de los mejores expertos en estrategia rusa advierten que no hay que creer en el «farol nuclear» del Kremlin35. Además, parece que el procedimiento de intervención de las fuerzas nucleares es, en parte, heredado del sistema soviético de decisión colectiva: si el presidente de la Federación es el único habilitado para ordenar un lanzamiento nuclear, parece necesaria la aprobación del ministro de Defensa y, quizás, la del jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas36.

Sin embargo, Rusia ha dejado claro en repetidas ocasiones que incluso un ataque no nuclear en territorio considerado ruso podría entrar en esta categoría. Ya en la rueda de prensa posterior al encuentro con el presidente de la República Francesa (7 de febrero), Vladímir Putin declaró, a modo de disuasión, que «si Ucrania entraba a la OTAN y decidía recuperar Crimea por la fuerza, los países europeos se verían automáticamente arrastrados a un conflicto militar con Rusia», «una de las principales potencias nucleares del mundo, superior a muchos de esos países en cuanto a modernidad de las fuerzas nucleares», arriesgándose a un conflicto en el que «no habrá vencedores»37. A modo de recordatorio, Vladimir Putin dijo en 2015 que en 2014 habría estado dispuesto a poner en alerta a las fuerzas nucleares rusas si Crimea hubiera sido amenazada38.

Por lo tanto, cabe suponer que esta lógica sería aplicable no sólo a Crimea, sino también a los territorios que se anexionarán como resultado de los referendos anunciados el 21 de septiembre. En otras palabras, la noción de «amenaza existencial» para Rusia parece aplicarse, en efecto, al escenario de un ataque directo a un territorio que Moscú considera legalmente ruso.

 

La noción de «amenaza existencial» para Rusia parece aplicarse, en efecto, al escenario de un ataque directo a un territorio que Moscú considera legalmente ruso.

BRUNO TERTRAIS

 

Sin embargo, la declaración solemne del 21 de septiembre se ha interpretado demasiado rápido en este sentido. En primer lugar, se presentó como una respuesta a las llamadas «amenazas nucleares» de los líderes occidentales, no a la hipótesis de un ataque ucraniano a los territorios anexionados o que se pretenden anexionar. También hay que recordar que la referencia a la «integridad territorial» no es nueva, pues esta expresión ya estaba presente en el citado texto doctrinal de 2020, y que el discurso de Vladimir Putin no estableció ninguna relación causal inmediata entre un ataque a la integridad y el cruce del umbral nuclear. Además, las fuerzas ucranianas han golpeado Crimea en varias ocasiones, así como ocasionalmente el territorio de Rusia dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas, sin incurrir en tales represalias. Por último, hay que recordar que los Estados que poseen armas nucleares nunca han dado el paso cuando ha estado en juego la periferia de su territorio: por ejemplo, Israel no se planteó cruzar el umbral en 1973, y sólo se invadieron «territorios ocupados». En otras palabras, a menos que la OTAN ataque directamente el territorio ruso dentro de sus fronteras internacionales, es difícil creer que el escenario nuclear sea relevante.

Se ha sugerido que el uso de armas nucleares «tácticas» en Ucrania sería una opción para Vladimir Putin; también ha sugerido, en voz baja, que los efectos de un ataque nuclear podrían, debido a las corrientes de viento, sentirse hasta Occidente. No hay consenso sobre esta expresión algo anticuada, y hay definiciones arbitrarias de lo que significa. Un arma nuclear sigue siendo un arma nuclear independientemente de su alcance y energía. La única manera de distinguir racionalmente entre las armas «tácticas» y las que suelen llamarse «estratégicas» es considerar que la primera categoría incluye los medios no cubiertos por los tratados bilaterales de control de armas, porque no tienen un alcance intercontinental. Por eso también se les llama «no estratégicas»… aunque la mayoría de las armas rusas de esta categoría están destinadas a los interceptores antimisiles que protegen la región de Moscú y no al campo de batalla. También hay que recordar que su uso se rige por las mismas normas y procedimientos que las armas «estratégicas». Y que el escenario ucraniano no se presta bien al uso de tales armas para alterar la situación militar: hay pocas concentraciones grandes de blindados, por ejemplo. Además, en consonancia con la evolución de su doctrina descrita anteriormente, Rusia ha invertido relativamente poco en estas armas durante las dos últimas décadas. El peor de los casos sería probablemente una explosión simbólica de un arma nuclear, destinada a asustar, ya sea a gran altura o en mar abierto. Y no sería una sorpresa, ya que muchos activos de inteligencia han sido desviados para detectar cualquier movimiento sospechoso dentro del complejo nuclear ruso.

 

El peor de los casos sería probablemente una explosión simbólica de un arma nuclear, destinada a asustar, ya sea a gran altura o en mar abierto. Y no sería una sorpresa, ya que muchos activos de inteligencia han sido desviados para detectar cualquier movimiento sospechoso dentro del complejo nuclear ruso.

BRUNO TERTRAIS

 

Pero, ¿puede Putin, incluso cuando se ve acorralado, ir realmente tan lejos? Si queremos considerar que es un jugador de póker y no de ajedrez, sería como «ir all-in», porque entonces se arriesgaría a perderlo todo. Como mínimo, su apoyo internacional, incluido el de China, para la que tal medida sería sin duda inaceptable. Como mucho, su poder y quizás su vida. Por no hablar de que no es del todo seguro que el aparato militar ruso aplique esa decisión, aunque estemos en un terreno en donde todo está hecho para que la orden se ejecute una vez lanzada.

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Es importante mantener cierta modestia en los pronósticos sobre la cuestión del riesgo nuclear. Lo que está en juego es demasiado alto para que alguien pueda decir con confianza que «Rusia nunca utilizará armas nucleares en Ucrania». Sin embargo, no tiene sentido decir que «el escenario no está excluido» y sería igual de equivocado caer en la trampa que tendió Putin. La gestión de las secuelas de la crisis puede requerir tanta sangre fría de los líderes occidentales como la que tuvieron sus predecesores hace exactamente sesenta años durante la crisis cubana.

NOTAS AL PIE
  1.  Este texto retoma, actualiza y amplía una reflexión iniciada en una nota del autor publicada por la Fundación para la Investigación Estratégica: Bruno Tertrais, Les armes nucléaires et la guerre en Ukraine : bilan provisoire et conséquences possibles, Nota n° 28/2022, 21 de julio de 2022, https://www.frstrategie.org/publications/notes/armes-nucleaires-guerre-ukraine-bilan-provisoire-consequences-possibles-2022
  2.  Jeffrey Lewis y Aaron Stein, “Who is deterring whom? The place of nuclear weapons in modern war”, War on The Rocks, 16 de junio de 2022 – https://warontherocks.com/2022/06/who-is-deterring-whom-the-place-of-nuclear-weapons-in-modern-war/
  3. Address by the President of the Russian Federation, 24 de febrero de 2022 – http://en.kremlin.ru/events/president/ news/67843
  4. Luke McGee y Claire Calzonetti, “utin spokesman refuses to rule out use of nuclear weapons if Russia faced an ‘existential threat’”, CNN, 22 de marzo de 2022 – https://edition.cnn.com/2022/03/22/europe/amanpour-peskov-interview-ukraine-intl/index.html
  5. “Putin’s spokesman Dmitry Peskov on Ukraine and the West: ‘Don’t push us into the corner’”, PBS NewsHour, 28 de marzo de 2022 – https://www.pbs.org/newshour/show/putins-spokesman-dmitry-peskov-on-ukraine-and-the-west-dont-push-us-into-the-corner
  6. “Russia reasserts right to use nuclear weapons in Ukraine”, The Guardian, 26 de marzo de 2022 – https://www.theguardian.com/world/2022/mar/26/russia-reasserts-right-to-use-nuclear-weapons-in-ukraine-putin
  7. Olena Roshina, “Lavrov denies the possibility of a nuclear strike on Ukraine”, Pravda.ua, 19 de abril de 2022 – https://www.pravda.com.ua/eng/news/2022/04/19/7340635/
  8. “Russia Is Against Use of Nuclear Weapons in Ukraine”, Lavrov Sats, Bloomberg, 19 de abril de 2022 –
    https://www.bloomberg.com/news/articles/2022-04-19/russia-will-not-use-nuclear-weapons-in-ukraine-lavrov-says
  9. AFP, “Sarmat Missile Will Make Russia Foes ‘Think Twice’ – Putin”, The Moscow Times, 20 de abril de 2022 – https://www.themoscowtimes.com/2022/04/20/sarmat-missile-will-make-russia-foes-think-twice-putin-a77427
  10. Meeting with Council of Lawmakers, 27 de abril de 2022 – http://en.kremlin.ru/events/president/news/68297
  11. Guillaume Lancereau, «Putin en el texto: el chantaje de un misionero armado», el Grand Continent, 21 de septiembre de 2022.
  12. Scott D. Sagan y Jeremi Suri, “The Madman Nuclear Alert. Secrecy, Signaling, and Safety in October 1969”, International Security, vol. 27, n° 4, 2003 – https://www.files.ethz.ch/isn/123308/2003_The_Madman_Nuclear_Alert.pdf
  13. William J. Broad, “How America Watches for a Nuclear Strike”, The New York Times, 5 de abril de 2022 – https://www.nytimes.com/2022/04/05/science/nuclear-weapon-russia-satellite-tracking.html?fbclid=IwAR3Oh9yGz LE-zMnqBVGIH9VkQ_bUSmLNnXXUXSkDgA3UE1H576s3SrfrJB0 ; ver también https://tass.ru/armiya-i-opk/ 13897773?utm_source=t.co&utm_medium=referral&utm_campaign=t.co&utm_referrer=t.co
  14. David E. Sanger et al., “US Makes Contingency Plans in Case Russia Uses Its Most Powerful Weapons”, The New York Times, 23 de marzo de 2022 – https://www.nytimes.com/2022/03/23/us/politics/biden-russia-nuclear-weapons.html
  15. David E. Sanger y William J. Broad, “Putin’s Threats Highlight the Dangers of a New, Riskier Nuclear Era”, The New York Times, 1de junio de 2022 – https://www.nytimes.com/2022/06/01/us/politics/nuclear-arms-treaties.html
  16. Joseph R. Biden Jr., “What America Will and Will Not Do in Ukraine”, The New York Times, 31 de mayo de 2022 – https://www.nytimes.com/2022/05/31/opinion/biden-ukraine-strategy.html
  17. Russia’s Strategic Exercises: Messages and Implications, NATO Strategic Communications Center of Excellence, julio de 2020 – https://stratcomcoe.org/cuploads/pfiles/ru_strat_ex_29-07-e147a.pdf
  18. William M. Arkin, “Exclusive: Putin’s Captured War Plans Show His Ukraine Ambitions Shrinking”, Newsweek, 13 de mayo de 2022 – https://www.newsweek.com/exclusive-putins-captured-war-plans-show-his-ukraine-ambitions-shrinking-1706539
  19. Kristin Ven Bruusgaard, “Understanding Putin’s Nuclear Decision-Making”, War on the Rocks, 22 de marzo de 2022 – https://warontherocks.com/2022/03/understanding-putins-nuclear-decision-making/
  20. « Ukraine: Le Drian rappelle à Poutine que ‘l’Alliance atlantique est aussi une alliance nucléaire’ », BFM-TV, 24 de febrero de 2022 – https://www.bfmtv.com/international/ukraine-le-drian-rappelle-a-poutine-que-l-alliance-atlantique-est-aussi-une-alliance-nucleaire_AD-202202240685.html
  21. Mensaje del presidente Emmanuel Macron a las fuerzas armadas, 28 de febrero de 2022 – https://www.elysee.fr/emmanuel-macron/2022/02/28/message-du-president-emmanuel-macron-aux-armees
  22. Joe Gould, “No changes coming to US nuclear posture after Russian threat”, Defense News, 1de marzo de 2022 – https://www.defensenews.com/pentagon/2022/03/01/no-changes-coming-to-us-nuclear-posture-after-russian-threat/
  23. Oren Liebermann, “US tested hypersonic missile in mid-March but kept it quiet to avoid escalating tensions with Russia”, CNN, 5 de abril de 2022 – https://edition.cnn.com/2022/04/04/politics/us-hypersonic-missile-test/index.html? mkt_tok=MDk1LVBQVi04MTMAAAGDmmRuVOPVTQzPPbNEik1EPy1AuoMAarr6dmKAi5OSXD5eeOKPHq DrpIqOdpBBye3GAcnV42eLwz3sJJvWAuyTQLhzgkDYVhlAIl5TafTf1uM
  24. Eric S. Edelman y Franklin C. Miller, “Biden Is Trying to Deter Putin from Using Nukes. His Staff Isn’t Helping”, The Bulwark, 15 de junio de 2022 – https://www.thebulwark.com/biden-is-trying-to-deter-putin-from-using-nukes-his-staff-isnt-helping/
  25. Joseph R. Biden Jr., “What America Will and Will Not Do in Ukraine”, The New York Times, 31 de mayo de 2022 – https://www.nytimes.com/2022/05/31/opinion/biden-ukraine-strategy.html
  26. “President Biden warns Vladimir Putin not to use nuclear weapons: ‘Don’t. Don’t. Don’t’”, CBS News, 16 de septiembre de 2022 –  https://www.cbsnews.com/news/president-joe-biden-vladimir-putin-60-minutes-2022-09-16/
  27. “We have communicated directly, privately, at very high levels, to the Kremlin, that any use of nuclear weapons will be met with catastrophic consequences for Russia, that the United States in our allies will respond decisively. And we have been clear and specific about what that will entail. We have, in public, been equally clear, as a matter of principle, that the United States will respond decisively if Russia uses nuclear weapons”. Tad Axelrod, “US sees signs Russia is ‘struggling’, has warned of catastrophe if Putin uses nuclear weapon: Sullivan”, ABC News, 25 de septiembre de 2022 – https://abcnews.go.com/Politics/us-sees-signs-russia-struggling-warned-catastrophe-putin/story?id=90433917 ; “We have communicated directly, privately, to the Russians at very high levels that there will be catastrophic consequences for Russia if they use nuclear weapons in Ukraine. We have been clear with them and emphatic with them that the United States will respond decisively alongside our allies and partners”, Transcripción: National security adviser Jake Sullivan on “Face the Nation”, 25 de septiembre de 2022 –  https://www.cbsnews.com/news/jake-sullivan-face-the-nation-transcript-09-25-2022/
  28. David E. Sanger y Jim Tankersley, “US Warns Russia of ‘Catastrophic Consequences’ if It Uses Nuclear Weapons”, The New York Times, 25 de septiembre de 2022 – https://www.nytimes.com/2022/09/25/us/politics/us-russia-nuclear.html
  29. Basic Principles of State Policy of the Russian Federation on Nuclear Deterrence, 8 de junio de 2020 – https://archive.mid.ru/en/web/guest/foreign_policy/international_safety/disarmament/-/asset_publisher/rp0fiUBmANaH/content/id/4152094
  30. Bruno Tertrais, «L’arsenal nucléaire russe : ne pas s’inquiéter pour de mauvaises raisons», IRSEM, note de recherche n° 55-2018, 4 de junio de 2018 – https://www.irsem.fr/institut/actualites/note-de-recherche-n-55-2018.html
  31. Address by the President of the Russian Federation, 24 de febrero de 2022 – http://en.kremlin.ru/events/president/ news/67843
  32. Meeting with Sergei Shoigu and Valery Gerasimov, 27 de febrero de 2022 – http://en.kremlin.ru/catalog/keywords/78/ events/67876/print
  33. “Russian nuclear forces placed on high alert after Putin order – Interfax”, Reuters, 1 de marzo de 2022 –
    https://www.euronews.com/2022/03/01/us-ukraine-crisis-russia-missiles
  34. Sofiane Aklouf, «Bruno Le Maire : ‘Nous allons provoquer l’effondrement de l’économie russe’», BFMTV.com, 1 de marzo de 2022 – https://www.bfmtv.com/economie/economie-social/bruno-le-maire-nous-allons-provoquer-l-effondrement-de-l-economie-russe_AN-202203010131.html ; y Reuters, “Putin’s power must be destroyed, German economy minister says”, 18 de marzo de 2022 – https://www.reuters.com/world/europe/putins-power-must-be-destroyed-german-econ-minister-says-2022-03-18/
  35. Olga Oliker, “Putin’s Nuclear Bluff”, Foreign Affairs, 11 de marzo de 2022 – https://www.foreignaffairs.com/articles/ ukraine/2022-03-11/putins-nuclear-bluff
  36.  Jeffrey G. Lewis y Bruno Tertrais, “The Finger on the Button: The Authority to Use Nuclear Weapons in Nuclear-Armed States”, CNS Occasional Paper n° 45, Middlebury Institute of International Studies at Monterey, febrero de 2019 – https://nonproliferation.org/wp-content/uploads/2019/02/Finger-on-the-Nuclear-Button.pdf
  37. News conference following Russian-French talks, 7 de febrero de 2022 – http://en.kremlin.ru/events/president/news/ 67735
  38. Laura Smith-Spark, “Russia was ready to put nuclear forces on alert over Crima, Putin says”, CNN.com, 16 de marzo de 2015 – https://edition.cnn.com/2015/03/16/europe/russia-putin-crimea-nuclear/index.html

 

 

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