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Beatriz Pineda Sansone:  ¿Quién soy yo?

La cumbre de la evolución humana consiste en la conciencia de sí. La reflexión como poder transforma al homo sapiens en el ser superior que cree ser.

El rasgo predominante de la divinidad, entendida como una fuente de acción, es la inmanencia –el ser intrínseco de un cuerpo, su acción interior- y la trascendencia o superación, dos aspectos coexistentes. La divinidad es la inmanencia y la trascendencia innata en el corazón de todo ser. Estos horizontes no se excluyen entre sí. El hinduismo considera que nirguna brahman corresponde al tercer tipo de horizonte, saguna brahmán, al primero e Isvara podría representar la divinidad personal de cada uno de los fieles. De la misma forma, la tradición cristiana intenta combinar al Dios, primer motor, con el Dios personal de loa creyentes –segundo tipo- y con el de los místicos –tercer tipo-.

El hombre es un ser que se interroga a sí mismo, sediento de respuestas. El problema de la divinidad tiene que ver con la particularidad del hombre, que se interroga a sí mismo. Lo que impulsa al hombre a hacerse estos interrogantes es la conciencia de no estar realizado, de no saber, de ser incompleto. Esta conciencia de imperfección se manifiesta en la acción; o bien el pensamiento ontológico de la nada. Si el devenir, entendido como la posibilidad de cambio del ser, es posible, lo es porque el ser todavía está siendo. Aquello que cierra esa fractura entre ser y devenir, comprendiéndolos o no en sí, es el lugar de la divinidad, que permite el flujo del ser.

Sea lo que fuere la divinidad, lo que los pueblos de otras épocas hayan sentido, pensado o creído acerca de ella, queda la convicción del hombre contemporáneo de que toda relación con la divinidad tiene lugar en el interior de la consciencia y a través de ella. La divinidad se nos revela a través de un acto de consciencia de naturaleza trascendente que no posee ningún referente verificable externo a la conciencia misma. La divinidad resulta visible solo en sus manifestaciones. Nicolás de Cusa afirma, claramente, que Dios es la invisibilidad del mundo visible, de la misma forma que el mundo es la manifestación del Dios invisible.

La divinidad no es inteligible o evidente. Si pudiéramos asir su significado como si se tratara de algo que pertenece a la esfera humana o mundana, dejaría de ser divina.

El maestro Eckhart sostiene que debemos trascender, no solo, los resultados de la imaginación, sino también los de la comprensión.

La divinidad expresa la forma más alta de la existencia. Se sitúa a mitad de camino entre lo sagrado y Dios.

Adi Shánkara (788-820), uno de los más importantes pensadores de la India, reconoció que la realidad trasciende tanto los sentidos como la mente. Y uno de los textos sagrados que mejor subraya la trascendencia y la inmanencia de la divinidad es la Kena-upanisad (siglo III a.C):

 Aquello que no puede ser expresado con palabras,

pero por lo cual la palabra se expresa…

Aquello que no puede ser pensado por la mente,

pero por lo cual, dicen, la mente es pensada…

Aquello que no puede ser visto por el ojo,

pero por lo cual reciben los ojos la visión…

No es conocido por los que creen conocerlo;

es conocido por los que no saben que lo conocen (KenU I,5 ss; II, 3).

 

 

Mi nombre es Beatriz Pineda Sansone. Nací en la ciudad de Maracaibo, Venezuela. De niña era inquieta, llena de arrojo. Admiraba a nuestro Arturo Uslar Pietri, quien conducía el programa televisivo Valores Humanos. Su ejemplo ha sido mi norte. Gracias a mis hijas he realizado grandes aventuras a favor de los niños. Creé el Taller Literario Infantil Manzanita que devino en Fundación en 1985. Más tarde, con motivo del nacimiento de un nuevo diario en Maracaibo, fundé Azulejo, el periódico de los niños del diario La Verdad –primera etapa-. Extendí el Programa La Hora del Cuento a centros de arte, museos, universidades, colegios y McDonald’s Padilla de la ciudad con el fin de cultivar en los niños el amor por la lectura, y todas sus destrezas cognitivas, afectivas y psicomotoras.

Más tarde, en 1996, obtuve el título en Filología Hispánica con el premio Summa Cum Laude en la Universidad del Zulia. Cursé estudios de postgrado (2000-2003). Me convertí en articulista de los diarios venezolanos Economía Hoy, Panorama y El Universal.

Soy autora de: Las Memorias del Maestro Ramiro (1979); Desde otro rayo (1992). Universidad del Zulia; Los ojos de la montaña (2011). Entrelíneas Editores, España; La Hora del Cuento. Enseñar a razonar a los niños a través de la lectura de cuentos (2015). Ediciones de la Torre, España; El Principito y los Ideales. Defensa de la libertad, del amor y del razonamiento (2017). Editorial Verbum, España; La Aventura nunca imaginada de un lápiz (2018). Fundación editorial el Perro y la Rana. Venezuela; Una niña de mi edad (2019). Editorial Tandaia, España. Malika, la más pequeña de la manada (2021). Europa ediciones. Roma.

En la actualidad desarrollo una intensa labor a favor de la lectura a través de las redes sociales: @beapinpaz.escritora, los chats Aventuras Literarias y Café Lectura. 

 

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